La situación de Eleodoro no es distinta a la de muchos jubilados que están solos y padecen la delincuencia. Foto:Danilo Chiapello
anilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
Desde hace un año y medio la vida de Eleodoro Flores (88) es un calvario.
En ese tiempo sufrió 13 robos en su domicilio de 9 Julio al 5500. Y en lo que va de esta semana su casa fue “visitada” dos veces por delincuentes que le llevaron una compra del supermercado y todos sus utensillos de cocina. “Solo me dejaron una olla”, comentó hoy a este diario.
No hay que ser un iluminado para darse cuenta que Eledoro está siendo blanco de la acción de uno o más rufianes que lo tomaron “de punto”.
Ya no se conforman con quitarle los pocos pesos que cobra de su jubilación como empleado de la Policía (donde se desempeñó durante 29 años). Ahora fueron por su comida y por otros objetos que hay en su humilde vivienda donde vive acompañado por su fiel perro “Mengueche” y unas palomas “que crié de pichonas”.
* “El lunes me acosté a dormir la siesta y tomé el recaudo de poner el ‘pasador’ en la puerta de calle. Cuando me levanto quiero organizarme para preparar la cena y me doy cuenta que me faltaba todo un pedido que había comprado en el supermercado, además de un hacha de desmontar. Después me enteré por un vecino que una mujer estaba apostada en la puerta junto con otra, en actitud sospechosa. Para mí que fueron ellas, las que me robaron.
Y anoche alguien volvió a ingresar a mi casa y me robaron toda una batería de cocina.
Se llevaron ollas, cacerolas, todo.... me dejaron una sola olla”, precisó.
Pese a esta seguidilla de hechos Eleodoro no cree que alguien esté ensañado con su persona. “Yo no creo eso. Para mí es que la ven fácil de robar de esta manera”, opinó.
* “Fui a declarar a la policía y ni siquiera vinieron a constatar los daños. Tampoco hicieron una inspección ocular. Yo fui policía durante 30 años y eso es lo primero que uno tiene que hacer ante una denuncia de robo. Parece que no le importan estos casos. Nadie vino a ofrecerme protección de la policía ni de la justicia”.
Zona liberada
Respecto a la situación del barrio, Eleodoro explicó que “acá no pasa un policía nunca.
Esta parte del barrio es una suerte de zona liberada. Toda esta franja que está del Puente Negro hacia el oeste es territorio del delito.
También lo es la Plaza Escalante donde estamos cansados de ver cómo le roban a la gente. A las mujeres las revuelcan por el suelo para quitarles su cartera. Hay grupos de jóvenes fumando marihuana, a la vista de todo el mundo, y nadie les dice nada. Es una verguenza!!!”, cerró indignado.
Ayuda
Eleodoro hoy está preocupado por mejorar la seguridad de su vivienda.
“Quiero levantar un tapial y poner unas rejas. También quiero poner una alarma. El tema es que no me alcanza el dinero”, comentó con tristeza.
En este sentido vale destacar el gesto que tuvo Hugo Marcucci, diputado nacional (UCR) quien hace unos días se acercó hasta el domicilio de Eleodoro y ofreció su colaboración.
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