Queda en el corazón de Pro Adelanto Barranquitas, fue inaugurada en el 2000 y en estos 13 años, fue asaltada 20 veces. “Necesitamos policías en la calle, si la cierran perdemos el servicio”, dijeron los vecinos.
Entraron armados, amenazaron a la farmacéutica, a sus dos hijas adolescentes y a los clientes y se llevaron la recaudación del día. Sabían que en el local, ubicado en J. B. Iturraspe al 3.100, en el corazón de barrio Pro Adelanto Barranquitas había dinero en efectivo.
“Habían estudiado el negocio, sabían que yo limpiaba la caja, que guardaba por separado el dinero, sabían todo. Las pérdidas económicas son un problema, pero además, amenazaron a punta de pistola a mis hijas y a los clientes. Realmente, la situación se ha vuelto insostenible”, contó Roxana Perotti en diálogo con Diario UNO, y mostró las flamantes rejas que instaló dentro del local.
“Ahora atiendo a la gente detrás de estos barrotes, no es lo que yo soñé cuando abrí la farmacia hace 13 años, pero es la única opción que me está quedando”, confesó. Es que el 10 de enero pasado, el local sufrió su asalto número 20. Una cifra redonda que hizo que Roxana fuera habitué de la comisaría 6ª, donde denunció cada uno de los asaltos.
Pero ésa no fue la única medida que tomó, también decidió cortar un servicio de cobro de impuestos, que era muy utilizado por los vecinos mayores, que de esa manera evitaban ir al banco con tanto dinero en efectivo. “El miedo que tenemos todos es que decida cerrar el local, por culpa de la inseguridad. Nos dolería que eso ocurra con cualquiera de los comercios del barrio, porque son servicios que vamos perdiendo”, contó Fernando Centurión, el vicepresidente de la vecinal, quien describió el caso de la farmacia Perotti como un ícono de los efectos de la inseguridad en la zona.
Época crítica
“Lo que estamos pidiendo es que haya más policías caminando o patrullando por el barrio. Hace dos años más o menos, tuvimos una época muy crítica y habían dispuesto más agentes de la Brigada Operativa Urbana para que recorran las calles. Y habíamos notado un cambio muy importante, había disminuido mucho la delincuencia, tanto los arrebatos como los hechos de mayor violencia. Pero ahora tuvimos nuevamente un retroceso”, contó Gabriela García, también vecina de la zona, y puntualizó que si bien los comercios suelen ser los blancos más frecuentes, las viviendas particulares no escapan al conflicto. “A mi casa entraron el día de Reyes, y vino la policía porque recibieron seis llamados de mi cuadra, porque el ladrón salió por mi patio y saltó por varios techos, sino, te contestan que no tienen móviles”, agregó Gabriela.
“Lo que estamos pidiendo es que haya más policías caminando o patrullando por el barrio. Hace dos años más o menos, tuvimos una época muy crítica y habían dispuesto más agentes de la Brigada Operativa Urbana para que recorran las calles. Y habíamos notado un cambio muy importante, había disminuido mucho la delincuencia, tanto los arrebatos como los hechos de mayor violencia. Pero ahora tuvimos nuevamente un retroceso”, contó Gabriela García, también vecina de la zona, y puntualizó que si bien los comercios suelen ser los blancos más frecuentes, las viviendas particulares no escapan al conflicto. “A mi casa entraron el día de Reyes, y vino la policía porque recibieron seis llamados de mi cuadra, porque el ladrón salió por mi patio y saltó por varios techos, sino, te contestan que no tienen móviles”, agregó Gabriela.
Entre las más elegidas
En este sentido, el presidente de la vecinal, Alfredo Pennisi, destacó el rol de intermediario que intentan crear desde la institución: “La inseguridad es un tema sensible y que se ha generalizado en todos los barrios. Los vecinos nos sentimos afligidos y desprotegidos. No se observa un plan por parte del Estado. Como institución, nos hemos puesto al frente de este reclamo actuando como vínculo. Nosotros ya solicitamos por nota escrita que se reestablezcan las rondas de policías caminantes que dieron buenos resultados en otros momentos”.
En este sentido, el presidente de la vecinal, Alfredo Pennisi, destacó el rol de intermediario que intentan crear desde la institución: “La inseguridad es un tema sensible y que se ha generalizado en todos los barrios. Los vecinos nos sentimos afligidos y desprotegidos. No se observa un plan por parte del Estado. Como institución, nos hemos puesto al frente de este reclamo actuando como vínculo. Nosotros ya solicitamos por nota escrita que se reestablezcan las rondas de policías caminantes que dieron buenos resultados en otros momentos”.
Según un relevamiento que realizó el Centro Comercial de Santa Fe, durante todo el año pasado hubo 140 asaltos y 101 robos a negocios de la ciudad capital. De ese total, y en una clasificación por rubros las farmacias ocuparon el puesto número 10, entre los más afectados.
El dato fue confeccionado por el Observatorio de la entidad, que conduce Lionel García, y se tomó como fuente informativa diversas publicaciones periodísticas. Las casas de artículos para el hogar y de tecnología –principalmente aquellas que venden teléfonos celulares–, panaderías y heladerías ocupan los primeros puestos del ranking y los siguen de cerca las agencias de quiniela y distintos tipos de bares y kioscos, todos comercios con cajas chicas activas.
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