La impunidad con la que se manejan estos grupos delictivos es tan grande que no dudaron en filmar todo, para luego subirlo a la web, por lo que no tardó en viralizarse y desatar un escándalo.
Impunidad. Las reclusas escribieron las iniciales de la banda con cocaína.
Un video causa indignación y revuelo en Brasil al mostrar a presidiarias en una “fiesta” dentro de la penitenciaría Sant’Ana, de San Pablo, en la que se pasaban una bandeja que dice “PCC 15.3.3 22 años”, escrito con líneas de cocaína. Así, en vez de soplar las velitas de una torta, las mujeres aspiraban la droga.
Pero estaban organizadas. Habían formado una larga fila y cada reclusa podía aspirar una línea de cocaína.
La insólita celebración por el aniversario número 22 de la organización narcocriminal Primer Comando Capital ocupó un pabellón entero de la cárcel. Además de cocaína, había marihuana y ron para todas.
La impunidad con la que se manejan estos grupos delictivos es tan grande que no dudaron en filmar todo, para luego subirlo a la web, por lo que no tardó en viralizarse y desatar un escándalo.
La justicia ya abrió una investigación sobre los responsables de la Secretaría de Administración Penitenciaria (SAP), por el ingreso de las drogas a la prisión. Además, pidió identificar a las participantes de la fiesta. La líder del grupo, que se puede ver en la segunda parte del video hablándole a la multitud, es Candida Maria Santanta Bispo, según informa Estado de Sao Paulo. Fue detenida en 2009, acusada de participar en un plan de banda criminal para rescatar a los presos de la penitenciaría Avare, en San Pablo.
La SAP tomó por su parte la decisión de desplazar al director de seguridad de la cárcel y a sus subordinados. En tanto, las reclusas que participaron fueron trasladadas.
El juez interviniente en la causa, Ulises de Oliveira Gonçalves Junior, quiere saber cómo la presa logró teléfonos celulares y drogas para la “fiesta”. El magistrado dijo estar “horrorizado” por las imágenes y por la impunidad con se manejó para conseguir la droga y el alcohol que se distribuyó en uno de los patios de la prisión.
Inaugurada en diciembre de 2005, la cárcel de Sant’Ana ocupa un edificio del antiguo complejo de Carandiru, que ya fue el mayor presidio de América latina. El 2 de octubre de 1992, la policía militar de San Pablo irrumpió en el centro para sofocar una rebelión, matando a 111 presos. Esta masacre fue el punto de partida del PCC.
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