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domingo, 22 de febrero de 2015

SANTA FE: Recibió el alta Fausto, el nene electrocutado en Centenario

El 23 de enero pasado, el pequeño sufrió una descarga al tocar una columna de alumbrado público a la cual le faltaba una tapa. A raíz del hecho, todavía no camina ni habla y volvió a usar pañales.

Tras largas noches de desvelo en las salas del hospital de niños Doctor Orlando Alassia, los papás de Fausto Favre recibieron la noticia que más esperaban: el alta médica. El viernes, los médicos consideraron que ya era hora de volver a casa para el nene de dos años que el 23 de enero pasado sufrió un paro cardíaco tras recibir una descarga eléctrica de una columna de alumbrado público, en el patio central de la manzana 10 del Fonavi San Jerónimo del barrio Centenario.

Con los ojos agotados de ver pinchazos, desgastados por tantos partes médicos que –sin culpa alguna– echaban tierra a sus ilusiones, en la siesta del último día hábil de la semana, Nicolás y Brenda alzaron por fin a su hijo para decirle adiós a casi un mes de internación. Saben que lo que se viene es duro, porque deberán volver a diario a ese que será por varios meses su segundo hogar, al mismo hospital que le salvó la vida al tercero de sus cuatro chicos. Largas semanas volarán del almanaque en sesiones de rehabilitación para que Fausto recupere la mayor cantidad posible de todo lo que había aprendido en sus dos años.

“En un principio nos dijeron que teníamos que esperar hasta el lunes, pero el jueves consideraron que ya estaba en condiciones de salir y nos avisaron que el viernes le daban el alta”, contó Nicolás a Diario UNO.

La sensación de volver a dormir en la cama propia, aún cuando el sueño sea liviano, atento a cualquier movimiento del nene, sabiendo que él está ahí, cerquita de los brazos de mamá y papá, y también de sus otros tres hermanos (de ocho meses, cuatro y seis años); es difícil de describir para quien pasó tantas madrugadas en vela en los pasillos de un hospital, con el corazón en la boca a la espera de cualquier novedad.

“Ahora nos vamos con él, con la sondita puesta, porque no come todavía”, explicó Nicolás, antes de relatar las principales secuelas que padece Fausto hoy: “Es como si se hubiera olvidado todo lo que aprendió en sus dos años. No camina, no habla, volvió a usar pañales, no fija la mirada, es como un bebé. Para nosotros es volver a empezar”.

—¿Qué les dicen los médicos de la recuperación neurológica?
—Nos dijeron que lo neurológico demora entre seis meses y un año para recuperar las funciones.

Paso a paso
La familia Favre volvió al barrio, pero ahora deberá recorrer a diario las 15 cuadras (aproximadamente) que separan su domicilio del Hospital de Niños para que el pequeño reciba distintas atenciones médicas relacionadas son su rehabilitación.

En tal sentido, el papá describió que hace una semana que comenzaron con esos trabajos y que ahora deberán concurrir para ser atendidos por kinesiólogos, terapistas ocupacionales y profesionales en estimulación temprana.

En cuanto al origen del daño neurológico, Nicolás expresó que “si bien la electricidad le generó un paro cardiorrespiratorio, su problema fue la falta de oxígeno en el cerebro”.

—¿Cuánto tiempo estuvo sin oxígeno?
—Estuvo mucho tiempo en paro respiratorio. Fueron 45 minutos. Calculo entre 7 u 8 minutos hasta que llegué el hospital y ahí estuvieron alrededor de 35 minutos reanimándolo hasta que lo lograron.

Aspecto legal
La gravedad del estado de salud de su hijo fue, en el último mes, el número uno en la lista de prioridades de la familia Favre, por lo cual en ese lapso solo se ocuparon de ese aspecto y prefirieron dejar para una instancia posterior, la búsqueda de justicia en la determinación de responsabilidades por los daños ocasionados al nene.

“No hablamos nada todavía con abogados, porque nos ocupamos solo de él”, manifestó Nicolás, aunque expresó su malestar por las declaraciones vertidas desde el municipio acerca de la obligación de los vecinos al descubrir un desperfecto eléctrico en ese espacio público común.

De todas maneras, también contó que en los primeros días de internación, Fausto recibió en una oportunidad la visita del intendente José Corral y también de una funcionaria del área de Salud. “Después nos mandaron mensajes de texto durante algunos días, pero ya en los últimos no se comunicó nadie”, concluyó.

Por último, agradeció a todo el personal del Hospital de Niños por la atención recibida, a sus vecinos, “y también a toda la gente que rezó para que Fausto se mejore, que fue muchísima”.

Soledad Mizerniuk / Diario UNO

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