La despedida del Gigante de Arroyito hasta el año que viene no llega sola. Viene acompañada de una necesidad que no admite reparos, ni atenuantes. Desde las 20,20 contra Racing.
La Capital |
La despedida de Central del Gigante de Arroyito hasta el año que viene no llega sola. Viene acompañada de una necesidad que no admite reparos, ni atenuantes. Tampoco es cuestión de vida o muerte, pero este Central está obligado a mejorar su producción. Casi que la mayor obligación la tiene consigo mismo, con su propio orgullo, más que con los números, ya que tiene este partido y el que viene (ante Argentinos Juniors) para sumar esos famosos tres puntos que busca para llegar al objetivo de mínima. Pero recomponer la imagen que dejó en Bahía Blanca es ya; y no da lugar a dilaciones, cualquiera sea el resultado. Y desde las 20.20 Racing es quien pondrá resistencia en esta ocasión. Un equipo de Mostaza Merlo que llega con más falencias que virtudes, pero que siempre impone respeto.
Será muy corto el paso que se deberá dar para superar lo hecho contra Olimpo, pero, por esa misma razón, es muy grande lo que se necesita para llegar a ese mínimo de rendimiento que se había alcanzado, y que llevó al equipo a estar ocho partidos sin derrotas. Y si hasta aquí se hace más referencia a lo que fueron los 90 minutos en Bahía Blanca que a las contingencias, escollos y particularidades del choque contra Racing, es porque lo que sucedió no puede ni debe ser pasado por alto. Si es cierto que de los errores se aprende, en el último viaje hay unos cuantos capítulos para estudiar y repasar.
A partir de ahí sí podrá focalizarse en sumar. Si es posible de a tres. Porque esa cantidad de puntos liberaría en cierta forma al equipo. Sería alcanzar una línea a la que parecía prácticamente una quimera arribar después de aquel inicio de torneo con angustia y flacos resultados.
Los retoques que habrá en el equipo (ver aparte) poco tienen que ver con aquel mal funcionamiento en Bahía Blanca. No obstante, esos cambios pueden ayudar a que el equipo eleve su nivel en algunos puestos clave.
Aquel diagnóstico de Russo en el pospartido contra Olimpo respecto a que su equipo le falta fútbol, no fue para nada errado. Es lo que se tratará de recuperar hoy. A la medida que pueda, claro. Tal vez con el simple hecho de elevar la actitud puede allanar un poco el camino.
La chance está. Central tendrá que luchar contra la propia impericia, contra la resistencia que imponga un rival como Racing, contra la impaciencia de la gente, que querrá ver ganar al equipo en el último partido del año en el Gigante, y posiblemente contra muchas cosas más. Pero las excusas a esta altura de poco valen. No hay nada que pueda contrarrestar la obligación de mejorar. Y si eso se logra, la ruta que conduce a esos famosos 25 puntos lucirá más despejada.
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