Segura, Lammens y Hugo Moyano estuvieron en la Casa Rosada. / Foto @diegocronista
Dirigentes de los cinco clubes grandes se repartieron los cargos más importantes. Los chicos, en llamas. El rol de Mauricio Macri.
Escribe
Agustín Colombo
La primera piedra la lanzó Lanús, y salió de la mano de su presidente, Nicolás Russo. Después, tímidamente, en los recovecos y tiempos muertos de las últimas reuniones de comité ejecutivo, algunos empezaron a sumarse: aseguran que la coyuntura política propicia un avance de los clubes grandes en AFA, y que los chicos y los del interior del país, otra vez, quedarán a la intemperie.
“Ellos tienen una mirada hegemónica del fútbol. Pero se va a generar un movimiento de los setenta clubes restantes. Y Lanús va a poner la cara, sin duda. Porque en esta AFA todos están ahogados y nadie discute el fondo”, le dice Russo a PERFIL. La rebelión parece estar en marcha.
Hubo tres disparadores para que algunos dirigentes advirtieran un avance de Boca, River, Independiente, Racing y San Lorenzopor sobre el resto. El primero fue la reunión en Casa Rosada, a principios de enero, entre el secretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis, el titular de Fútbol para Todos, Fernando Marín, el presidente de la AFA, Luis Segura, y los presidentes de Independiente y San Lorenzo, Hugo Moyano y Matías Lammens.
Tras ese encuentro, el gobierno de Mauricio Macri envió un borrador sugiriendo un nuevo esquema: Daniel Angelici como secretario general de AFA, Lammens como tesorero y Víctor Blanco como vicepresidente tercero de la institución (aún no se concretó y Marcelo Tinelli sigue allí). Con Segura “pintado” en la presidencia hasta mitad de año, las cinco funciones más relevantes de la AFA fueron tomadas por los grandes. Además de la Secretaría General y la Tesorería, donde desembarcaron Boca y San Lorenzo, la vicepresidencia primera está en manos de River (Rodolfo D’Onofrio) y la vicepresidencia segunda, manejada indirectamente por Independiente: formalmente es Claudio “Chiqui” Tapia, que responde políticamente al sindicalista y presidente del Rojo.
“Se ha planteado un cuadro que apunta al protagonismo de los grandes en detrimento del resto. Proponer, por ejemplo, la creación de una liga sudamericana marca una división muy grande en Argentina”, advierte el presidente del Consejo Federal, Alfredo Derito, quien aglutina todas las ligas del interior.
Justamente, la reunión para avanzar en la conformación de la Liga Sudamericana fue el segundo punto que motivó el fastidio de muchos en Viamonte 1366. Organizada por Peñarol, participaron Boca, River, San Lorenzo y Racing, todos clasificados a la Copa Libertadores, pero no invitaron a Huracán ni a Rosario Central, que también jugarán el torneo continental. “Es el regreso a lo que ocurría hace veinte años: los clubes grandes como dominadores, los clubes chicos asfixiados. Y en ese contexto, la vuelta de las sociedades anónimas al fútbol argentino”, afirma Russo.
El presidente de Belgrano, Armando Pérez, uno de los posibles candidatos para las elecciones de junio, el hombre que se filtraría entre Segura y Tinelli, relativizó los últimos movimientos de fichas. “No es muy distinto de lo que venía pasando el último año con la llamada mesa chica”, dice. Y explica que una de sus ideas para que se terminen los favoritismos es ubicar en esos puestos a profesionales no vinculados a ningún club.
En lo que parece un mensaje claro de la dirección que el macrismo le intenta dar a la AFA, Angelici reemplazó en la Secretaría General a Miguel Angel Silva, vicepresidente de Arsenal y hombre históricamente cercano a la familia Grondona. “Entiendo que Angelici es la persona idónea para este momento, por su gran cercanía con el Gobierno”, le reconoce Silva a este diario.
Pero además del avance en el organigrama de AFA y del intento por armar una liga para presionar a la Conmebol a que pague mejores premios, el tercer punto que preocupa a los clubes con menos convocatoria es el dinero por los derechos de tevé, que están siendo revisados por estos días. “Hay que hacer que esos ingresos se derramen hasta la última liga y el último equipo”, pide Derito. Silva, con cierta ingenuidad, reclama un reparto simétrico: “Que todos cobren por igual –exige–. Porque los grandes ya hacen la diferencia con el mismo partido: más gente en la cancha, más socios, más ingresos por publicidad”. Cuando hablan de los derechos televisivos, todos los dirigentes recuerdan a Grondona. “El analizaba el fútbol argentino desde la visión del presidente de Arsenal”, sostiene Russo. Las demás visiones de Don Julio, a esta altura, parecen olvidadas.
Elección freezada. Lejos de la tensión y los cruces del final de 2015, las elecciones en AFA, reprogramadas para el 29 de junio luego del papelón del 38-38 del 3 de diciembre, están congeladas. Con Segura casi fuera de carrera y Tinelli recalculando, aparecen y desaparecen candidatos a toda hora. Hasta aquí, el único que reconoce que lo intentará es el presidente de Belgrano, Armando Pérez, quien no pudo conseguir los siete avales para los frustrados comicios de diciembre.
En los últimos días, en la AFA y en las playas de la costa atlántica, varios directivos deslizaron que el cargo de secretario general que le dieron a Angelici es el primer paso para sondear su eventual candidatura. Angelici se mostró como un opositor férreo al conductor televisivo en el último tramo de la campaña, aunque también había ubicado a Pérez como la solución al antagonismo Segura-Tinelli.
Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil
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