Los once de Berti rescataron un punto frente a Gremio, algo importante jugando de visitante cuando se trata de la Copa Libertadores.
La Capital |
En el abecé de la Copa Libertadores de América empatar como visitante es un muy buen resultado. A partir de esta sentencia debe ponderarse el 0 a 0 que consiguió anoche Newell\'s frente a Gremio en Porto Alegre. Después, las formas. Las que poco interesan cuando el objetivo está cumplido. Lo valioso entonces será hacer un análisis exhaustivo y crítico del desarrollo. Eso ayudará para que el equipo crezca, se fortalezca y se instale en los octavos de final. Lo que equivale a decir que habrá superado la primera gran prueba: pasar la zona más difícil de la fase de grupos. No es poco. Todo lo contrario.
Ahora, el desarrollo.
Cuarenta y siete minutos del segundo tiempo. Newell\'s había pasado por las mil y una peripecias para mantener el cero en su arco pero tenía una chance preciosa de incomodar a Gremio. Tiro libre sobre la izquierda en las cercanías del área de Grohe. Toda una tentación: meter la pelota en el área y buscar el cabezazo salvador de Cáceres, Heinze, Trezeguet... Faltaba un minuto, quizás Gremio no tendría otra chance de ataque. Sin embargo entre Maxi y Castro la entretuvieron para que pasara el tiempo. Prefirieron la tenencia antes que intentar lo que a esa altura hubiera sido un milagro: poder meter la pelota en el arco de Gremio.
No se hará un juicio de valor sobre esa actitud, sino que se tomará la jugada para demostrar todo lo que había padecido Newell\'s y lo importante que era conservar el empate, ni más ni menos que el primer punto que obtiene en Brasil por la Libertadores.
Gremio debió ganar el partido por lo que hizo en el segundo tiempo, lapso en el que Newell\'s desapareció de la cancha después de un primer tiempo en el que se las había ingeniado para llevar a los locales a su terreno.
Se repasan aquellos primeros 45 minutos, lo mejor de Newell\'s en el partido.
De tanto suponer un partido mano a mano, los primeros 10 minutos mostraron cuánto se podían ofender. Pero también quedó expuesta una realidad: qué poco se podían ofender. Un pase vertical lo dejó a Zé Roberto en posición de gol, pero entre su indecisión y el buen cierre de Guzmán se las arreglaron perfectamente para que no pasara más allá de un amague de jugada de riesgo. De a poco la osadía se fue transformando. El rojinegro comprendió que esa puesta en escena, ponderable por jugar de visitante, no era el negocio más remunerativo. La estrategia trocó a partir de entonces en un mayor control de la pelota. Y la Lepra a partir de entonces sólo se desenfocó cuando la perdió antes de la mitad de cancha. El riesgo a partir de ahí pasó por Newell\'s mismo: fue el protagonista de las buenas y de las malas hasta el final del primer tiempo. Pero el saldo al final de esa etapa fue positivo.
Bien podía suponerse que Newell\'s tenía chances de profundizar su predominio anterior en la segunda parte. Pero sucedió todo lo contrario. Gremio se lo llevó por delante. Le creó media docena de situaciones clarísimas de gol y el partido terminó 0 a 0 sólo por la impericia de los tricolores para definir.
El partido ya es historia. El resultado es positivo. Lo será mucho más si Newell\'s decodifica todos los mensajes negativos que entregó su juego en la segunda etapa.
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