El ex vice del club y máximo referente de la minoría, no acepta que lo tilden de opositor. “Es desafortunado que Vega hable de comicios en diciembre”, señaló Luis Hilbert.
/El Litoral |
Primero aclara que no es opositor, sino minoría. Y que de las 30 notas presentadas a la comisión directiva, sólo tres fueron respondidas. Luis Hilbert sigue muy de cerca no sólo la causa Lerche, sino también el accionar de la comisión directiva. Y después de aquellas declaraciones que hizo la semana pasada el presidente Eduardo Vega (“no descarto llamar a elecciones si conseguimos el ascenso”), quiso decir lo suyo.
—El club logró que se lo autorice a presentarse como querellante. ¿Qué opinás de esto, teniendo en cuenta que hace unos días te presentaste en Tribunales?
—Después de las elecciones había que hacer las denuncias y llevarle al juez todos los elementos. Teniendo en cuenta que Colón no presentó ninguna denuncia contra los anteriores dirigentes hasta la fecha y como no tengo legitimación como socio para presentarme como querellante, resolví hacerlo como testigo por haber integrado una comisión sumarial y por los años y el conocimiento que tengo del club. Fui citado por el doctor Sánchez y por la doctora Giménez, con la presencia de los abogados de Lerche. Mi testimonio duró cuatro horas y aclaro que todo lo que conozco es por mi actuación en la comisión sumarial. Me ofrecí para atender al club gratuitamente, pero la comisión resolvió contratar otro profesional. Recién ahora se va a presentar como querellante, pero hasta este momento no aportó pruebas.
—¿Qué fue lo que aportaste en tu declaración?
—Las firmas apócrifas en los recibos, los cheques sin fondo, contratos, la casa de El Paso, eventos que organizó el club, transferencia de jugadores que no tienen documentación como la de Federico Higuaín, la venta de Bertoglio al Dínamo de Kiev de la que sólo consta un papel de ese club señalando que se hizo en 7 millones de dólares, la cuenta del exterior que encontró la comisión sumarial, la falta de beneficios para el club por el hotel de campo, el departamento de calle Boulevard, la excesiva erogación por viáticos y movilidad, la venta del 50 por ciento de Graciani, el 40 por ciento de Luque y el 40 de Caire a un señor de apellido Deruder, la concesión del restaurante. Todas estas pruebas no se han aportado por parte del club al juez, hasta el momento.
—¿Hubieses actuado diferente, si estaba a tu alcance, para que todo esto se resuelva más rápidamente?
—Hubiese empujado el elefante empantanado. De todos modos, quiero destacar la labor de Darío Sánchez y Mariela Giménez, porque están trabajando de noche y de día con tal de sacar esto adelante. Mi opinión es que Germán Lerche ha pergeñado una maniobra, a través del tiempo, para apoderarse de dinero del club. Y que el resto de la dirigencia, por acción u omisión, contribuyó a esa empresa criminal encabezada por el ex presidente. Acá hay defraudación, libramiento de cheques sin fondo y asociación ilícita. A esto, Lerche solo no lo pudo hacer. Esto me habría llevado a que el día que sea indagado se le dicte la prisión preventiva, negándose la excarcelación.
—El presidente Vega dijo que los tres objetivos trazados fueron el pago al Atlante, la presentación en salvataje deportivo y el ascenso. Que ya consiguió dos, que falta un tercero y no descarta, de lograrlo, llamar a elecciones...
—En primera instancia, lo del Atlante no fue un logro sino una derrota. El compromiso público de las tres listas era pagar en diciembre y rescatar los seis puntos. Ustedes me preguntaban a Vega, a mí y a Magdalena, en el proceso electoral, si teníamos el dinero. Y resulta que se pagó en marzo, no fue un éxito ni una meta, sino una derrota. Respecto de la ley de salvataje, considero que es tomar morfina si apenas tenés un simple dolor de cabeza. Se tendría que haber hecho otra cosa, aplicar otro remedio. Y además, no se explicó debidamente.
—Pero acá siempre se habló de una situación económica terminal. ¿Cómo se entiende entonces?
—Ustedes mismos informaron que Colón vendió por 50 millones de pesos, ¿o no?. Entonces, se tendrían que haber tomado medidas como aportes, publicidad, denuncia de cheques entregados, etcétera, para no tomar medidas extremas como esta. Y repito que no están claros los números.
—¿Y en cuánto a la posibilidad de llamar a elecciones si se asciende?
—Es desafortunado, no es digerible y no hace más que instalar eso en la gente, cuando, en realidad, todos debemos pensar en el objetivo principal que es la vuelta a Primera.
—¿Lo ves como una debilidad?
—No soy quién para juzgarlo... Yo quisiera aclarar que no soy opositor. Al señor presidente le digo que es una falacia que se haga creer que nosotros somos un grupo que está en contra de la dirigencia o del club. No somos oposición, somos una minoría que representa a una masa de asociados por haber salido segundos. Tenemos identidad, representación, pertenencia grupal, orden y respeto. Y los revisores no pueden llevar adelante su tarea porque no hay actas, lo que se lee no es lo que se trató en la reunión anterior, no hay orden del día, no hay nada.
—¿Estás en desacuerdo con esta gestión?
—Con algunas declaraciones sí. Hay que ser cauto en lo que se dice, acá se manejan pasiones y para muchas personas es más importante el presidente de Colón que el presidente de la República o el gobernador. Cuando me convocaron para la comisión sumarial, salí corriendo, trabajé y al otro día me mandaron una nota de agradecimiento. Me ofrecí como querellante y no quisieron; me ofrecí como integrante del órgano fiduciario por el conocimiento que tengo del club, y tampoco quieren.
—Tu proyecto, ¿contemplaba el salvataje deportivo?
—Mi proyecto era rescatar los seis puntos pagándole al Atlante al otro día de las elecciones. Ellos esperaron hasta marzo, cosa que no comparto. En lo económico, mi proyecto era distinto y ya lo expliqué.
—¿Algo más?
—Una reflexión: tenemos una leyenda llamada Cementerio de Elefantes y creo que todos tenemos que colaborar para que en ese cementerio hagamos un pozo enorme para enterrar al bicho infectado que tanto daño le hizo al club para que no vuelva a ocurrir nunca más algo similar.
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