Una empleada doméstica y su esposo albañil fueron asaltados ayer a la siesta por un violento delincuente. La mujer terminó con un balazo en el brazo izquierdo. “La policía peleó con mi pareja y uno de mis hijos y los detuvo, en vez de perseguir al ladrón”, aseguró.
Joaquín Fidalgo
jfidalgo@ellitoral.com
Alicia Zapata tiene 54 años y es empleada doméstica. Vive en Los Hornos y trabaja en dos casas de vecinos del mismo barrio. A pesar de que los recorridos que debe hacer no son muy extensos, es su marido, Ricardo Vera, de 55, quien la lleva en moto de un lado al otro. “Es por la inseguridad”, explica ella. Ayer, ambos fueron asaltados cerca de las 14.30.
“Yo salí de una de las viviendas en las que me desempeño y mi esposo me llevó hasta la otra. Llegamos y me bajé de la moto. Entonces, Ricardo me alcanzó una botella con jugo. Siempre me trae algo para tomar, porque no tengo tiempo de comer”, contó la mujer.
“De la nada apareció un pibe que nos apuntaba con un arma de fuego. Señalaba a mi esposo y le decía que lo iba a matar si no le daba la moto. Le explicamos que éramos laburantes, pero no le importaba nada. Después me quiso arrebatar el bolso. Yo le dije que adentro sólo tenía ropa sucia, pero él igual trató de arrancármelo. En ese momento, mi marido salió en mi defensa y forcejeó con el delincuente, que pudo zafarse y le gatilló dos veces a quemarropa en el pecho. Afortunadamente, la bala no salió.
"Entonces, hizo unos pasos, giró y me tiró a mí. El proyectil me pegó en el brazo izquierdo, cerca del hombro, por lo que caí desvanecida y me golpeé. Antes de escapar, el asaltante volvió a encañonar a Ricardo y gatilló, pero -increíblemente- otra vez el arma no funcionó”, relató esta mañana Alicia.
Grave denuncia
“Para colmo, la policía se portó muy mal. Dos de mis hijos llegaron después desesperados y arrojaron la bici cuando me vieron en el suelo. Sin querer, chocaron a una mujer uniformada y entonces los agentes, en vez de perseguir a los delincuentes, se pusieron a pelear con ellos. Ricardo y mi hijo de 29 años terminaron presos.
"Los golpearon también en la comisaría y a mi marido, que es albañil, le desaparecieron 300 pesos que tenía en la billetera. Mientras tanto, yo seguía tirada y me chorreaba sangre por todos lados. Finalmente, una ambulancia del Cobem me llevó hasta el hospital Cullen. Ahí me hicieron curaciones y rápido pedí que me dieran el alta para ver qué había pasado con mi familia. Cuando llegué a la seccional 6a. ya los habían liberado, aproximadamente a las 16.30
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