Para cubrir 400 puestos se presentaron 3.740 candidatos, la mayoría recientes graduados o avanzados estudiantes de Derecho. "Los sueldos son buenos, se pagan a término y hay estabilidad", dicen.
La Capital |
Por cada vacante que se produzca en los Tribunales rosarinos el año próximo, habrá unas 30 personas pugnando por entrar. El cálculo surge solo, después de revisar la convocatoria alcanzada por el concurso de ingreso a cargos administrativos en el Palacio de Justicia. En total, 3.740 aspirantes se presentaron para cubrir alguno de los 400 puestos que, se estima, se necesitarán en los próximos tres años. Y la cifra de candidatos no sólo crece en cada nuevo examen, sino que también cada vez son más los abogados o estudiantes avanzados de Derecho que se presentan. Para muchos, todo un signo de las dificultades que deben sortear los jóvenes graduados para ejercer la profesión.
La inusual cantidad de gente que durante los primeros días del mes transitó el tercer piso del Palacio de Justicia hacía palpar la expectativa puesta en la convocatoria que se repite cada tres años. Los aspirantes, con caras frescas y sonrisas perfectas volverán el mes próximo para empezar el derrotero de exámenes, que incluye pruebas de dactilografía, de oposición y entrevistas personales.
La inscripción "al ingreso", como se conoce a la convocatoria en los pasillos de Tribunales, finalizó el viernes 14. Exactamente, 3.740 personas completaron el trámite que los habilitará a rendir las pruebas previstas para el mes próximo. El número superó al de la convocatoria del 2012, que sumó alrededor de 3.500 aspirantes, cifra que ya estaba un 35 por ciento por encima de los exámenes de ingreso del 2009.
Y si bien no hay datos sobre el porcentaje de abogados o alumnos avanzados de la carrera que buscan el amparo de un puesto en Tribunales, la experiencia indica que cada vez son más. "En los últimos concursos, la inmensa mayoría de los aspirantes fueron abogados recién recibidos o estudiantes de los últimos años de la carrera", aseguran desde la Corte.
Para el secretario gremial del Sindicato de Trabajadores Judiciales, Jorge Pelo, la situación se ve favorecida también por las características de las pruebas de selección, particularmente un múltiple choice donde se evalúan conocimientos relacionados al derecho.
"A los exámenes se anotan generalmente chicos jóvenes de todas las edades y con trayectorias diversas, pero los que quedan mejor posicionados son claramente los graduados o estudiantes avanzados de abogacía", se queja el sindicalista judicial y señala que el gremio ya pidió a funcionarios de la Corte Suprema de Justicia provincial que se evalúe la posibilidad de modificar esta última parte de las evaluaciones.
Según advierte, las consecuencias de esta "sobrecalificación" se notan en la práctica diaria, donde afirma, “cuesta encontrar personas que quieran atender al público” o hacer tareas “consideradas menores”.
¿Por qué resulta tan atractivo ingresar a Tribunales? “En muchos puede pesar una vocación por el Derecho, pero sinceramente hay otras razones —señala Pelo—. Los sueldos son buenos, se pagan a término y hay estabilidad. Esas tres cosas”.
El sueldo para las categorías más bajas de los empleados de Tribunales ronda los 10 mil pesos.
El lado B. Los requisitos que fija la convocatoria de ingreso a Tribunales son claros. Los postulantes deben ser argentinos, contar con buenos antecedentes de conducta y haber completado el secundario. Además, tener 18 años cumplidos y no haber alcanzado los 45. No más que eso. La prueba de ingreso está dividida en cuatro etapas, de las cuales sólo el examen de dactilografía resulta eliminatorio si los aspirantes no logran tipear un mínimo de 140 palabras correctas en 4 minutos.
Guillermina Damen es vicepresidenta de la comisión de Jóvenes Abogados del colegio profesional. Para la profesional, con tres años de graduada, la cantidad de graduados que buscan ingresar en Tribunales, es la otra cara de un mercado laboral que se presenta cada vez más esquivo.
“No tenemos estadísticas sobre cuántos graduados se presentan a los concursos, pero claramente son muchos y sin dudas esto tiene que ver con lo difícil que resulta trabajar en forma independiente”, señala.
De esta forma, advierte, como el trabajo en Tribunales es incompatible con el ejercicio de la profesión, “muchos terminan no ejerciendo nunca o se reciben y ni siquiera se matriculan”. Tampoco el horizonte de avanzar en la carrera judicial parece determinante ya que “acceder a un cargo puede demandar años y a los concursos también se pueden presentar profesionales independientes”, explica.
Sin vueltas, señala: “Ingresar al Palacio de Justicia es llegar seguro a fin de mes y no preocuparse por quedarse sin trabajo”.
Tras la rueda. Los aspirantes que la semana pasada dejaron sus currículums en las oficinas de la Corte daban cuenta de esta situación. “Muy pocos estudios jurídicos que pueden generar empleo y pagar sueldos ofrecen más de 6 o 7 mil pesos por mes. El que te paga eso te hace trabajar full time, 9 horas, 9 días a la semana. Y para estar al frente de un estudio propio hay que cumplir una rueda de diez años llevando y trayendo casos para poder vivir de la profesión”, señala Damen y enumera varias gestiones que desde la comisión impulsaron con el objetivo de facilitar el ingreso laboral de los jóvenes graduados. En pocos días comenzarán los exámenes en el aula del tercer piso del Palacio de Justicia. Por el salón pasarán las 3.900 personas habilitadas para rendir el examen de dactilografía que resulta eliminatorio. Los que alcancen a escribir 140 palabras en 4 minutos sin sumar ni quitar una coma del texto original seguirán en carrera.
Al final del proceso, el orden de mérito elaborado en función del puntaje obtenido en cada prueba marcará la forma en que se cubran las vacantes que se generen en los Tribunales en los próximos tres años.
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