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domingo, 23 de agosto de 2015

Crece en Rosario la tendencia a cultivar marihuana en los propios domicilios

En un año se cuadriplicó la cantidad de locales dedicados a la venta de insumos para la producción de cannabis hogareño. Cada vez más rosarinos se animan, ya sea para uso medicinal o recreativo.
La Capital | 
Crece en Rosario la tendencia a cultivar marihuana en los propios domicilios
 Luego de ser asaltado al comprar marihuana en el mercado ilegal, Javier comenzó a cultivar para dejar de correr riesgos. Leandro, por su parte, descubrió el cannabis investigando tras una clase de biología de la secundaria. David, en cambio, decidió tener sus propias plantas porque necesitaba calmar el fuerte dolor en la rodilla que le trajo un accidente. Iván también empezó por cuestiones de salud, buscando atenuar los ataques de epilepsia de su hijo.
Ya sea por uso recreativo o medicinal, cada vez son más los rosarinos que se animan a cultivar marihuana en sus casas. En un año se cuadriplicó la cantidad de grow shops en la ciudad (locales especializados en la venta de insumos para el crecimiento y cuidado plantas), donde aseguran que "el cannabis se puso de moda".
No existe un perfil definido entre los cultivadores, pero sí los une una necesidad real: escaparle al narcotráfico. Recurrir a un transa o dealer supone riesgos (ser víctima de un asalto o de una persecución policial, por ejemplo) que en el mejor de los casos tendría como resultado la obtención de un producto caro y de pésima calidad.
"Tener que comprar era un tema, porque además de las situaciones de explotación y violencia inherente a ese tipo de comercialización clandestina, también representaba una exposición para uno a que te afanen o te frene la cana y te haga pasar un mal momento", recuerda Javier, de 28 años, quien dejó de frecuentar el mercado negro tras sufrir un asalto hace 4 años.
Grow shop. El producto que se consigue en el circuito ilegal suele ser el denominado "paraguayo", marihuana prensada y tamizada con diferentes productos que van desde lavandina hasta amoníaco. "No quiero darle plata a los narcos ni fumar marihuana transgénica", opina Emanuel (31), que acaba de ingresar a Sannabis, el grow shop más antiguo de la ciudad. De allí se lleva la última edición de la revista THC (publicación dedicada a la cultura canábica) y una botella de "Alga Delta", un bioestimulador metabólico.
En Sannabis pueden encontrarse todo tipo de productos destinados al cultivo de cannabis: macetas, sustratos, elementos de iluminación, instrumentos de medición de temperatura y humedad, vaporizadores y filtros de aire, entre otros. También se venden encendedores, lillos y picadores, lo básico para el armado de cigarrillos.
"Desde mi lugar se observa un crecimiento de la demanda, por todas las vías. Nuestros clientes van desde estudiantes que llegan desde afuera para iniciar la universidad, hasta jubilados que buscan calmar algún dolor", reconoce Leandro (32), titular de Sannabis.
"El cannabis se puso de moda. Todo el mundo quiere una plantita en su casa, cultivar y tener su fruto para mostrarle a sus amigos y colegas", coinciden Guillermo (30) y Alexis (32), socios de Red Dragon, otro de los grow (como gustan llamarlo sus dueños) locales.
En un año, Rosario pasó de tener un sólo comercio del rubro a poseer 4, lo que da cuenta de una tendencia que va en ascenso. "La cantidad de gente es cada vez mayor, gracias en parte al crecimiento de los grow shops, donde venís y tenés todo".
Primer paso. Recurrir a un grow shop puede ser una de las vías para iniciarse en el cultivo de cannabis, pero no la única. Hoy existe mucha información disponible en internet y de allí se valen muchos. Como Mariano, que con 19 años se animó a plantar en el patio de su casa. "Al principio no sabía nada, ni siquiera como germinar una semilla", admite, para luego confesar que "es verdad lo que dicen muchos, a la planta hay que darle amor, porque el proceso se tiene que hacer con esfuerzo y dedicación".
"Necesariamente tenés que tener una curiosidad intelectual de incorporar un proceso nuevo, pero no es más complicado que hacer una huerta de hortalizas o aromáticas en interior", resume Leandro, que además de ser el dueño de Sannabis es cultivador desde hace 15 años, cuando descubrió la planta investigando tras una clase de biología en la secundaria.
Por la misma época había comenzado a plantar David (47), que transforma el cannabis que produce en aceite para aliviar el dolor que le produjo en la rodilla un accidente a bordo de su moto. "Se trata de algo muy fácil de cultivar. Dándole bola no tiene mayor complicación que cualquier otra planta", coincide.
Barreras legales. Los casos de quienes utilizan la marihuana para aliviar dolores, por ejemplo, son uno de los tantos que empuja a pensar en implementar un cambio en la actual ley de drogas (23.737). Hoy contempla la misma pena al que siembre o cultive plantas o guarde semillas con el objetivo de producir estupefacientes, incluso para consumo personal.
Sin embargo, el 25 de agosto de 2009 la Corte Suprema declaró este apartado como inconstitucional, basándose en el artículo 19 de la Constitución Nacional, donde se indica que "las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados".
La declaración del máximo tribunal no logró un cambio en la redacción de la normativa, por lo cual se siguen iniciando procesos por tenencia de cantidades ínfimas de marihuana. Los cultivadores abogan por un cambio de paradigma: "Hay que buscar una alternativa, pero que vaya más allá de la plantita en casa, ya que el problema es mucho más profundo y la revisión debe ser igual de profunda", reflexiona Javier.
Mientras tanto, y más allá de las polémicas y presuntos tabúes, cada vez son más los rosarinos que se animan a cultivar marihuana en sus casas. Una tendencia que se afirma y parece haber llegado para quedarse.

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