En el Inicial, Central tuvo que reponerse de momentos de turbulencia. Hoy enfrenta una situación parecida. El "Sapito" Encina ya puede retornar al equipo que conduce Miguel Angel Russo.
La Capital |
Rosario Central ya pasó por momentos de turbulencia en el torneo Inicial y es en ese punto donde radica el mayor grado de confianza de parte de los jugadores, pero en especial del cuerpo técnico. Hoy la frase que más se escucha en el seno del plantel es que a esta altura, en el torneo pasado el equipo tenía dos puntos menos (6). No obstante, está claro el salto que el grupo debe dar para terminar redondeando otro buen campeonato y de esa forma alejar cualquier contratiempo que tenga que ver con el tema del descenso.
Aquella vez el arranque no fue bueno (sólo hubo victorias ante Quilmes y Godoy Cruz), por lo que siempre debió luchar desde abajo. Hasta que llegó el momento de la levantada, que inició precisamente en el partido contra Arsenal, cortando una racha de tres derrotas consecutivas. Hoy, ese colchón de puntos que terminó atesorando es lo que tiene al equipo con cierto grado de tranquilidad.
Para Russo y sus colaboradores lo de ahora también forma parte del aprendizaje, más allá de que estos mismos futbolistas, a excepción de los dos que llegaron como refuerzos (Jesús Méndez y Francisco Dutari) ya cuentan con un torneo sobre sus espaldas.
La lectura que hace el cuerpo técnico es que ese aprendizaje pasa por seguir ensamblando piezas y potenciar el juego, pero teniendo en cuenta que aparecieron jugadores jóvenes, lo que por ahí retrasa el crecimiento.
La referencia corre para los casos de Walter Acuña, Tomás Berra, Lucas Lazo, Elías Gómez y hasta el propio Jonás Aguirre, quien apareció de titular recién en el último partido.
"Es cierto que no ganamos hace unos cuantos partidos, pero contra Tigre el equipo no sólo no sufrió problemas de descompensación, sino que no le generaron ninguna situación clara de gol", comentó alguien que charló con el técnico después del empate contra el Matador de Victoria.
Dejar de lado la categoría de los rivales que se avecinan puede ser un error. Arsenal viene haciendo un campeonato de discreto para abajo, lo mismo que All Boys, pero después de eso llegarán los enfrentamientos contra Lanús, Boca y el clásico frente a Newell\'s.
Hace seis meses pudo. De hecho, de Arsenal en adelante, Central estuvo 8 encuentros sin conocer la derrota, con 4 triunfos y 4 empates (contando hasta el partido frente a Estudiantes inclusive).
Claro que el escenario no es el mismo. Y el torneo es otro. Es más, cumpliendo esa performance ya hasta terminaría con el tema del promedio —este no parece ser el caso—. De allí que la sensación de que el presente es más para ocuparse que para preocuparse.
Lo cierto es que la racha de cuatro partidos sin victorias está a la vista. Y la necesidad de mejorar no escapa a ningún razonamiento. Si ese aprendizaje al que hizo referencia Russo entre sus allegados tiene realmente algo que ver, se verá en los próximos compromisos. Por lo pronto, en el Inicial algo de eso hubo y logró salir de la malaria que entregaban los resultados. Ahora es tiempo de dar el paso en ese sentido y de repetir el camino.
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