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domingo, 23 de octubre de 2011

SANTA FE/Continúan las manifestaciones de dolor por la muerte de Gabriela Almirón

El fallecimiento de una de las más reconocidas dirigentes sociales de Santa Fe provocó un sentimiento de perdida y dolor que aún no encuentra límites.

Continúan las manifestaciones de dolor por la muerte de Gabriela Almirón

Lejos de encontrar consuelo tras la partida de Gabriela Almirón, La Gaby, para quienes la conocieron desde siempre no hay forma de contener el dolor. Decenas de personas siguen expresando su dolor ante la ausencia y el enorme vacío que genera la sola idea de no contar más con la militante, mujer, HIJA y ser humano luminoso que le puso el cuerpo a cuanto proyecto reclamo de justicia y exigencia de un hoy mejor para los niños tuvo Santa Fe.

Vaya como muestra de ello el artículo publicado en la edición digital de Pelota de Trapo, para simbolizar el sentimiento de angustia que acompaña a cada persona que se cruzó en la vida de Gabriela.

"Tanto dolor se agrupa en
mi costado, que por doler
me duele hasta el aliento"
Miguel Hernández

La vida y la muerte se entrecruzan a cada instante, sin pedir permiso siquiera. Jirones de sueño van quedando duramente en el camino. Gabriela Almirón era sonrisa, sabiduría, terquedad colectiva, utopía andante. Titiritera, luchadora, compañera, constructora cotidiana del camino interminable de batalla por la dignidad desde su obra, Juanito Laguna; el Movimiento Nacional Chicos del Pueblo y desde el MEDH (Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos).

Convencida eterna de que la infancia es el territorio más germinal para la nueva condición humana. Esa en que todos nos sentaremos a la mesa de las equidades, sin murallas ni machetes, con el júbilo de palpar con nuestras manos ajadas esa fértil y arrasadora utopía de la vida.

Gaby era un símbolo de nuestra historia: hija de una familia golpeada por los brazos perversos del estado del terror asumió a la vez el convencimiento de que no hay verdad más armada que la pura inocencia y parió ternuras al abrazar a los pibes de los arrabales.

Cuando el horror se replegó, apenas adolescente, se convirtió en una militante frenética por la vida. Buscando rescatar lo vivo de las ruinas e inflamar justicia por lo muerto, por lo destruido, por lo humillado.
Las crónicas dicen que Gaby murió en un accidente, pero nosotros sabemos que andará por las villas titiriteando junto a una infinita hilera de Juanitos Lagunas, canturreando con ellos esa nueva canción en la que los sueños de azúcar y arcoiris son un manto de ternura y de abrazo.

Una luchadora incansable de las causas justas
También se manifestó el Proyecto ReVuelta a través de un comunicado señala que: "Acompañamos a los compañeros y afectos de Gabriela Almirón en este duro momento, recordando a esta luchadora incansable de las causas justas. Hija y por siempre aparecida, construyó su vida desde el arte y la dignidad, por lo que seguirá entre nosotros su ejemplo".

En el mismo sentido consignan que "compartimos también el siguiente texto emitido por el Foro contra la Impunidad y por la Justicia":

En el día de ayer murió en un accidente automovilístico ocurrido en la autopista a Buenos Aires y a la altura de la localidad de San Pedro (Prov. de Buenos Aires), la compañera y militante de los DD.HH Gabriela Almirón.

Gaby como la conocíamos, deja tras de sí una historia de vida signada desde su niñez, cuando su familia fue partida y perseguida por la represión genocida de Dictadura Cívica Militar, con varios de sus familiares presos y torturados.

Desde su adolescencia abrazó las causas por la libertad de los presos políticos y la lucha por los desaparecidos políticos en Argentina.

En el restablecimiento de la democracia Gaby integró junto a otros compañeros el equipo de educación del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, su función educadora y su historia de vida dejaron en Gaby un compromiso profundo hacia las desigualdades e injusticias de la niñez no solo en nuestro país sino en toda nuestra Latinoamérica.

Así fue que proseguiría su militancia en el Movimiento de Chicos del Pueblo siendo un puntal esencial en esta región.

En el primer juicio contra crímenes de lesa humanidad realizado en nuestra ciudad Gaby fue partícipe activa, acompañando a los testigos entre los que estaban sus hermanos. Pudo ver concretado un sueño por el que tanto había luchado: el juzgamiento de los represores de su madre y hermanos.

El pueblo santafesino pierde a una de sus hijas mas prodiga en el camino de la Justicia, la Verdad y la Memoria. Su hermosa sonrisa, su avidez por ir siempre más allá, sus ocurrencias y dinamismos, su voluntad familiar y social estarán siempre con nosotros y el profundo movimiento por los Derechos Humanos que seguirán batallando en esta provincia y en nuestra patria.

Gabriela Almirón se ha ido. Nos queda el dolor de ya no tenerla pero nunca enterraremos su alegría y la luz de su mirada por una Argentina Justa Solidaria e Independiente.

Un dolor inmenso que no encuentra consuelo
La pérdida de Gabriela, es un mojón de dolor inmenso que no encuentra consuelo aún. Desde Diario UNO nos sumamos a las muestras de dolor por la partida de Gaby, una de las personas imprescindibles para hacer este mundo más vivible tal como las definíó alguna vez Bertold Brecht. Nos ponemos al lado de su familia, hoy y siempre, a pesar de los cobardes que utilizando el anonimato intentaron contagiar parte del odio y oscuridad que los acompaña desde siempre. No pudieron, no podrán. Gaby siempre estará pidiéndonos que no los olvidemos.

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