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domingo, 9 de marzo de 2014

Dos jóvenes santafesinos se dedican a hacer ropa exclusiva que cuenta historias

Ana Giacomini y Guillermo Sambrano estampaban remeras. Hoy diversificaron su producción y tienen trabajos únicos. Cada prenda posee una etiqueta que explica quién hizo el diseño
Diario UNO de Santa Fe

Ana Giacomini y Guillermo Sambrano comenzaron hace tres años a realizar estampados para conseguir un ingreso que les permita vivir. Al principio estampaban lo que la gente quería. “Tuvimos muchos pedidos de fanáticos de bandas de rock que no conseguían una remera determinada y nosotros se las hacíamos. Pero fuimos desde una remera de One Direction hasta una de Sumo o de una banda que sólo conocía la persona que nos pedía la remera”, relató Guillermo sobre los inicios.

Lentamente los emprendedores fueron buscando un camino propio y ahí empezaron a ver en qué otras cosas podían utilizar los estampados. “En esos momentos nos llegaron trabajos para terceros que eran muy diversos y decidí hacer el curso de encuadernación artesanal y empezamos a hacer los cuadernitos. Eso nos permitió dedicarnos a las estampas textiles aplicadas a otras cosas”, contó.

A partir de ingresar en el mundo de los estampados comenzaron a investigar las diferentes formas de realizar el trabajo. “Nos decidimos por la que usamos actualmente, que se llama sublimación textil, por las posibilidades de estampas que nos permite hacer. La técnica es tintas sobre un papel que se transfieren por medio de calor al textil que se estampa. Eso se puede hacer de forma manual o digital, que es lo que hacemos nosotros”, explicó Guillermo.

“Pero siempre partimos del dibujo original, que puede ser a mano o hecho en la computadora y a pesar de ser un proceso digital, no deja de ser original”, aclaró Ana y agregó: “Hacia donde vamos es a producir todo. Desde los dibujos y las imágenes a todos los soportes que utilicemos como las remeras, las gorras, muñecos, cuadernos o lo que sea”.

El objetivo de los jóvenes es instalarse como una marca de diseño con estilo propio. “El nuestro es un estilo callejero, que se basa en esto de que la belleza está en la calle. Lo heterogéneo y lo distinto está en la diversidad y por eso nos inspiramos en nuestra casa, en nuestro perro, en las bicicletas, en lo que vemos en la calle, en lo que hacen nuestros amigos”, expuso la abogada que hoy reniega de su profesión.

Desde los primeros estampados hasta la actualidad, el emprendimiento La Rue Diseños fue incorporando dibujos propios y hoy ya está en una etapa donde comenzaron a trabajar “con los dibujos de amigos que son artistas plásticos y diseñadores con los que se trabaja en sociedad. Estamos dentro del marco de la economía social y está bueno poder entender esto desde otro lugar. Hacemos ropa, moda, pero también trabajamos con mucha gente que está en la misma que nosotros. Hoy nuestro trabajo se basa en laburar con amigos”, aseguró Ana.

En cada serie, dentro de una colección, las prendas tienen una etiqueta distinta. Allí los emprendedores aprovechan a contar quién hizo la imagen y en qué se inspiraron. Por ejemplo, el verano largaron una serie de Caetano, que es su perro y que también los acompaña a las ferias. En esa colección todas las imágenes se inspiran en las posturas y costumbres de la mascota con dibujos de Guillermo. “Está bueno porque la gente ya no está comprando una remera, sino que está comprando una historia”, explicó Ana.

La comercialización
Los primeros pasos los dieron en ferias y bares locales que también organizaban ventas, cobraban el stand y los emprendedores vendían. “En esos momentos el Diseña Santa Fe era lo único estatal que había, todavía era chico y no todos habían entrado a ese circuito. Después nos empezamos a dar cuenta de que el Facebook era la herramienta y vendemos mucho por internet”, explicó la emprendedora.

“También –continuó– nos metimos en los emprendedores de la Municipalidad y eso nos dio una mano increíble porque nos permitía ir a ferias más populares en diferentes lugares de la ciudad. Eso es todo un tema porque terminamos vendiendo ropa de diseño en la Fiesta de la Virgen de Guadalupe, pero fue una apuesta que estaba buena porque también nos dábamos cuenta de que lo que hacíamos le gustaba a la gente”.

Las ventas también las hacen en pueblos del interior de la provincia. “Yo nací en San Guillermo y en mi pueblo no tienen acceso a la ropa de diseño y es un súper negocio porque la gente quiere adquirir esto. Pero todas las ventas son en ferias estatales o privadas. A mí lo que más me gusta de este emprendimiento es conocer gente. En todos los lugares en los que vamos conocemos gente copada”.

Por su parte, Guillermo expresó: “A mí me gusta esto de poder trabajar de forma independiente. Esto de poder organizarnos con nuestros tiempos, que también es un desafío, nos permite ver el esfuerzo que estamos haciendo y eso cuando se trabaja en relación de dependencia muchas veces no se ve. Siendo nuestro el emprendimiento, a pesar de las trabas con las que tenemos que luchar todo el tiempo, vemos el resultado y el fruto de ese trabajo que queda para nosotros. Desde el año pasado ya podemos decir que vivimos ciento por ciento de este trabajo”.

Al ser consultado sobre qué fue lo que más les costó, Sambrano dijo: “Nosotros empezamos en esto sin conocer las técnicas de estampados, ni de textiles. Y eso también forma parte de lo que nos gusta, tener que ir reinventándonos y aprendiendo sobre nuevas cosas. El futuro lo vemos en tratar de que La Rue sea una marca, de trabajar por temporadas y organizarnos mejor. Aprendimos sin querer que la parte textil tiene ciertas formas de organización. Por eso, de acuerdo a la temporada van los modelos de la ropa, las estampas, saber qué se mantiene estable y qué pasó de moda. Nuestro desafío es dejar de ser un pequeño emprendimiento para poder crecer”.

En tanto Ana expuso: “El desafío es conseguir plata porque salvo el Estado nadie le quiere dar plata a los emprendedores. Y eso está mal. Crecer es todo a pulmón y con tu propio capital. No hay crédito y eso hace que el proceso sea demasiado lento. Está buenísimo lo que hacemos; trabajamos con artistas y eso no lo hacen ni las mejores marcas. Estaría buenísimo poder hacer muchas cosas más, pero no tenemos plata”.

—¿Se puede llevar a gran escala el trabajo con diseños de artistas plásticos?
Ana Giacomini: Totalmente. Cuanto más ampliamos el mercado, mejor. Porque podemos vender prendas exclusivas en diferentes ciudades y eso hace que uno de Ushuaia no se va a cruzar con uno de Jujuy. Así trabajan las grandes marcas de diseño en la Argentina. Además, cuando trabajamos con una serie de una artista plástica, eso nos obliga a hacer una sola remera, y esa prenda es una obra de arte. Más exclusivo es imposible.

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