En febrero de 1976, una cita nacional de Montoneros fue desbaratada por grupos de tareas del Ejército que secuestraron a siete militantes que llegaron desde Rosario, Córdoba, Entre Ríos y Chaco. Dos fueron acribillados y otros cinco siguen desaparecidos.
Rosario 12 |
La cita nacional de Montoneros en la plaza de las Banderas es uno de los crímenes de lesa humanidad más ocultos de Santa Fe. Durante tres días, entre el 16 y el 18 de febrero de 1976, grupos de tareas del Ejército secuestraron a siete militantes que llegaron desde Rosario, Córdoba, Entre Ríos y Chaco. Dos fueron acribillados, entre ellos el jefe regional de la organización, Carlos Lorenzo Livieres Banks y los otros cinco siguen desaparecidos. Desde entonces, ningún juez había recorrido el sendero de la memoria hasta el sábado a la mañana, cuando el presidente del Tribunal Oral, Ricardo Vásquez, realizó la primera inspección judicial en casi 40 años, en el juicio por la megacausa al terrorismo de estado en Santa Fe. "Nunca es tarde en la búsqueda de la memoria, la verdad y la justicia", dijo el familiar de uno de los asesinados.
En febrero de 1976, a casi un mes del golpe del 24 de marzo, el poder militar ya se había superpuesto al gobierno de Carlos Sylvestre Begnis. La cita nacional de Montoneros tenía como enclave a la plaza de las Bandera, pero se extendía a una zona más amplia y a calles cercanas del barrio Candioti. Era un punto de encuentro de militantes que se replegaban desde otras provincias, en dos horarios: entre las 10 y las 11 de la mañana y alrededor de las 18, según el testimonio de una sobreviviente, Ana María Testa. "Era una especie de control sobre la seguridad de los militantes: que estábamos vivos, que habíamos llegado y el contacto con el compañero local", explicó.
Testa llegó a la cita de Santa Fe el 22 de diciembre de 1975, desde Misiones. Y su esposo Juan Carlos Silva, un mes y medio después, el 14 de febrero de 1976. El compañero que lo recibió lo llevó hasta la casa donde ella vivía clandestina. "Esto demuestra que las citas nacionales funcionaban y eran coordinadas por alguien en todo el país. Pero ese compañero tiene que haber caído, lo torturaron y le sacaron los lugares de encuentro", dijo Ana María. "Recuerdo que en esta época cayeron tres citas nacionales: la de Santa Fe, la de Mendoza y la de San Juan".
Dos días después, la cita cantada se transformó en una trampa mortal. Y el primero que cayó fue Antonio Silva, hermano de Juan Carlos y cuñado de Ana María, que viajó desde Resistencia, el 16 de febrero de 1976. Ellos se enteraron por que Juan llamó a la casa de sus padres y le dijeron que su hermano estaba en Santa Fe. Antonio tenía 17 años, era uno de los líderes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). "Mi esposo lo único que pudo averiguar es que había caído junto a un grupo grande de compañeros que venían desde otros lugares a la cita nacional", dijo Ana.
El 17 de febrero, desaparecieron otros tres militantes: Daniel Angerosa, Enrique Guastavino y Orlando Finsterwald, quien en setiembre de 1975 sobrevivió a un fusilamiento en la autopista, junto con su compañera, María Julia Scocco. Angerosa recién se había recibido de médico en Córdoba, y desapareció alrededor de las 18; al día siguiente, el Ejército allanó la casa de sus padres en Gualeguaychú. Guastavino cayó a la mañana y se salvaron su hermano, hoy senador nacional y ex vicegobernador de Entre Ríos, Pedro Guillermo Guastavino y otro compañero, Luis Eduardo Baffico.
El 18 de febrero, cayeron Livieres Banks, que era el jefe regional de Montoneros, Raúl Ameri y Elena Yolanda De Leonardi. "Archie", como llamaban a Livieres tenía un documento a nombre de Jorge Sorasi, corrió una cuadra y media hasta que lo balearon por la espalda, cayó en calle Alvear, entre Iturraspe y Juan del Campillo y murió en el hospital José María Cullen. Testigos que declararon en la causa dijeron haber visto con vida al otro secuestrado que se cree que podría ser Ameri. El cuerpo de De Leonardi apareció acribillado en un camino rural en jurisdicción de Luis Palacios (La Salada), departamento San Lorenzo, el 21 de febrero.
En el juicio por la megacausa, sólo se juzgan los homicidios de Silva, Angerosa, Guastavino, Livieres y Ameri, porque supuestamente a De Leonardo la mataron en otro lado, y en diciembre de 2010, la Cámara Federal de Rosario excluyó el caso de Finsterwald por considerar que faltaban pruebas "suficientes" para acreditar su desaparición en la cita nacional de Montoneros. "Sólo existen testimonios de sus familiares o amigos, que no se encontraban presentes en el momento de los hechos" y se limitaron a "reproducir lo que les habrían relatado alguna otra persona que no identifican", se justificó la Cámara. Otro crimen impune.
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