Noé Adán Campagnolo fue secuestrado el 24 de marzo del 76 y obligado a entregar la jefatura del municipio. Los acusados son el coronel José María González; el teniente coronel Jorge Roberto Diab, y el ex oficial de la Policía Ricardo José Salomón.
/Diario UNO |
El fiscal federal Walter Rodríguez solicitó que se eleve a juicio oral la causa que investigó el secuestro y los tormentos sufridos por el ex intendente de la ciudad de Santa Fe, ya fallecido, Noé Adán Campagnolo y el ex presidente de la Cámara de Diputados, Rubén Dunda, durante la última dictadura militar. Los acusados son el primer interventor militar de la dictadura en la provincia, coronel José María González (condenado en diciembre del 2011 a prisión perpetua acusado por la desaparición de Mario Marini y la detención de su esposa, Ana María Cavadini, y su hijo de pocos días de vida); el ex subjefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122, teniente coronel Jorge Roberto Diab, y al ex oficial de la Policía santafesina, Ricardo José Salomón, marcado como uno de los autores materiales de las torturas.
Tanto Diab como González están imputados además en la megacausa, que fue elevada a juicio oral por el juez Reinaldo Rodríguez y que nuclea 35 homicidios y otros delitos como asociación ilícita. Diab era el encargado, antes de cualquier operativo, de pedir a catastro un plano de la manzana, y analizar cuáles podían ser las vías de escape que podría tener la víctima o quiénes podían ayudarlo en las inmediaciones.
Campagnolo y Dunda fueron secuestrados el 24 de marzo de 1976. El ex intendente fue llevado primero al Palacio Municipal para que –ante escribano público– firmara la entrega del Ejecutivo al interventor de la dictadura, teniente coronel Roberto Pedro Arrieta. De allí, lo trasladaron directamente a la Guardia de Infantería Reforzadas, donde Campagnolo sufrió una brutal tortura que contó en 1996, al cumplirse un nuevo aniversario del golpe, en el programa de televisión Entre Líneas, conducido por Guillermo Tepper: “Los milicos intentaron matarme. Me introducen por el ano un objeto cortante, me rompen el intestino y la vejiga. Si la picana eléctrica hubiera estado encendida, me hubieran matado”, contó al aire.
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