Les dieron patadas, los empujaron y los insultaron. Delegados de la Asociación de Médicos de la República Argentina afirmaron que los policías de guardia no estaban. Todo comenzó cuando la adolescente internada “se puso agresiva”, dijo una médica de guardia.
/La Capital |
Un nuevo episodio de violencia en el Hospital Roque Sáenz Peña volvió a mostrar "la cotidianidad" de estos hechos, según indicaron los trabajadores, pero más aún, que "las medidas de prevención y de seguridad que se adoptaron a partir de 2012 no se están cumplimentando". Así, sin dejar lugar a dudas, lo planteó Natalia Poles, médica de la guardia del efector desde hace casi una década y delegada de la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra) al referirse a las agresiones físicas y verbales que dos enfermeros sufrieron esta semana por parte de familiares de una joven adolescente internada. El dato sobresaliente que remarcó fue que, al momento del hecho, "la guardia policial que debería estar presente las 24 horas no se encontraba en el lugar".
El último hecho denunciado se produjo este martes, en las primeras horas de la tarde, en una de las salas donde se encontraba internada en la guardia una joven de 14 años, que justamente por ser menor de edad estaba acompañada de un familiar adulto.
"Sucedió que la chica se puso agresiva, por lo que el personal de seguridad privada va al lugar, eso hace que el familiar le abra paso a otros adultos que terminan agrediendo a dos enfermeros con patadas, tirones de pelo y empujones, además de las agresiones verbales", relató la médica.
Incumplimiento. Más allá del hecho en sí mismo, Poles destacó que "lo que fallaron fueron las medidas de seguridad que se habían dispuesto y que no se cumplen, como viene sucediendo habitualmente".
Según detalló, "en el lugar debería haber un personal de seguridad privada y dos policías, que en ese momento no se encontraban prestando el servicio adicional, y que son los que podrían haber frenado el paso a los adultos que agredieron a los enfermeros".
Además, la delegada recalcó que dentro del hospital sólo puede haber un familiar por paciente, una medida que "tampoco se cumple, así como el portón de ingreso muchas veces está abierto cuando debería estar cerrado".
Sobre la presencia policial, la médica destacó que "como no es un destacamento, sino que hay efectivos adicionales, sucede frecuentemente que entre un turno y otro quedan baches que pueden ser de media hora y también de tres horas".
Incremento. El aumento del número de pacientes y del nivel de complejidad de los casos son para la delegada dos factores fundamentales a la hora de evaluar los hechos de violencia en una guardia por la que pasan a diario entre 150 y 200 personas.
"Cada vez son pacientes más críticos, con heridas de arma de fuego o de arma blanca, y en muchos casos la situación de complejiza con el consumo de alcohol o de drogas", detalló Poles, y añadió que el principal disparador de las situaciones de violencia en los familiares es el tiempo.
"La mayor demanda en cantidad de pacientes y en la complejidad de los casos, hacen que la demora se incremente porque el número de personal es el mismo —continuó—. Eso es lo que generalmente dispara el enojo de los familiares y las situaciones de conflicto".
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