Los gatos también pueden sufrir un peligroso golpe de calor en verano, con riesgo de provocar su fallecimiento
Por EVA SAN MARTÍN
Imagen: Jon DeJong
El verano entraña peligros para el gato, entre ellos, el riesgo de sufrir un golpe de calor, un colapso que le puede resultar mortal. El felino no se refrigera a la misma velocidad que las personas, por lo que es más vulnerable a las subidas del termómetro. En este artículo se explica por qué las altas temperaturas son una amenaza para el gato, cómo sudan los felinos, de qué manera protegerles y qué hacer en caso de un temido golpe de calor.
Golpe de calor en gatos, un peligro que llega en verano
El verano no solo es peligroso para las personas. Gatos y perros también son susceptibles de sufrir un peligroso golpe de calor. "Los felinos pueden padecer un golpe de calor del mismo modo que los perros, lo que supone un riesgo para su salud", explica Ion Sustatxa, veterinario y autor del blog Amores perros... y gatos.
Los gatos sufren golpes de calor en verano, como los perros, un colapso de su cuerpo que puede prevenirse
El golpe de calor se produce cuando el cuerpo del felino sufre un colapso debido al incremento excesivo de su temperatura. La exposición a un calor extremo impide al animal respirar y refrigerarse con normalidad, por lo que sus órganos vitales peligran. En el peor de los casos, el gato puede fallecer.
Felinos y personas no somos iguales. Y estas diferencias incluyen a la temperatura normal de nuestros cuerpos, que en humanos oscila entre los 35 y los 37 ºC. La temperatura de los gatos es algo superior, ya que ronda los 39 ºC, pero su capacidad para perder calor es mucho inferior. Por eso, el punto crítico para los felinos son los 40 ºC, que es cuando aparece el riesgo para ellos", advierte Sustatxa.
Los colapsos en gatos son más habituales de lo que pudiera parecer. "La llegada del verano trae amenazas para los felinos, como el golpe de calor, un peligro que por desgracia es demasiado frecuente y muy difícil de tratar", afirma, por su parte, el veterinario Maureen McMichael, en un estudio realizado para la Universidad de Illinois.
Golpe de calor en gatos, ¿por qué se produce?
Las personas podemos deshacernos de nuestros abrigos invernales, ataviarnos con pantalones cortos, chancletas y hasta con viseras cuando llegan los meses de verano. Pero esto no es todo: los humanos disponemos, además, de un importante mecanismo que nos hace más resistentes al golpe de calor: la sudoración.
Los gatos no sudan tanto como las personas, pero el agua abundante les ayuda a perder calor a través de su lengua
¿Esto significa que gatos y perros no sudan? En realidad no, pero lo hacen a un ritmo mucho inferior al nuestro. Los felinos sí transpiran, aunque no son capaces de romper a sudar, como sí hacemos las personas cuando el calor es excesivo o nos ejercitamos.
El cuerpo del peludo amigo, además, no cuenta con glándulas sudoríparas repartidas por todo su cuerpo, como sí tenemos los humanos. Estas células especializadas en expulsar vapor de agua se concentran en las almohadillas de las patas del gato y sus axilas. Por ello, no son tan eficientes en la tarea de refrigerarse cuando el calor apremia.
Entonces, ¿cómo sudan los gatos? El felino tiene algo más de capacidad de transpiración que el perro, una liberación de calor que realizan a través de las almohadillas de sus patas y de sus axilas, pero en mucha menor cantidad. Por eso, estas zonas se mojan cuando el mercurio sube.
"Pero la mayor pérdida de calor en los gatos se produce a través de la boca", aclara Sustatxa. Los felinos expulsan el exceso de temperatura a través de su lengua felina. Este mecanismo, por desgracia, no es tan rápido como el nuestro, que sí somos capaces de romper a sudar (y mojar la camiseta). Por eso, los felinos son más vulnerables a las subidas de temperatura durante el verano.
¿Cómo proteger al gato del golpe de calor? Seis consejos
Imagen: Dan4th Nicholas
La salud de los gatos depende en buena medida de los cuidados que reciben de nosotros. Por eso, la prevención es el primer paso para evitar que el felino sufra un golpe de calor.
A continuación se recogen algunos consejos para proteger a los peludos inquilinos de la casa durante el verano.
El gato debe poder refugiarse del calor. Las situaciones diarias que implican un riesgo para los amigos de cuatro patas incluyen las exposiciones al sol en hora punta y los juegos excesivos del felino durante las horas de máximas temperaturas. Estos escenarios hay que evitarlos, y ejercitar al gato durante la noche, una vez que el sol haya caído.
Agua, agua y más agua para el felino. Puesto que el gato se refrigera a través de su boca y lengua, tener cerca siempre un cuenco de agua limpia y fresca le animará a beber y, con ello, a perder temperatura. Los recipientes con líquido deben colocarse en diferentes puntos del hogar, siempre a la sombra, y reemplazar el agua al menos dos veces al día.
Mojar las patas del gato. Las glándulas sudoríparas del animal se concentran en las almohadillas de sus patas. Por ello, mojarlas con regularidad le ayudará a mantenerse más fresco.
El cepillado del gato elimina los pelos muertos de su pelaje, que bloquean la expulsión de calor a través del cuerpo. Este sencillo gesto, repetido cada día, contribuye a que se mantenga más fresco.
Cuidados especiales para felinos chatos o mayores. Los braquicéfalos, de nariz aplastada, así como los animales más mayores, tienen más dificultades para refrigerarse. Por este motivo, resultan más sensibles al golpe de calor.
El coche en verano es peligroso para el gato. Aunque los felinos no suelen viajar o salir de paseo en coche tanto como los perros, conviene recordar que el automóvil es un lugar que concentra el calor y eleva la temperatura en pocos minutos. La recomendación es no dejar al animal solo en el coche, y que el vehículo permanezca a la sombra en las paradas y bien refrigerado.
Mi gato sufre un golpe de calor, ¿qué hago?
La mejor forma de evitar un peligroso golpe de calor en el gato es prevenirlo. Es decir, no ejercitar al felino a pleno sol en verano, ofrecerle agua fresca, así como una sombra adecuada.
Pero, ¿qué hacer si el jadeo del gato se torna excesivo, y el animal corre serio riesgo de sufrir un colapso a causa del aumento de las temperaturas?
El gato debe ser trasladado a otro lugar, fresco, aireado, donde la temperatura sea inferior.
Animar al felino a que beba agua, sin forzarle. El contacto del líquido con la lengua y su boca colaborará a que el amigo de cuatro patas pierda el exceso de calor.
Mojar sus patas, con el fin de empapar sus almohadillas, para apoyar su transpiración.
Llamar al veterinario, que podrá acudir a casa, y seguir sus indicaciones.
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