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sábado, 20 de diciembre de 2014

Barack Obama está convencido de que habrá cambios en Cuba

El presidente estadounidense dijo que demorará el debate en el Congreso para levantar el embargo comercial. Aclaró que, por el momento, no hay planes de una visita suya a la isla ni
del mandatario cubano a Washington.

Washington. El presidente de Estados Unidos manifestó ayer su convicción de que el cambio llegará a Cuba con la adopción en Washington de una nueva política hacia la isla, aunque adelantó que eso no ocurrirá rápidamente.

“El cambio llegará a Cuba. Tiene que llegar. Tiene una economía que no funciona”, dijo Obama durante la última conferencia del año en la Casa Blanca, aunque admitió que “no puedo anticipar cambios de la noche a la mañana” en la isla. Negó que considere plazos para que dicha transformación suceda antes del fin de su mandato, porque sería “poco realista que ahora busque mapear dónde estará Cuba” en los próximos años.
La isla antillana, dijo, “ha dependido durante años de los subsidios de la Unión Soviética y, luego, de subsidios de Venezuela. Eso no se puede sostener. Y cuando más los cubanos vean lo que es posible, más interesados estarán en un cambio”.

Aunque Obama no ofreció detalles precisos sobre qué características tendrá ese cambio, apuntó que ello “podrá ocurrir rápido o podrá ocurrir más lentamente de lo que me gustaría. Pero va a ocurrir”.

Obama enfrió también las perspectivas de un viaje suyo a la isla o de Raúl Castro a Washington.“No estamos todavía en un escenario donde una visita mía a Cuba o del presidente Castro a los Estados Unidos esté en los planes. Yo no sé cómo esta relación se desarrollará en los próximos años”, comentó.

En un gesto histórico, Obama y Castro anunciaron simultáneamente el miércoles que ambos países estaban dejando atrás más de medio siglo de enfrentamiento para iniciar un proceso que debería conducir a la normalización de las relaciones diplomáticas lo antes posible.

Obama declaró en esa oportunidad que, por decreto, aliviaría determinadas sanciones o restricciones a Cuba, pero que la eliminación del bloqueo económico iniciado en 1962 tendría que ser aprobada por el Congreso, ya que se encuentra codificado en una extensa ley, comúnmente conocida como Ley Helms-Burton.

Su gobierno, dijo el presidente estadounidense ayer, no tiene condiciones de levantar unilateralmente el embargo. “Eso está codificado en ley. Creo que tendrá que haber un proceso y que el Congreso tendrá que digerir esto”, comentó. Dijo que “al final de cuentas, tenemos que remover este embargo que ha sido un fracaso en hacer avanzar nuestros intereses. Pero no puedo anticipar que eso ocurrirá de inmediato”.

Durante las declaraciones, Obama ofreció detalles sobre la histórica llamada telefónica que mantuvo con Raúl Castro el martes, en la que incluso el líder cubano llegó a hacer bromas sobre la verborragia de su legendario hermano mayor, Fidel. El presidente de Estados Unidos inició la llamada presentando claramente su posición, en una exposición que duró unos 15 minutos, pero, antes de pasar la palabra a Raúl Castro, se excusó por el largo discurso introductorio.

“Entonces, él me dijo: ‘No se preocupe, señor presidente, usted aún es un hombre joven y tendrá la posibilidad de romper los récords de Fidel’.”

Pietro Parolin, un artesano de la diplomacia


Detrás del éxito diplomático de papa Francisco para la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, se perfila la labor discreta del secretario de Estado del Vaticano, el cardenal italiano Pietro Parolin, un experto en América Latina y China.

El purpurado, de 59 años, relativamente joven para el delicado cargo que ocupa, es en realidad un veterano con casi 30 años de experiencia diplomática, tras formarse en una de las redes más prestigiosas y eficaces del planeta.

Parolin goza además de la total confianza del Papa, quien lo invitó a formar parte del llamado C9, los nueve purpurados que lo asesoran para la reforma de la Iglesia.

La mano derecha del Sumo Pontífice, quien pasó cuatro años como nuncio en Venezuela, donde intentó tejer un acercamiento entre el fallecido presidente Hugo Chávez y la Iglesia conservadora local, es la persona flexible que Francisco necesita.

Soplo de aire fresco
El nombramiento de Parolin en octubre de 2013 resultó un soplo de aire fresco para el Vaticano.

El prelado italiano, un hombre afable y sencillo, remplazó al poderoso cardenal Tarcisio Bertone, muy criticado por su escasa experiencia e interés por la diplomacia y sus embrollos con la política y las finanzas italianas.

La secretaría del Papa, como califica su labor el mismo Parolin, logró mantener en total secreto y sin filtraciones las negociaciones entre Cuba y EE.UU., según reconoció el vaticanista Andrea Tornielli.

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