Newell's necesita cambiar el chip de las excusas de ocasión. Debe forjar una señal de rebeldía de una vez por todas en el Apertura para darle extensión y convicción a su paso. Es tiempo de un despegue intrínseco, visceral, ineludible.
Newell's necesita cambiar el chip de las excusas de ocasión. Debe forjar una señal de rebeldía de una vez por todas en el Apertura para darle extensión y convicción a su paso. Es tiempo de un despegue intrínseco, visceral, ineludible. Por eso, el choque de esta noche, a las 19.05, ante All Boys en Floresta representa una buena oportunidad para retomar el camino perdido y empezar a sumar de a tres para espantar a tiempo los viejos fantasmas.
En su segundo acto al frente del conjunto rojinegro, Cagna decidió cambiar el dibujo táctico y además ordenó cuatro modificaciones en relación a su partido presentación. El nuevo conductor leproso anunció el viernes en rueda de prensa que Newell's se presentará en el Islas Malvinas con un 4-3-3, que revela una saludable intención de buscar variantes con tinte ofensivo. Pero no se quedó en ese esbozo de pizarrón.
El entrenador debía afrontar dos cambios obligados por las suspensiones de Lucas Bernardi (fue expulsado ante Arsenal) y Pablo Pérez (llegó al límite de amonestaciones) pero su inquietud lo llevó a seguir metiendo mano en el equipo. Así que el mediocampo lo rearmó con dos paraguayos, Marcos Riveros por derecha y Néstor Camacho por la otra banda. En tanto, en el ataque dejó de lado al Gordo Sperduti y a Víctor Aquino, y se animó a apostar por el debut del pibe Fabían Muñóz (ver página 3) y le dará pista a Tito Noir, con el Negro Valencia como centrodelantero.
Así irá Newell's a Floresta. Con un sistema distinto, cuatro cambios y sus urgencias a flor de piel.
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