Para robarle dinero y su teléfono celular, un malviviente lo atacó con un cuchillo. El trabajador terminó con heridas cortantes en manos y brazos. Ocurrió en French y Alvear.
ElLitoral |
Hace tres años que la vida de José Antonio Faienza (53) dio un giro impensado. Esto fue cuando, obligado por las circunstancias económicas, dejó su actividad como pastor evangélico y decidió ganarse el sustento diario como chofer de un taxi.
Pero anoche el destino le jugó otra carta difícil al quedar a merced de un sujeto que, armado con un cuchillo, lo asaltó en plena calle.
Tras despojarlo de dinero y de un teléfono celular se produjo un forcejeo donde José terminó con severas heridas cortantes en manos y brazos. Por las lesiones de referencia debió ser asistido en el hospital Cullen donde le colocaron varios puntos de sutura.
“Anoche cerca de las 20 circulaba por Aristóbulo del Valle y a la altura de Risso un muchacho me hace señas para que pare. Lo ví bien vestido y nada me hizo sospechar. Es más, por la hora pensé que era alguien que salía de trabajar”, comenzó su relato José ante El Litoral.
La primera alarma se encendió cuando el supuesto “pasajero” pidió ser trasladado hasta French y Alvear. “No me gustó demasiado porque esa zona quedó ‘liberada’. Antes había un montón de policías, pero ahora no hay nadie”, comentó.
“ Llegamos al destino y me pregunta cuánto es. Le dije 40 pesos. El tipo saca una billetera y veo que adentro tiene un cuchillo, del tipo Tramontina, de cocina. Entonces me dice: ‘dame toda la plata’. Yo le digo ‘recién estoy empezando mi turno, no tengo casi nada’. ‘Igual dame lo que tengas’, me contestó.
Le di 200 pesos y en el acto me pide también mi celular. Yo a mi teléfono recién lo estoy pagando, es uno de los buenos y recién voy por la cuota 5. El tipo me lo saca y comenzamos a forcejear. Cuando quiero recuperar mi teléfono, entonces me clava en una mano. Lo agarro con la otra mano y me chuzea en la otra mano y se baja.
Como yo no quería dejarlo ir, mientras el tipo abría la puerta del auto yo lo manoteo de la campera. Lo agarré del bolsillo pero el tipo dio un salto tan fuerte que el bolsillo se rompió y el escapó”.
Ya en la tranquilidad de su casa José reflexionó: “Yo sé que quizás no debí resistirme, pero la indignación te hace reaccionar. Empecé a perder mucha sangre y me fui hasta la comisaría 8va. No me podía bajar del auto entonces le dije a una pareja que pasaba que por favor llamen a un policía, que me asaltaron y estaba herido. No podía tampoco mover la mano.
Los males de José no terminaron allí. “Los policías llamaron una ambulancia pero ésta nunca vino. Entonces me llevaron hasta el hospital. Allí me atendieron y me pusieron tres puntos de sutura.
“Ahora lo que quiero es recuperarme para poder seguir manejando. Tengo algunos dedos que aun no los puedo mover. Espero no sea nada serio. Tengo que superar el miedo. Este es mi tercer año de taxista, por eso aun estoy aprendiendo el oficio. Todos sabemos que la situación está difícil, y a mis 53 años, no sé dónde voy a ir”, culminó.
Pero anoche el destino le jugó otra carta difícil al quedar a merced de un sujeto que, armado con un cuchillo, lo asaltó en plena calle.
Tras despojarlo de dinero y de un teléfono celular se produjo un forcejeo donde José terminó con severas heridas cortantes en manos y brazos. Por las lesiones de referencia debió ser asistido en el hospital Cullen donde le colocaron varios puntos de sutura.
“Anoche cerca de las 20 circulaba por Aristóbulo del Valle y a la altura de Risso un muchacho me hace señas para que pare. Lo ví bien vestido y nada me hizo sospechar. Es más, por la hora pensé que era alguien que salía de trabajar”, comenzó su relato José ante El Litoral.
La primera alarma se encendió cuando el supuesto “pasajero” pidió ser trasladado hasta French y Alvear. “No me gustó demasiado porque esa zona quedó ‘liberada’. Antes había un montón de policías, pero ahora no hay nadie”, comentó.
“ Llegamos al destino y me pregunta cuánto es. Le dije 40 pesos. El tipo saca una billetera y veo que adentro tiene un cuchillo, del tipo Tramontina, de cocina. Entonces me dice: ‘dame toda la plata’. Yo le digo ‘recién estoy empezando mi turno, no tengo casi nada’. ‘Igual dame lo que tengas’, me contestó.
Le di 200 pesos y en el acto me pide también mi celular. Yo a mi teléfono recién lo estoy pagando, es uno de los buenos y recién voy por la cuota 5. El tipo me lo saca y comenzamos a forcejear. Cuando quiero recuperar mi teléfono, entonces me clava en una mano. Lo agarro con la otra mano y me chuzea en la otra mano y se baja.
Como yo no quería dejarlo ir, mientras el tipo abría la puerta del auto yo lo manoteo de la campera. Lo agarré del bolsillo pero el tipo dio un salto tan fuerte que el bolsillo se rompió y el escapó”.
Ya en la tranquilidad de su casa José reflexionó: “Yo sé que quizás no debí resistirme, pero la indignación te hace reaccionar. Empecé a perder mucha sangre y me fui hasta la comisaría 8va. No me podía bajar del auto entonces le dije a una pareja que pasaba que por favor llamen a un policía, que me asaltaron y estaba herido. No podía tampoco mover la mano.
Los males de José no terminaron allí. “Los policías llamaron una ambulancia pero ésta nunca vino. Entonces me llevaron hasta el hospital. Allí me atendieron y me pusieron tres puntos de sutura.
“Ahora lo que quiero es recuperarme para poder seguir manejando. Tengo algunos dedos que aun no los puedo mover. Espero no sea nada serio. Tengo que superar el miedo. Este es mi tercer año de taxista, por eso aun estoy aprendiendo el oficio. Todos sabemos que la situación está difícil, y a mis 53 años, no sé dónde voy a ir”, culminó.
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