Los responsables deberán acreditar ante el municipio rosarino su idoneidad y garantizar que los corredores cumplan los controles médicos.
La Capital |
En el parque Urquiza, en los ex silos Davis o en el corredor ribereño de La Florida; en los últimos cinco años los grupos de running ganaron cada vez más espacio. Correr es una actividad saludable, económica (apenas se necesita un par de zapatillas) y también cada vez más publicitada. En la ciudad, la Asociación de Atletismo fiscaliza unas 35 carreras callejeras por año y, se calcula, que hay unos 5 mil aficionados que salen a trotar regularmente. Frente a tanto furor, Rosario es una de las primeras localidades del país en reglamentar la actividad de los grupos de entrenamiento que trabajan en espacios públicos. Antes de fin de año, sus responsables deberán acreditar idoneidad y garantizar que los corredores cumplan con controles médicos.
El registro de grupos de running se abrió recientemente, justo en la época del año en que la actividad física cosecha más adeptos. “Nuestro interés es regularizar la tarea de los grupos que funcionan en los espacios públicos. Pero sobre todo crear conciencia sobre las condiciones en que debe desarrollarse esta actividad para prevenir accidentes”, explicó el subsecretario de Recreación y Deportes, Adrián Ghiglione.
De acuerdo a un relevamiento realizado por esta dependencia municipal, en los espacios públicos de la ciudad hay unos 40 grupos de running que trabajan en forma independiente, como parte de las actividades de un gimnasio o auspiciados por alguna marca deportiva. Los más chicos pueden sumar entre 15 y 20 corredores, pero también hay grupos que suman más de 150 personas, divididas en distintos turnos.
En total, se calcula, unas cinco mil personas trotan regularmente cada temporada primavera verano en los parques de la ciudad.
La ordenanza que regula la actividad se aprobó a fines del año pasado. La norma abarca a aquellos grupos de entrenamiento, de cualquier disciplina, que realizan actividades físicas periódicas en espacios públicos, sin la participación de asociaciones oficiales. Particularmente a aquellos que realizan sus prácticas en espacios públicos y que perciban un pago como contraprestación de sus servicios.
Los requisitos para su inscripción en el registro, explicó Ghiglione, son los mismos que se exigen a los gimnasios de la ciudad: que las actividades estén supervisadas por un profesor de educación física o por un técnico con título oficial habilitante y que tanto los asistentes como los profesores cuenten con certificado médico, que el titular del grupo debe enviar a la Subsecretaría de Recreación y Deportes.
Además, contar con un botiquín de primeros auxilios, un servicio de emergencias médicas y un seguro de responsabilidad civil.
Hasta ayer una decena de equipos ya se habían registrado y según estimó Ghiglione antes de fin de año la totalidad de los grupos habrán completado el empadronamiento.
Después del fútbol. Según la última encuesta del Ministerio de Salud de la Nación y la Secretaría de Deporte, el fútbol es el deporte más practicado en el país. Lo practican el 9% de los argentinos, el ciclismo (6%) y el running (5%) completan el podio de las disciplinas con más aficionados, de acuerdo al trabajo realizado hace dos años.
“Entendemos que la actividad física deber ser promovida y alentada, pero también deben existir un mínimo de condiciones para que su práctica sea más segura”, advirtió el concejal Sebastián Chale, autor junto a María Eugenia Schmuck, de la ordenanza que regula la actividad de los equipos.
El edil radical recordó que incluso, la primera propuesta surgió de los mismos profesores que tenían a su cargo grupos y “plantearon la necesidad de ordenar la cuestión” ya que veían que la actividad “crecía mucho y necesitaba un marco para desarrollarse sin riesgos”.
Tres por mes. La Asociación de Atletismo fiscaliza unas 35 carreras callejeras por año con circuitos que van de los 300 metros a los 42 kilómetros. Y las competencias no sólo son cada vez más, sino que la inscripción crece también cada año.
En junio pasado, la Maratón Día de la Bandera reunió a 4.800 corredores de 360 localidades de todas las provincias y doce países, un verdadero récord.
De acuerdo a un relevamiento realizado por esta dependencia municipal, en los espacios públicos de la ciudad hay unos 40 grupos de running que trabajan en forma independiente, como parte de las actividades de un gimnasio o auspiciados por alguna marca deportiva. Los más chicos pueden sumar entre 15 y 20 corredores, pero también hay grupos que suman más de 150 personas, divididas en distintos turnos.
En total, se calcula, unas cinco mil personas trotan regularmente cada temporada primavera verano en los parques de la ciudad.
La ordenanza que regula la actividad se aprobó a fines del año pasado. La norma abarca a aquellos grupos de entrenamiento, de cualquier disciplina, que realizan actividades físicas periódicas en espacios públicos, sin la participación de asociaciones oficiales. Particularmente a aquellos que realizan sus prácticas en espacios públicos y que perciban un pago como contraprestación de sus servicios.
Los requisitos para su inscripción en el registro, explicó Ghiglione, son los mismos que se exigen a los gimnasios de la ciudad: que las actividades estén supervisadas por un profesor de educación física o por un técnico con título oficial habilitante y que tanto los asistentes como los profesores cuenten con certificado médico, que el titular del grupo debe enviar a la Subsecretaría de Recreación y Deportes.
Además, contar con un botiquín de primeros auxilios, un servicio de emergencias médicas y un seguro de responsabilidad civil.
Hasta ayer una decena de equipos ya se habían registrado y según estimó Ghiglione antes de fin de año la totalidad de los grupos habrán completado el empadronamiento.
Después del fútbol. Según la última encuesta del Ministerio de Salud de la Nación y la Secretaría de Deporte, el fútbol es el deporte más practicado en el país. Lo practican el 9% de los argentinos, el ciclismo (6%) y el running (5%) completan el podio de las disciplinas con más aficionados, de acuerdo al trabajo realizado hace dos años.
“Entendemos que la actividad física deber ser promovida y alentada, pero también deben existir un mínimo de condiciones para que su práctica sea más segura”, advirtió el concejal Sebastián Chale, autor junto a María Eugenia Schmuck, de la ordenanza que regula la actividad de los equipos.
El edil radical recordó que incluso, la primera propuesta surgió de los mismos profesores que tenían a su cargo grupos y “plantearon la necesidad de ordenar la cuestión” ya que veían que la actividad “crecía mucho y necesitaba un marco para desarrollarse sin riesgos”.
Tres por mes. La Asociación de Atletismo fiscaliza unas 35 carreras callejeras por año con circuitos que van de los 300 metros a los 42 kilómetros. Y las competencias no sólo son cada vez más, sino que la inscripción crece también cada año.
En junio pasado, la Maratón Día de la Bandera reunió a 4.800 corredores de 360 localidades de todas las provincias y doce países, un verdadero récord.
Cuando la carrera se corrió por primera vez, en 2002, contó con apenas 752 corredores.
“Apenas el 5% de los competidores son deportistas y el promedio de edad es de 35 años para arriba”, señaló el presidente de la Asociación Rosarina de Atletismo, Fernando Bilotta.
Por eso, consideró muy importante insistir en la importancia de concientizar en la importancia de someterse a controles médicos a los aficionados al running. “Hay que garantizar el control médico de los corredores y también que las personas que están a cargo de los grupos sean idóneos. Los entrenamientos deben adecuarse a la edad, la salud y la capacidad física de quienes hacen ejercicio”, sostuvo.
Y advirtió que cada vez son más los que se suman a los entrenamientos para bajar niveles de estrés, superar los propios límites, ampliar horizontes o sumar amigos. “Hay gente que viaja mucho a correr afuera, existen muchas más posibilidades y distintas modalidades de carreras, de calle, de aventura, con obstáculos”, comentó Bilotta.
Eso sí, remarcó, no sólo es necesario calzarse las zapatillas para salir a correr.
“Apenas el 5% de los competidores son deportistas y el promedio de edad es de 35 años para arriba”, señaló el presidente de la Asociación Rosarina de Atletismo, Fernando Bilotta.
Por eso, consideró muy importante insistir en la importancia de concientizar en la importancia de someterse a controles médicos a los aficionados al running. “Hay que garantizar el control médico de los corredores y también que las personas que están a cargo de los grupos sean idóneos. Los entrenamientos deben adecuarse a la edad, la salud y la capacidad física de quienes hacen ejercicio”, sostuvo.
Y advirtió que cada vez son más los que se suman a los entrenamientos para bajar niveles de estrés, superar los propios límites, ampliar horizontes o sumar amigos. “Hay gente que viaja mucho a correr afuera, existen muchas más posibilidades y distintas modalidades de carreras, de calle, de aventura, con obstáculos”, comentó Bilotta.
Eso sí, remarcó, no sólo es necesario calzarse las zapatillas para salir a correr.
Para conocer a los responsables. En los próximos días, los datos de los grupos de entrenamiento autorizados por la Subsecretaría de Recreación y Deportes figurarán en la página web del municipio rosarino. Allí se detallarán el nombre y apellido o la razón social de los responsables, su domicilio legal y también la actividad que se desarrolla y lugar en el que se la lleva a cabo, especificando días y horarios. Los datos son de libre acceso.
Paciencia y placer, dos claves para lograr buenos resultados
Los entrenadores coinciden: tener paciencia y disfrutar del deporte son dos condiciones que hay que reunir para ingresar al mundo del running. “Con el auge de las maratones, muchos se acercan para preparase y participar de una carrera de calle. Pero el trabajo aeróbico es un proceso lento y no hay que apurarse a tener resultados”, señala Cristián Crobat, uno de los referentes rosarinos en el atletismo internacional y coordinador general del Atenas Running Team.
Crobat empezó a correr hace 18 años, fue 15 veces campeón argentino, campeón sudamericano de 800 metros categoría menor y récord artencino de 1000 metros en la categoría menor y juvenil.
Allá por los 90, “en las calles de la ciudad no corrían más de 50 personas, de los cuales la mayoría eran atletas federados”, señala. Por entonces, “la gente que hacía actividad física no participaba en eventos deportivos, las maratones o carreras callejeras eran eventos exclusivos para atletas”, recuerda.
Pero los tiempos cambiaron, hay más conciencia sobre los beneficios de practicar alguna actividad física, de hacerlo en grupo y de aprovechar los espacios públicos. Las maratones suman cada vez más aficionados que se animan a los 4, 5, 8, 15, 21 ó 42 kilómetros; de día, de noche o al amanecer; con o sin obstáculos; exclusivas para mujeres o acompañados de sus perros.
“Ahora corre cualquier persona que tenga una destreza aeróbica que le permita cubrir una determinada distancia, acorde a su edad, su entrenamiento y su capacidad aeróbica”, afirma Crobat y destaca que si bien en los últimos años se sumó mucha gente joven, sobre todo mujeres entre 23 y 35 años, la media de edad de los corredores aficionados está entre los 30 y los 40, personas que tienen una intensa vida laboral, pero dedican tres veces a la semana a correr, librarse del estrés y de los problemas cotidianos.
Para principiantes. Crobat es entrenador nivel dos de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (Iaaf). Desde hace cinco años hace las planificaciones de distintos grupos de running: de atletas federados, de aficionados y también de una escuela de mini atletismo.
Con esa experiencia a cuestas, se anima a un par de consejos para quienes quieran empezar a correr.
“La actividad aeróbica es la más adeucada a las personas que llevan una vida sedentaria, ayuda a fortalecer músculos, regularizar el metabolismo, quemar grasas, prevenir lesiones, prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes y del sistema nervisoso central”, afirma.
Sin embargo, recomienda ir de a poco. “No hay que apurarse a tener resultados, hay que saber que llegar a prepararse para una carrera de calle es un un proceso, primero hay que caminar, trotar y, sobre todo, disfrutar del deporte para no terminar lesionado o con algún problema de salud”, sostiene.
Correr en grupo y en espacios al aire libre, advierte, hace de la actividad un encuentro social más placentero que entrenar en solitario.
El resto es más o menos conocido: no empezar a correr sin entrar en calor y mover el cuerpo previamente, realizar una rutina de ejercicios y siempre elongar después de hacer ejercicios. Por supuesto, antes de nada, someterse a los controles que le recomiende su médico.
Crobat empezó a correr hace 18 años, fue 15 veces campeón argentino, campeón sudamericano de 800 metros categoría menor y récord artencino de 1000 metros en la categoría menor y juvenil.
Allá por los 90, “en las calles de la ciudad no corrían más de 50 personas, de los cuales la mayoría eran atletas federados”, señala. Por entonces, “la gente que hacía actividad física no participaba en eventos deportivos, las maratones o carreras callejeras eran eventos exclusivos para atletas”, recuerda.
Pero los tiempos cambiaron, hay más conciencia sobre los beneficios de practicar alguna actividad física, de hacerlo en grupo y de aprovechar los espacios públicos. Las maratones suman cada vez más aficionados que se animan a los 4, 5, 8, 15, 21 ó 42 kilómetros; de día, de noche o al amanecer; con o sin obstáculos; exclusivas para mujeres o acompañados de sus perros.
“Ahora corre cualquier persona que tenga una destreza aeróbica que le permita cubrir una determinada distancia, acorde a su edad, su entrenamiento y su capacidad aeróbica”, afirma Crobat y destaca que si bien en los últimos años se sumó mucha gente joven, sobre todo mujeres entre 23 y 35 años, la media de edad de los corredores aficionados está entre los 30 y los 40, personas que tienen una intensa vida laboral, pero dedican tres veces a la semana a correr, librarse del estrés y de los problemas cotidianos.
Para principiantes. Crobat es entrenador nivel dos de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (Iaaf). Desde hace cinco años hace las planificaciones de distintos grupos de running: de atletas federados, de aficionados y también de una escuela de mini atletismo.
Con esa experiencia a cuestas, se anima a un par de consejos para quienes quieran empezar a correr.
“La actividad aeróbica es la más adeucada a las personas que llevan una vida sedentaria, ayuda a fortalecer músculos, regularizar el metabolismo, quemar grasas, prevenir lesiones, prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes y del sistema nervisoso central”, afirma.
Sin embargo, recomienda ir de a poco. “No hay que apurarse a tener resultados, hay que saber que llegar a prepararse para una carrera de calle es un un proceso, primero hay que caminar, trotar y, sobre todo, disfrutar del deporte para no terminar lesionado o con algún problema de salud”, sostiene.
Correr en grupo y en espacios al aire libre, advierte, hace de la actividad un encuentro social más placentero que entrenar en solitario.
El resto es más o menos conocido: no empezar a correr sin entrar en calor y mover el cuerpo previamente, realizar una rutina de ejercicios y siempre elongar después de hacer ejercicios. Por supuesto, antes de nada, someterse a los controles que le recomiende su médico.
Para iniciarse desde chiquito
Este año, Cristián Crobat, uno de los referentes locales en el atletismo internacional, puso en marcha un proyecto para crear una escuela de mini atletismo destinada a niños y niñas a partir de los 11 ó 12 años, con el objetivo de ofrecer a los niños nociones de la discplina en forma amena, accesible y entretenida. Las actividades, grautitas, se desarollan en el parque Scalabrini Ortiz.
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