En esa localidad de 9 de Julio, en febrero, acarreaban agua para consumo humano y animal. Hace 10 días recibió 300 mm en una noche más el exceso hídrico de Santiago del Estero y quedó bajo agua. Algunas familias que habitan la zona rural del distrito quedaron incomunicadas por unos días.
/Rosario 12 |
El problema de la falta de agua en el noroeste santafesino es un problemas que ya tiene años. El déficit hídrico hace que las napas estén muy bajas y no hay perforación que saque el líquido vital para las personas y los animales que viven en el departamento 9 de Julio. Todos los veranos se repiten las disputas con las provincias de Santiago del Estero y Salta por el manejo hídrico que hacen que las aguas del Salado no lleguen a territorio santafesino. Incluso hasta hace un mes esa situación llegó a instancias límites cuando desde Tostado advertían que el agua acumulada en el azud nivelador se podía echar a perder porque desde Santiago del Estero no pasaba ni una gota.
Pero la última semana de febrero llegó la lluvia. La gran mayoría del departamento se benefició, mientras que la localidad de Gregoria Pérez de Denis (más conocida como El Nochero) sufrió los efectos de las precipitaciones. La comuna que se encuentra en el norte del departamento tuvo en la noche del 24 de febrero una lluvia de 270 milímetros y dos días después cayeron otros 30. Pero al mismo tiempo llovieron 411 milímetros en el paraje El Cuadrado, provincia de Santiago del Estero. “Eso, por pendiente natural, baja hacia nuestro distrito”, explicó a Diario UNO el presidente comunal de Gregoria Pérez de Denis, Fernando Díaz.
“Ese caudal pasó sobre la ruta 35 interprovincial que nos separa de Santiago del Estero y tapó caminos, campos y, en algunos casos ingresó a los domicilios. Todavía sigue drenando el agua desde allá y por consiguiente nosotros seguimos teniendo agua en nuestro distrito”, aseguró el jefe comunal.
Díaz señaló que todo ese caudal desemboca hacia el este de la comuna, en un lugar que se llama la Cañada de las Víboras, un bajo grande que muchas veces sirve de reserva para el pueblo. “Desde Santiago hacia la cañada el agua viene arrasando con todo lo que son los sembrados de algodón, maíz, sorgo, y rodea al pueblo. El agua está pasando por canales que nosotros tenemos súper saturados, pero por suerte no rebalsaron y no tuvimos ingreso hacia la localidad. Pero todo el distrito rural está muy complicado porque todavía viene mucha agua hacia el este”, indicó.
Aún es muy temprano para medir el impacto en la producción rural y se están haciendo todos los esfuerzos para que sea el menor posible. Pero hasta hace dos días el 80 por ciento de la producción estaba bajo agua. “Si Dios mediante no llueve más por una semana podemos llegar a salvar la producción. La mayoría de los algodones y el sorgo tienen entre 40 y 50 centímetros de agua. Pero todo está drenando hacia el bajo y nosotros estamos tratando de acelerar el escurrimiento para que los sembrados empiecen a liberarse”, aseguró Díaz.
Los pronósticos no son alentadores, ya que marcan para los próximos días probabilidades de lluvia en esa región. “Estamos alertas y mirando para arriba para que no llueva. Pero es una locura, porque en esta zona no hay un punto de equilibrio en el clima. Hace 25 días estábamos acarreando agua para los animales y para el consumo humano y hoy no sabemos cómo sacar el agua que nos está tapando todo”, dijo.
En una zona muy castigada por la sequía, Díaz dijo que están viendo cómo aprovechar el ocasional exceso hídrico que hoy tienen. “Tenemos reservorios en las zonas rurales. Hace unos años, a través del Ministerio de Agricultura de la Nación y de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, pudimos hacer 10 reservorios grandes y tenemos una represa pegada al pueblo que es del ferrocarril y le abrimos las puertas para que se llene. Hoy está prácticamente repleta y estamos almacenando el agua para que si no llueve en el futuro inmediato podamos tener algunas reservas”.
Luego continuó: “Pero se habla de que marzo viene con ganas de llover. Mientras tanto nosotros logramos llenar la represa con el agua que viene de Santiago del Estero y con todo lo que llovió en el oeste y noroeste de nuestro distrito. Todo eso tratamos de captarlo en los reservorios y en la represa del ferrocarril”.
—¿Es inusual tener una lluvia tan importante en pocas horas?
—Sí, porque nosotros venimos desde fines de 2007 hasta hace 25 días con emergencias y desastres por sequía. Recibir de golpe 270 milímetros y 30 más a los dos días, más todo lo que llovió en el paraje El Cuadrado, en Santiago del Estero, es mucho. La ruta interprovincial está cortada desde hace 10 días con 40 centímetros de agua y todo eso es lo que está bajando directamente hacia el este, donde está nuestra comuna. Pero esto no le va a servir al resto del departamento, porque el agua busca los bajos que están en los departamentos Vera y General Obligado.
De todas maneras, en el sector centro y sur del departamento también hubo lluvias durante febrero que ayudaron a mejorar las condiciones que se presentaban en los primeros días del mes. En ese sector siguen esperando lluvias que puedan aportar buenos caudales a las napas y empezar a terminar con un déficit hídrico que lleva más de un lustro.
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