El informe del grupo de estudio de transporte de la UTN, Cetram, evalúa la percepción de los usuarios de cinco líneas de colectivo que recorren el área metropolitana.
Diario UNO |
Luego de dos meses de intenso trabajo, el grupo de estudios de transporte de Cetram (Grupo Científico de Estudio de Transporte Accidentología y Movilidad) de la UTN dio a conocer el resultado del índice de calidad del transporte público interjurisdiccional.
La iniciativa nació a pedido del senador por el departamento La Capital Hugo Marcucci con el objetivo de contar con un diagnóstico sobre el estado del sistema de transporte interurbano.
El estudio se realizó sobre la percepción de la calidad que tenían los usuarios del sistema. Para contar con datos representativos, aproximadamente se encuestó a 1.780 personas, de toda el área metropolitana. Bajo esta modalidad, se definió un trabajo de campo con cuestionarios distribuidos en las diferentes líneas en todos sus ramales.
Entre el 1 de octubre y el 20 de noviembre se llevó a cabo, el diseño, la ejecución y la carga de las encuestas, que en la práctica fueron: Monte Vera, 218; Laguna Paiva, 165; Recreo, 235; Kieffer, 66; y Continental, 1.105.
Como resultado del trabajo de campo, se infirió que en términos generales, la calidad percibida por los usuarios es regular. Para obtener la calificación los investigadores trabajaron con una escala que fue de 5 a 8 puntos y con conceptos como malo (5) a muy bueno (8).
El estudio ratificó en gran medida las quejas existentes sobre la línea Continental en distintos aspectos, calificando el servicio como regular. Por un lado hay una valoración aceptable en cuanto al cumplimiento de la frecuencia de los horarios. Sin embargo, los usuarios pretenden mejoras en ese punto.
“Lo que la gente percibe es que esa diagramación no es aceptable para ellos, ya que si el colectivo pasa en el horario que tiene que cumplir este no satisface la demanda sobre todo en los horarios pico”, detalló el ingeniero Fernando Imaz, coordinador general de la investigación y miembro de Cetram.
Otro de los planteos que se valoró fue la distancia que en determinadas localidades deben realizar los pasajeros para acceder a una parada. En relación a esta variable, se dividieron los grupos más representativos que eran los estudiantes y trabajadores, donde el 40% camina más de 500 metros para tomar el servicio.
Además los usuarios penalizaron bastante a las líneas por la limpieza e higiene de los vehículos, algo que los investigadores valoraron como razonable ya que los recorridos que cubren los servicios que fueron objeto de estudio son diferentes a las que realizan los coches urbanos. “Y hay muchos tramos en los que si bien no circulan por tierra deben transitar por banquinas”, observó Imaz.
Un aspecto, que si bien en un principio no llamó la atención, pero se confirmaba a medida que avanzaba el desarrollo de la investigación, está vinculado con el sistema de reclamos, ya que pocas personas están al tanto de su existencia por lo cual no los utilizan y el usuario está obligado a quedarse con lo que le está ofreciendo la empresa”, analizó Imaz.
La planificación es clave
Al momento de realizar un balance sobre los resultados obtenidos, Imaz confirmó que estos coincidieron en gran parte con el pensamiento de las autoridades. “La principal queja está vinculada a la diagramación de las frecuencias, la gente percibe que en determinados horarios donde hay mayor necesidad de servicio, la empresa no lo cuenta”, reiteró el coordinador de la investigación.
En esa línea Imaz considero como atendible que no se puede prestar servicio si no hay infraestructura. Y puso como ejemplo el servicio que presta la empresa Continental desde la curva Mauri hasta Sauce Viejo sin ingresar a barrios y transitando por la ruta Nº 11. “El recorrido es razonable, ya que no hay una vía que permita ingresar de forma habitual y que garantice que el coche no se va a romper. Tampoco todas las quejas son atribuibles a las empresas”, puntualizó el investigador quien agregó que el gobierno tiene que garantizar una infraestructura adecuada para que el transporte pueda prestar el servicio sin que las unidades sufran desperfectos o se rompan.
Imaz sostuvo que este estudio no debe ser tomado como algo excepcional, sino que debe ser tenido en cuenta para comenzar a implementar mejoras y cambios estructurales. “Las modificaciones no se pueden realizar bajo la intuición, sino que deben apoyarse en datos concretos de estudios profundos”, sostuvo.
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