Según indican las cifras y que confirman los expertos que trabajan en el tema, las ventas de ese pescado de río se derrumbaron de manera significativa entre los períodos comprendidos entre enero-abril de 2015, y enero-abril de este año.
La Capital |
Las exportaciones de sábalo de la provincia de Santa Fe cayeron un 15 por ciento en volumen y un 21 por ciento en valor en los últimos 12 meses. Las razones fueron la saturación de los mercados que son habituales compradores y la pérdida de competitividad de buena parte de la oferta exportable local por el tipo de cambio y el alza en los costos de producción.
Según indican las cifras del Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Ipec), y que confirman los expertos que trabajan en el tema, las ventas de ese pescado de río se derrumbaron de manera significativa entre los períodos comprendidos entre enero-abril de 2015, y enero-abril de este año.
Si se toma el volumen exportado, pasó en ese lapso de 1.482 toneladas el año pasado a 1.258 este año, lo que representa una merma del 15,1 por ciento. Si se compara en valores, mientras que en 2015 en los cuatro primeros meses del año se vendió por 1.849.400 dólares este año esa cifra se redujo a 1.454.100, lo que significa una caída del 21,37 por ciento.
En total, durante todo el año pasado las ventas externas de pescado sin elaborar significaron 5 millones de dólares para la provincia, un monto que en el primer tramo de este año asciende a 1,4 millones de esa moneda.
Los principales compradores durante 2015 de las 4.598 toneladas de pescado exportadas fueron Colombia con 2.476 toneladas, y Bolivia con 2.068, seguidas de Brasil con un saldo muy menor de 54 toneladas.
Retracción del mercado. Según Danilo Demonte, quien realiza los monitoreos sobre pesquería artesanal que desde 2009 elabora la Dirección de Manejo Sustentable de los Recursos Pesqueros de Santa Fe, el mercado externo sufrió una retracción que se explica por el alto tipo de cambio argentino, y la preferencia de esos mercados por pescados más pequeños que los que salen en la actualidad en el Paraná.
"Ha caído la demanda porque los que están saliendo son de la clase 2009/10 y son muy grandes para los compradores, a quienes además les resultan demasiado caros por el tipo de cambio", explicó.
También agregó que ese escenario de menor demanda externa probablemente se replique en los próximos años ya que el paso de El Niño por Sudamérica mejoró la calidad del recurso en todas las regiones: "En la zona del Amazonas o en Bolivia habrá buena reproducción y durante un par de años no tendrán problemas con sus cupos, tendrán mucha oferta de ambientes cercanos donde hay menos controles, y costos más bajos en transporte".
Un recurso frágil. El estado del recurso ictícola en el Paraná es objeto de debate frecuente entre científicos, ambientalistas, pescadores y funcionarios al menos desde el año 2003, cuando se subieron los cupos de exportación de la mano de la consolidación de los mercados demandantes.
Eso llevó a una suba exponencial de las capturas entre 2005 y 2006, lo que a su vez generó preocupación y denuncias respecto al desmanejos ambientales que produce la pesca industrial sin control en las aguas del Paraná.
Incluso durante el año 2013, el diputado del Frente Progresista santafesino Juan Carlos Zabalza presentó un proyecto de ley para prohibir la exportación de pescado de río, una propuesta aplaudida por ambientalistas pero que, como tantas otras, perdió estado parlamentario al no haber sido considerada por las fuerzas mayoritarias del Congreso de ese momento.
Hasta finales de este año el cupo exportable de sábalo es de 15 mil toneladas, según estipuló en 2014 la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, un volumen que se explica en más de un 50 por ciento por las exportaciones entrerrianas, y que Santa Fe completa en un porcentaje que oscila entre un 30 y un 35 por ciento. Ese cupo es fijado por la Nación a pesar de que la Constitución prevé expresamente que son las provincias las que deben tener el control sobre sus recursos naturales.
Para Demonte, la población de sábalos se mantiene y la actividad puede ejercerse, aunque esto no significa que exista "vía libre" para que el recurso sea trabajado con mayor intensidad. "Si tuviésemos la certeza de que las cosas están mejor podríamos liberar más la actividad, pero por ahora debe seguir siendo controlada. No es de riesgo, pero si debe ser controlada".
El experto explicó que en años de creciente durante la primavera y el verano, como pasó a finales de 2015, mejoran las condiciones de reproducción de las especies. "Vimos que la creciente de 2009/2010 generó una cohorte exitosa que es la que se está pescando actualmente, que tiene ahora 6 ó 7 años".
Sin embargo, aclaró que todavía no puede confirmarse que la gran crecida del verano pasado significará de forma automática que aumentará la población de peces, ya que existen frenos potenciales como las condiciones climáticas durante el invierno.
"En teoría las condiciones son muy buenas, pero el frío puede generar alta mortandad", dijo, para agregar que se trata de procesos naturales y de mortandades potenciales, si se corroboran ciertas condiciones.
De todas formas, explicó que las crecidas "son buenas noticias para los peces", ya que encuentran más y mejores lugares para reproducirse, y son más difíciles de capturar al incrementarse la masa total de agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario