Javier Alvarez fue herido ayer a la tarde en el penal de Paraguay al 1100. Esta acusado de robar dos veces en 48 horas el mismo negocio. El sistema de vigilancia con sensores y videocámaras lo detectó.
La Capital |
Un joven ladrón, reconocido por haber asaltado la misma joyería dos veces en 48 horas Javier Alvarez fue herido ayer a la tarde en el penal de Paraguay al 1100. Esta acusado de robar dos veces en 48 horas el mismo negocio, fue herido de una puñalada en el pecho en medio de una gresca que se desató la tarde de ayer en el atestado penal de la seccional 2ª, de Paraguay y Mendoza. Por ese ataque, que habría sido perpetrado por otros dos internos “ya identificados”, el muchacho fue internado en grave estado en el Hospital de Emergencias donde fue operado al entrar la noche.
Se trata de Javier Alvarez, el osado delincuente que las madrugadas del 21 y 22 de julio de 2012 fue detectado mientras robaba la Joyería Work de Córdoba y Presidente Roca, en pleno Paseo del Siglo. Ayer por la tarde, alrededor de las 18, Alvarez y otros dos de los 34 presos que se alojaban en la secional 2ª mantuvieron una fuerte reyerta.
El asunto llegó a su fin cuando Alvarez recibió un profundo puntazo en el pecho: “Fue un problema entre ellos. Se secuestraron dos chuzas caseras y se separó a los agresores que están perfectamente identificados”, dijo una fuente policial. Y agregó que “el muchacho tiene un pulmón perforado y está grave en el Heca”.
En tanto el defensor de Alvarez, Marcos Cella, dijo que “la herida le afectó el corazón” y adelantó que presentará ante la Justicia “una demanda porque su cliente estaba en una comisaría por resguardo y terminó al borde de la muerte”.
Los atracos de Alvarez fueron precisos y certeros. Además, su nombre trascendió no sólo por las filmaciones sino porque invertía gran parte de los botínes de sus robo en emprendimientos turísticos (ver aparte).
Frente a la cámara. En los dos hechos de julio actuaron dos hombres que desplegaron un trabajo sigiloso, tomándose a la chacota el sofisticado sistema de vigilancia con sensores y videocámaras que sólo los detectó en los últimos tres minutos del golpe, cuando ya nada podía impedir que arrasaran con el material más valioso del comercio y se escabulleran por donde habían llegado.
“No les alcanzó una vez así que doblaron la apuesta y también mi perjuicio”, dijo en su momento Daniel Guerrero, el dueño de la joyería Work, junto a los cristales rotos de las vitrinas del negocio en Córdoba 1622. En una pantalla dividida en 16 cuadrículas con cada rincón del local, el comerciante miraba las alternativas del atraco registrado por cámaras que sirvieron solo para mostrar con nitidez la eficacia de los intrusos y sus caras al descubierto. Guerrero estima que le robaron más de 700 mil pesos en mercadería entre los dos robos.
La joyería es un inmueble rectangular de unos 25 metros de largo con dos zonas bien diferenciadas. La entrada por Córdoba es un salón con vitrinas donde lucen piezas de joyería y relojes de marcas exclusivas. Las dos veces la irrupción de los maleantes, ambos de físico menudo, fue por un depósito del fondo sobre el cual abrieron una brecha de 20 centímetros por un metro en un techo de policarbonato.
Allanamientos. En el marco de la pesquisa, en septiembre de 2012 la policía rosarina realizó varios allanamientos y localizó a Alvarez en la ciudad de Córdoba y a su cómplice, identificado como Lucas M., de 28 años y apodado “Piñón fijo”, en su casa del suroeste de Rosario.
Todo comenzó cuando un oficial de la Inspección de 2ª Zona, que tiene las comisarías del norte y noroeste de Rosario, reconoció a uno de los ladrones por la fotos del diario. “Ese es el cordobés que tuvimos detenido en la 7ª”, comentó entre sus compañeros. Así se supo que era Javier Alvarez, con fama en escruches (robos en viviendas en ausencia de sus moradores).
Pero los dos muchachos fueron beneficiados con la eximición de prisión y recuperaron la libertad. Fue hasta diciembre de 2012 cuando cayeron por robar una distribuidora de la zona sur y los policías supieron que sobre ellos pesaba un pedido de captura por haber burlado la prisión domiciliaria.
Al allanarse una casa de “El cordobés”, en Garay al 4000, la policía secuestró 3.970 pesos en efectivo y varios objetos que había comprado en el shopping Alto Rosario un día antes, presuntamente con el dinero robado en la distribuidora. Los policías incautaron un par de zapatillas Adidas, un par de lentes Prume, un par de ojotas Reef, un par de zapatos de Borsalino y tres celulares, todos objetos que el hombre pensaba dejar junto al arbolito de Navidad para sus allegados.
En tanto, a “Piñón fijo” lo apresaron en su casa de Río de Janerio al 3400, pero no le secuestraron nada en particular. El muchacho, de 24 años, tenía antecedentes desde el año 2005.
El asunto llegó a su fin cuando Alvarez recibió un profundo puntazo en el pecho: “Fue un problema entre ellos. Se secuestraron dos chuzas caseras y se separó a los agresores que están perfectamente identificados”, dijo una fuente policial. Y agregó que “el muchacho tiene un pulmón perforado y está grave en el Heca”.
En tanto el defensor de Alvarez, Marcos Cella, dijo que “la herida le afectó el corazón” y adelantó que presentará ante la Justicia “una demanda porque su cliente estaba en una comisaría por resguardo y terminó al borde de la muerte”.
Los atracos de Alvarez fueron precisos y certeros. Además, su nombre trascendió no sólo por las filmaciones sino porque invertía gran parte de los botínes de sus robo en emprendimientos turísticos (ver aparte).
Frente a la cámara. En los dos hechos de julio actuaron dos hombres que desplegaron un trabajo sigiloso, tomándose a la chacota el sofisticado sistema de vigilancia con sensores y videocámaras que sólo los detectó en los últimos tres minutos del golpe, cuando ya nada podía impedir que arrasaran con el material más valioso del comercio y se escabulleran por donde habían llegado.
“No les alcanzó una vez así que doblaron la apuesta y también mi perjuicio”, dijo en su momento Daniel Guerrero, el dueño de la joyería Work, junto a los cristales rotos de las vitrinas del negocio en Córdoba 1622. En una pantalla dividida en 16 cuadrículas con cada rincón del local, el comerciante miraba las alternativas del atraco registrado por cámaras que sirvieron solo para mostrar con nitidez la eficacia de los intrusos y sus caras al descubierto. Guerrero estima que le robaron más de 700 mil pesos en mercadería entre los dos robos.
La joyería es un inmueble rectangular de unos 25 metros de largo con dos zonas bien diferenciadas. La entrada por Córdoba es un salón con vitrinas donde lucen piezas de joyería y relojes de marcas exclusivas. Las dos veces la irrupción de los maleantes, ambos de físico menudo, fue por un depósito del fondo sobre el cual abrieron una brecha de 20 centímetros por un metro en un techo de policarbonato.
Allanamientos. En el marco de la pesquisa, en septiembre de 2012 la policía rosarina realizó varios allanamientos y localizó a Alvarez en la ciudad de Córdoba y a su cómplice, identificado como Lucas M., de 28 años y apodado “Piñón fijo”, en su casa del suroeste de Rosario.
Todo comenzó cuando un oficial de la Inspección de 2ª Zona, que tiene las comisarías del norte y noroeste de Rosario, reconoció a uno de los ladrones por la fotos del diario. “Ese es el cordobés que tuvimos detenido en la 7ª”, comentó entre sus compañeros. Así se supo que era Javier Alvarez, con fama en escruches (robos en viviendas en ausencia de sus moradores).
Pero los dos muchachos fueron beneficiados con la eximición de prisión y recuperaron la libertad. Fue hasta diciembre de 2012 cuando cayeron por robar una distribuidora de la zona sur y los policías supieron que sobre ellos pesaba un pedido de captura por haber burlado la prisión domiciliaria.
Al allanarse una casa de “El cordobés”, en Garay al 4000, la policía secuestró 3.970 pesos en efectivo y varios objetos que había comprado en el shopping Alto Rosario un día antes, presuntamente con el dinero robado en la distribuidora. Los policías incautaron un par de zapatillas Adidas, un par de lentes Prume, un par de ojotas Reef, un par de zapatos de Borsalino y tres celulares, todos objetos que el hombre pensaba dejar junto al arbolito de Navidad para sus allegados.
En tanto, a “Piñón fijo” lo apresaron en su casa de Río de Janerio al 3400, pero no le secuestraron nada en particular. El muchacho, de 24 años, tenía antecedentes desde el año 2005.
Botines bien invertidos
Según se supo tras la detención, Alvarez era un hombre que se movía entre la clase media acomodada de Córdoba y Rosario. Un interesante desafío a plantear para los sabuesos de la Afip. Era inquilino de una casa en el country del club Logaritmo, en el kilómetro 4 de la ruta nacional 34, en Ibarlucea, que utilizaba como residencia cuando venía a la ciudad. Además de esa vivienda tenía tres autos de modelos recientes: un Honda Fit, un Volkswagen Crossfox y una Toyota Rav 4x4. En la ciudad de Córdoba tenía un departamento en Achaval Rodríguez entre Obispo Trejo y avenida Vélez Sársfield, en el barrio Nueva Córdoba y cerca del shopping Patio Olmos. Y en el valle de Traslasierra tenía complejos de cabañas en Cura Brochero y Arroyo de los Patos, ubicadas a pocos kilómetros de Mina Clavero.
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