El futuro Ministro de Gobierno de Santa Fe dijo que fue acertado el endeudamiento aprobado en Legislatura para adelantarse a un marco económico que puede ser complejo. Afirmó que el escenario nacional va a incidir en las negociaciones.
Diario UNO |
A partir del 10 de diciembre asumirá la nueva gestión de Miguel Lifschitz y uno de los lugares claves será el Ministerio de Gobierno y Reforma del Estado. Para ese lugar el gobernador electo eligió a Pablo Farías, quien ya fue ministro de Desarrollo Social en el gobierno de Hermes Binner y actualmente ocupa la Secretaría de Seguridad Deportiva.
En diálogo con Diario UNO, Farías dijo que una de sus primeras funciones es acompañar al gobernador electo en la puesta en funcionamiento, el armado del futuro gobierno, la conformación de los equipos de cada uno de los ministerios y el primer gran desafío político: la negociación paritaria con los gremios que representan a los trabajadores del Estado, que se dará a semanas de asumir.
“Si bien las discusiones deben iniciarse en la rama de actividad en la que trabajan como Educación o Salud, seguramente va a terminar en una discusión paritaria integral o en criterios comunes aplicados a los distintos ámbitos de trabajo. Vamos a acompañar a los distintos ministros y a la vez iremos buscando una armonía y una unidad de criterio dentro del gobierno provincial.
—¿La situación política nacional, con la definición de quién va a ser el próximo presidente, puede modificar el escenario de las paritarias?
—Sí, por supuesto. Más que la definición de quién sea el próximo presidente, lo que yo creo que puede modificar el escenario de la discusión paritaria son las primeras medidas económicas que se tomen o, mejor dicho, el impacto que tengan en la depreciación del salario básicamente, la inflación. Cuando se está hablando de una posible devaluación del peso uno imagina, por la experiencia que tenemos en la Argentina, que rápidamente eso se traslada a los precios y obviamente hay una pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Eso puede apurar y profundizar el nivel de discusiones de las políticas salariales. Algunos sindicatos, como el de los docentes, ya están advirtiendo que alguna de las consecuencias que van a tener las medidas que se pueden tomar van a tener un impacto en el nivel salarial.
—¿Eso va a hacer que la negociación paritaria que se viene sea más complicada que las de años anteriores?
—No sé si más complicada, va a tener elementos distintos. Va a tener un escenario bien distinto por lo menos a las de los dos o tres años anteriores en el sentido de que va a haber un cambio de gobierno, que eso va a tener su impacto; que cualquiera de los dos candidatos que gane va a tener alguna modificación más o menos profunda en la política económica y eso va a tener consecuencias. Por eso me parece que se va a presentar un escenario distinto, aparentemente más complejo porque también la situación económica puede ser más compleja que en años anteriores. Eso, obviamente, en una discusión paritaria tiene muchísimo peso.
—El Ejecutivo acaba de conseguir permiso para endeudarse por hasta $2.000 millones para pagar sueldos y aguinaldo. ¿Cómo está la provincia para hacer frente a las paritarias?
—Creo que vamos a estar bien. Me parece que habernos anticipado a este escenario, que todavía no se está planteando pero que se avisora como complejo, tomando un endeudamiento fue bueno. Hay que decir que el endeudamiento respecto al presupuesto provincial es absolutamente atendible porque representa una porción muy pequeña; y es un endeudamiento a muy corto plazo para cumplirlo en el ejercicio del año que viene. Más que nada estamos atendiendo a posibles desajustes de caja y se está cuidando el patrimonio de la provincia. Pero es bueno adelantarnos a ese escenario y tomar este tipo de previsiones. Creo que eso también nos sirve para dar tranquilidad y que más allá de los altibajos que puede tener la economía, la provincia está preparada y resguardada con este reaseguro financiero y no vamos a tener mayores inconvenientes.
—¿Pero usted cree que se puede repetir esa necesidad de tomar deuda para hacer frente a gastos corrientes como podría ser el saldo de las paritarias?
—La herramienta del financiamiento y del endeudamiento, en tanto y en cuanto esté dentro de las posibilidades de la provincia y no escape a una situación normal de atención de los compromisos que se contraen y sin impactar fuertemente en las finanzas públicas, me parece que es absolutamente válida. Sobre todo, y esto hay que decirlo, estamos en una provincia que perdió su principal herramienta financiera que era el banco. Se desprendió del banco público (fue privatizado durante la primera gestión de Jorge Obeid). Hay provincias, y hasta la ciudad de Buenos Aires, que no están tomando endeudamiento porque no tienen necesidad, lo toman del propio movimiento financiero de su banco público. Nosotros lo tenemos que salir a buscar al mercado porque lamentable y gravemente nos desprendimos de la principal herramienta financiera que teníamos. Por lo cual no está mal pensar periódicamente en la búsqueda de algunos recursos. Sí esperemos que los vaivenes de la economía no nos lleven a tener que buscar financiamiento para gastos corrientes y sí para bienes de capital e infraestructura. Esto está planteado y en el transcurso del próximo gobierno vamos a estar buscando recursos para mejorar más rápidamente la infraestructura de la provincia a través de obras.
—Obras muy importantes como el Cemafé o el nuevo hospital Iturraspe comenzaron en la gestión de Hermes Binner, transcurrieron la de Antonio Bonfatti y aún no se terminaron. ¿Qué va a hacer la próxima gestión?
—La idea es que se terminen lo antes posible. El ritmo de esas obras estuvo afectado por los vaivenes de la recaudación y la economía. Esperamos que no haya mayores inconvenientes y por el nivel de avance que tienen, estimamos que se van a poder cumplimentar en el transcurso del próximo gobierno.
—¿La idea es priorizar esas obras?
—La idea es terminarlas. La prioridad es terminar las que están en marcha.
—¿Les van a llevar los cuatro años?
—Esperemos que no, que nos lleve menos. Sí me parece que a partir de lo que está planteando el gobernador electo se va a poner el eje en la inversión de obra pública de infraestructura. Está planteado lo vial, donde Lifschitz ya dijo que quiere incrementar ese presupuesto y la provincia necesita por su estructura productiva contar con una mejor red vial, lo que impactará en la mejor competitividad de las empresas y emprendimientos agropecuarios. También se va a buscar la finalización de las obras que están en marcha, que son muchas y son importantes, pero que también es necesario darles un fin para que empiecen a cumplir su cometido. Son obras de fuerte impacto social por eso necesitamos que cuanto antes estén finalizadas.
—¿Cuáles van a ser las metas políticas para desarrollar estos cuatro años?
—Como metas políticas el propio Lifschitz ha planteado la necesidad de buscar los consensos más amplios posibles. Venimos de una etapa donde se trabajó mucho, por ejemplo el consenso legislativo, porque las dos cámaras (Diputados y Senadores) tenían mayoría opositora. Ahí fue imprescindible la búsqueda de consenso con las distintas fuerzas políticas para lograr gobernabilidad y la sanción de leyes que fueron importantes para estos años. Ahora se va a profundizar la búsqueda de consenso parlamentario en temas de seguridad pública. La elección del jefe de policía vamos a buscar que tenga un fuerte respaldo parlamentario que exceda al Frente Progresista. Esa va a ser una marca importante de la gestión: la búsqueda de consensos más amplia que el Frente Progresista para la toma de decisiones que afectan directamente la gestión. Donde se va a notar más eso es en las políticas de seguridad pública.
“También lo marcó Lifschitz, la necesidad de convocar a Miguel del Sel y a Omar Perotti, sus principales adversarios. Además por como se dio la elección, uno tiene que entender que la representación de la población está dividida en tres. No solo va a ser importante convocarlos a un diálogo abierto, sino también tratar de buscar consensos importantes a la hora de gestionar. Y por supuesto, la reforma constitucional va a seguir siendo una propuesta de este espacio político. Muchos dicen que no es urgente, que no está entre las prioridades, pero sí todo el mundo reconoce que es necesaria. Entonces, busquemos la forma de que no nos lleve a desatender ningún tipo de las prioridades de la gestión pero que podamos ponernos en marcha para hacerlo, sobre todo en los años que no son electorales, como lo es el año que viene”, dijo.
—¿Cómo se imagina el final de año para los santafesinos?
—Creo que va a ser bueno, no avisoramos grandes complicaciones. Por supuesto todos tenemos cierta ansiedad para saber cómo va a ser el escenario nacional y qué impacto va a tener. Pero repito que tenemos una provincia sólida en cuanto a las finanzas, más allá de los desajustes que puede haber hacia final de año y la necesidad de restringir gastos y garantizar el pago de salarios y aguinaldo, por eso se tomó el endeudamiento. Me parece que estas decisiones políticas llevan la tranquilidad de que el fin de año y el comienzo del que viene se va a dar sin mayores inconvenientes.
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