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sábado, 26 de diciembre de 2015

ROSARIO Salió en auto con dos jóvenes y al rato volvió con un tiro en el pecho

A Jonathan Balmaceda lo pasaron a buscar por su casa en un auto. 10 minutos más tarde lo dejaron agonizante en el mismo lugar. Agentes de la Policía de Investigaciones trabajaron sobre el Ford Fiesta en el que mataron a Balmaceda. Hubo cuatro homicidios en distintos puntos de Rosario.
La Capital | 
Salió en auto con dos jóvenes y al rato volvió con un tiro en el pecho

 Jonathan "Bebo" Balmaceda tenía 28 años y 3 hijos. Estaba en la fase final de las salidas transitorias de prisión, donde purgaba una condena por robo calificado. Mientras los vecinos del barrio 17 de Agosto, más exactamente en la esquina de Arrieta y Pasaje 512 (también llamada Guillermo Soto) hacían estallar la pirotecnia en los primeros minutos del día de Navidad, a Bebo lo pasaron a buscar por la boca del pasillo en el que vivía. Eran al menos dos hombres que se suponía eran sus amigos. Iban en un Ford Fiesta color blanco y nadie les prestó atención hasta que menos de diez minutos más tarde el mismo vehículo se estacionó a un par de metros del mismo pasillo donde vivía Balmaceda. Entonces los hombres del auto lo cargaron y lo dejaron tirado en la puerta de la casa de sus padres. También dejaron abandonado el vehículo. Fue su papá junto a otros vecinos el que lo vio herido y lo llevó en su camioneta al hospital Roque Sáenz Peña, donde llegó muerto. Tenía un balazo calibre 38 sobre la tetilla izquierda y sin orificio de salida.
Ayer a la mañana, pasadas las 10.30, no había sonrisas de Navidad en la casa de pasillo de la familia Balmaceda. Franco, el hijo mayor de Bebo, se paseaba como un león enjaulado por esos 50 metros que separaban el Ford Fiesta blanco en el que trajeron agonizante a su padre y la casa de sus abuelos. El cronista deLaCapital llegó cuando esa era la escena que dominaba el lugar, a 15 metros del cruce de Pasaje 512 y Arrieta, en el barrio 17 de Agosto, jurisdicción de la subcomisaría 19ª. Un par de minutos más tarde llegó un patrullero del Comando Radioeléctrico. "¿Que pasó? ¿Chocó?" preguntó uno de los policías. "No. Ahí mataron a mi hermano. Ese auto está tirado ahí desde la 1 de la mañana y nadie lo vino a peritar", le respondió uno de los cuatro hermanos del Bebo. Una hora más tarde llegarían los peritos de la Policía de Investigaciones (PDI).
Un detalle de una madrugada con cuatro muertes violentas en Rosario. "Todavía la mortera no fue a buscar el cuerpo al Roque Sáenz Peña. Después le tienen que hacer la autopsia. Y una vez que eso termine recién nos entregarán el cuerpo", explicó el hermano tratando de mantener la calma. Pero para los Balmaceda la Navidad fue larga y triste.
Cena en familia. Bebo era el penúltimo de cinco hermano. Gozaba el beneficio de las salidas transitorias por una condena por robo calificado. El jueves, en la víspera de la Navidad, había ido a firmar a la oficina de Control y Asistencia Pos Penitenciaria en el marco de las exigencias que debe cumplir para permanecer en libertad. La Nochebuena la pasó junto a sus padres en la casa del pasillo ubicado en el Pasaje 512, a unos 20 metros del cruce con Arrieta, la primera calle paralela al sur de Batlle y Ordóñez al 1800. El pasillo tiene ingreso por Pasaje 512 y salida por el Pasaje 528, a unos 150 metros de Batlle y Ordóñez y España. Según se pudo reconstruir del diálogo con familiares y vecinos, poco antes de la 0.30 Bebo estaba saludando gente a pocos metros de la boca de ingreso al pasillo. Fue entonces que apareció el Ford Fiesta blanco matrícula FUXPUNCTUATION_SPACE183. Un auto que ayer a la mañana, se supo, tenía pedido de captura por haber sido robado a punta de pistola días atrás.
Una breve vuelta. En el clima de ebullición y jolgorio que reinaba en el barrio y la pirotecnia que acompañaba a los brindis tardíos, nadie les prestó atención a los amigos de Bebo. Una vecina dijo que lo vio subir y que el auto hizo un par de vueltas hasta que, menos de diez minutos más tarde, volvió a estacionarse casi frente a las pintadas canallas de la esquina: "Los pibes de 512 y Arrieta" y "La vagancia del 17". Entonces, al menos dos hombres bajaron llevando a la rastra a Bebo y lo dejaron tirado en la puerta de la casa de sus padres. Tenía un balazo sobre la tetilla izquierda sin orificio de salida. Los "amigos" de Bebo desaparecieron.
El Ford Fiesta, en tanto, quedó estacionado más de nueve horas en el lugar hasta que los peritos pudieron echarle mano. En el asiento trasero habían quedado tiradas las llaves. La carrocería del auto estaba sucia con barro. En el asiento delantero derecho quedó tirado "un verdugo", como en la jerga policial se conoce al pasamontañas cerrado, con aberturas en los ojos y la boca. La ventanilla trasera del lado del acompañante estaba rota. Las manchas de sangre en la parte trasera del vehículo llevaban a inferir que Bebo llegó sentado detrás del conductor. El rastro hemático lleva a pensar a que lo bajaron por la puerta del vidrio roto antes de dejárselo a sus padres. Los familiares de Bebo indicaron que la herida que tenía el muchacho era recta, dando la idea que el disparo fue frontal.
El viaje final. El padre de Bebo no dudó. Lo cargó en su camioneta y lo llevó al hospital Roque Sáenz Peña. Pero los poco más de dos kilómetros que separaban la escena del crimen del hospital fueron demasiados para Balmaceda, quien murió a poco de llegar. El fiscal que trabaja en la causa, Miguel Moreno, comenzó a reconstruir las últimas horas de la víctimas y así poder legar a dar con los "amigos" de Bebo.
Otro punto de la investigación es qué rol cumplió el Ford Fiesta blanco robado. ¿Fue la escena de una ejecución mafiosa?¿Fue tan sólo el vehículo utilizado para trasladar el cuerpo de Bebo desde el lugar donde fue herido de muerte? ¿O Balmaceda fue herido cuando el auto circulaba? Todos planteos que esperan ser despejados con el correr de los días.

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