Preocupantes destrucciones. El impactante relato de una joven que vio cómo su Chevrolet Celta quedaba reducido a cenizas. En una misma noche aparecieron tres vehículos y un contenedor quemados en pleno corazón del barrio Alberdi.
La Capital |
La quema de automóviles estacionados en la vía pública ahora se suma al creciente vandalismo que existe en la ciudad. Tal como sucedió días atrás en Pérez, Rosario no quedó exenta de este tipo de episodios. Hace unos días, en pleno corazón de Alberdi, aparecieron tres autos y un volquete quemados.
En esa zona, donde los vecinos todavía sacan las sillas a la puerta y se sientan en la vereda, estos hechos graves no pasaron inadvertidos, aunque tanto la policía como los bomberos los calificaron de "aislados". Y si bien los efectivos dicen haber registrado sólo un incendio, los vecinos coincidieron en afirmar que fueron tres los autos calcinados.
La madrugada del 27 de enero, Gabriela salió con amigas y decidió irse a dormir a la casa de una de ellas que estaba sola. Dejó el auto estacionado en la puerta del garaje del domicilio, en Perdriel 1029, y se fueron a dormir. Pero, a las 6, se despertaron por los gritos de los vecinos y el olor a humo. Justo en la puerta de la casa ardía el auto de Gabriela, un Chevrolet Celta negro que sólo tenía un año y 4 meses y estaba reluciente, como recién sacado del concesionario.
"Fue terrible, veíamos cómo se quemaba y, para colmo, no podíamos salir de la casa porque el fuego se nos venía encima e incluso ya había alcanzado a un árbol" contó Gabriela recordando la dramática escena.
Las dos chicas saltaron un tapial, llegaron a la casa del vecino y desde allí pudieron salir hacia la calle. En tanto, el coche quedaba irreconocible. Sólo se mantenía en pie la carcasa, toda abollada por el calor, y por dentro nada más se percibían los contornos de los asientos. El vehículo había sido devorado por las llamas.
Los vecinos llamaron a los bomberos al iniciarse el fuego, pero "llegaron una hora y media más tarde cuando sólo había humo y cenizas", confesó la joven.
"La verdad es que siento dolor y mucha tristeza porque algo mío se destruyó, pero en ese momento también me vino a la cabeza toda esa gente a la que se le incendia la casa y pierde todo..." reflexionó Gabriela.
Otros episodios. A sólo dos cuadras del incendio de Perdriel al 1000, esa misma madrugada se encontró otro auto incendiado. "Los bomberos me dijeron que después de apagar mi auto tenían que ir para allá" , manifestó la dueña del Celta.
En efecto, Armando, un vecino que presenció el hecho vandálico, relató a La Capital que en Valentín Gómez entre Baigorria y Gallo también incendiaron un auto. "Por lo que pudimos ver prendieron fuego a un contenedor y empezó a arder el vehículo que estaba estacionado al lado. Era un Dodge que quedó quemado en un 50 por ciento", confirmó.
Por poco. Gabriela agregó que también los vecinos descubrieron en la zona un Chevrolet Cruze cero kilómetro con una "montaña de papel abajo" que parecía estar lista para ser encendida".
Y Marvel, otro de los habitantes de Valentín Gómez, remarcó que otro auto quedó carbonizado en Freyre y Darragueira.
Tanto este hombre como su vecino Armando contaron que el barrio es habitualmente muy tranquilo. "Nacimos aquí y nunca vimos algo semejante", confesaron sentados en la vereda el pasado jueves por la tarde.
En la cuadra siguiente, Mercedes y María charlaban también en plena vía pública. "Acá pasan pocas cosas, estamos contentas; no es como en el centro. Puede ser que te roben la cartera o el celular, pero nada más", señalaron como asumiendo que, aunque menores, los asaltos están instalados en la sociedad rosarina.
"Lo de los autos fue raro. Deben ser esas pandillas de chicos que vuelven drogados y borrachos de los boliches", opinó María, que todas las tardes saca una silla a la vereda.
Los vecinos se mostraron extrañados. No creen que los episodios haya sido actos de venganza, sino de mero "vandalismo, que cada vez se pone más grave".
Sin registros. Voceros de la comisaría 10ª, que tomaron intervención en el caso del Celta incendiado, manifestaron que sólo tenían el registro de ese rodado. Y la dueña del vehículo confirmó que hizo allí la denuncia, pero se la tomaron una vez que confirmó que el seguro la necesitaría. "Encima me la hicieron en un papel usado. No trabajan con ninguna seriedad", se quejó la joven damnificada.
Consultado el jefe de Bomberos Zapadores, Jorge Helguero, manifestó que "no hay estadísticas respecto a autos o volquetes quemados". Lo mismo expresaron en la policía y también desde la Asociación de Agentes de Seguros.
Un gasto anual de $ 4 millones
Cada año la Municipalidad de Rosario gasta alrededor de cuatro millones de pesos en reponer y mantener el mobiliario urbano de la ciudad que resulta dañado producto de situaciones de vandalismo. Los objetos más atacados son los contenedores plásticos y metálicos de residuos, los refugios del transporte, semáforos, luminarias y equipamiento de parques y plazas. Según informó la Dirección General de Higiene Urbana, anualmente se repone un 10 por ciento de los contenedores plásticos que hay en la calle, que son un total de 6.800. Las principales pérdidas son por quema y por mal uso, como disponer en los contenedores una gran cantidad de escombros, algo que está prohibido.
Llamas en una casa en la zona oeste
Un incendio de gran magnitud se registró ayer en una vivienda particular de la zona oeste (Cerrito y Lima). Las pérdidas materiales fueron totales, aunque afortunadamente no hubo que lamentar víctimas. También se quemó el auto de la familia.
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