La banda santafesina y el ex líder de La Portuaria se unieron a los festejos en la explanada de Rectorado. Ambas bandas brindaron un extenso show frente a 10.000 personas que se acercaron para disfrutar una vez más de este tradicional encuentro.
Ni la noche fría, ni la incertidumbre por los avatares del clima inquietaron a la muchedumbre que se densificó minuto a minuto anoche frente a la explanada del Rectorado. Era la propia ansiedad la que se encargó de calentar los motores y las gargantas de las miles de personas que se acercaron a cantarle a su modo el feliz cumpleaños a la universidad. Se sabe que 96 años no se cumplen todos los días y estuvo bien claro que los festejos estuvieron a la altura de las circunstancias. Una velada de rock, reggae, arte y color que inundó el bulevar con la presencia del cuarteto Sig Ragga y el ex líder de La Portuaria, Diego Frenkel frente a 10.000 espectadores.
Sagrado Sig Ragga
El escenario abrazado por las tradicionales molduras del Rectorado se iluminó por completo a medida que sonaba un piano que gestaba el carnaval de reggae protagonizado por Gustavo Cortés, Juanjo Casals, Nicolás González y Ricardo Pepo Cortés. Cuatro monstruos de sotanas y cabezas blancas que anticipaban con sus imponentes presencias lo que fue un feliz cumpleaños que arrancó con “Orquesta en descomposición”. Arreglos de rock progresivo, pequeños amagues de música clásica, sintes hipnóticos y una simetría escénica consolidaron la noche con festejos acompañados de un repertorio plagados de obras de arte.
La multitud continuó moviéndose al compás de “El Niño del Jinete rojo”. Para el tercer tema el público ya era una masa uniforme que ni el frío de la noche hizo que se privara de levantar los brazos y cantar “Puntilla if chaff”. La propuesta se presentó como un ida y vuelta por las producciones de 2009 y 2013 que continuaron con “Invocación”, “Quise ser” y una bajada de revoluciones estrepitosa con “Chaplin“. Luego vino “En un abrir y cerrar de noches” que coqueteó con sus infaltables quince segundos de apagón total de luces.
La noche siguió con “Pensando”, “Escalera y barco” y “Resistencia indígena”. “Fuimos corriendo esa línea indivisible, que nos susurra lo que vendrá”, coreó la multitud con “Continuidad de lo indecible” a la vez que vociferaron a la par de “Severino di Giovanni”. A ellos se sumaron “En el infinito”, “Tamate” y “Feliz” para luego concluir con una explosión de “Rebelión de los esclavos técnicos”, un himno de Aquelarre que dio lugar a la última pieza, “Matatata”, que se encargó de adornar una noche fría llena de canciones calientes.
Cita con Frenkel
La apertura de la noche fue para el porteño Diego Frenkel que retornó a la ciudad después de muchos años, ahora con su banda que consagra definitivamente su carrera como solista tras sus largos años a la cabeza de La Portuaria. La noche le dio la misión de inaugurar los festejos con un show en vivo que, para él, es esa “especie de ritual esotérico que tanto disfruta”, y para ello decidió agasajar a la multitud con “Demolición”.
“Todo lo hacemos en nombre del amor”, pronunció el cantante en su comienzo antes de continuar con “Vía Láctea” y seguir con “Bajo la piel”, “Ritmo”, “Corazón” y “Danza”. Todos temas de su último trabajo discográfico “Ritmo” que lució junto a Lucy Patané en guitarras eléctricas, coros y bajo; Florencio Finkel en bajo y coros; y Pedro Bulgakov en batería, percusión y coros. Todos se encargaron de presentar lo nuevo y de revolotear entre hitos de La Portuaria como “Selva” y “Baby”, que cerró el paso por la explanada y sacó un bailecito a más de uno, como lo supo hacer su banda célebre allá por 2005.
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