Fue un fallo del máximo tribunal penal. En 2011 Jorge Halford fue penado a 8 años de cárcel tras hallarse en su casa de Roldán 150 kilos de marihuana. El operativo previo fue anulado.
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La Sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal dio curso parcial a los pedidos de nulidades presentados por la defensa de Jorge Halford, un hombre ligado al comercio de estupefacientes que permanecía en la cárcel de Villa Devoto desde mayo de 2009 tras ser condenado a 8 años de prisión por tráfico de drogas. Apenas conocido el fallo, Halford recuperó la libertad y la misma noche del jueves ya estaba en su casa de la vecina ciudad de Roldán.
El pedido de nulidad presentado oportunamente por la defensa de Halford se basó en la misma declaración de su cliente en el marco del juicio oral y público que se desarrolló en mayo de 2011 en los Tribunales Federales de Rosario. Entonces, dijo que parte de la droga que le incautaron le fue "plantada" por efectivos de la ex Brigada de Drogas Peligrosas. Además realizó acusaciones "muy graves" sobre varios efectivos de esa repartición y dejó impresa para siempre la frase de que "en Rosario nadie vende drogas sin la connivencia de la policía".
En la condena dictada en 2011 el Tribunal integrado por Ricardo Vázquez, Santiago Harte y Laura Cosidoy le dictó sentencia "como coautor del delito de tráfico y almacenamiento de estupefacientes" a ocho años de prisión. Aquella mañana el hombre miró al tribunal y dijo un poco más de lo que había denunciado a los largo de las siete audiencias públicas. "Vine en principio por un juicio abreviado —estaba pedida una pena de seis años— pero no pudo ser. Yo cometí varios errores. No denuncié este negocio que me ofreció la policía en su momento, pero si ellos no me hubieran hecho esta camita tal vez yo no estaría acá", dijo.
Una trampa. La camita de la que habló Halford fue, según él, una trampa que le hicieron efectivos de la ex Drogas Peligrosas cuando el miércoles 13 de mayo de 2009 lo detuvieron en el cruce de las rutas A-012 y 9, en jurisdicción de Roldán. En la camioneta Toyota Hilux en que se trasladaba junto a su esposa (también condenada pero a prisión en suspenso) y su hijo, los pesquisas incautaron tres panes de marihuana que pesaron 2,8 kilos. Horas después, ya de madrugada, los agentes allanaron la casa del acusado en donde se hallaron otros 150 kilos de droga.
En el marco del juicio la defensa de Halford, a cargo de Fernando Mellado y Marcelo Piercechi, sostuvo que la policía "plantó tres panes de marihuana" para hacer posible así el posterior allanamiento de la casa. Los abogados habían alegado que una inicial actuación "ilegal" de los uniformados invalidaba "todo lo actuado" a posteriori. En ese sentido, según opinó Mellado, "el juicio estaba viciado de nulidad y el acto ilegal de plantar estupefacientes quedó comprobado por medio de las declaraciones de testigos".
"Este es un caso claro en el cual el Estado comete un delito para castigar otro", dijo ayer Mellado al ser consultado por La Capital. Y agregó que "si bien hay un recurso extraordinario por el cual un fiscal puede apelar esta resolución de Casación descarto que eso pueda darse".
Por otro lado, y también merced a una cuestión técnica, la Sala II de Casación podría determinar que otro tribunal juzgue el accionar de Halford, "pero debería ser con jueces que no sean de los Tribunales Federales de Rosario porque éstos ya actuaron en su oportunidad", acotó Mellado.
En casa. Más allá de las distintas situaciones evaluadas por los abogados, su cliente "tiene la libertad asegurada, ya que la nulidad del procedimiento es manifiesta".
Otro punto que cuestionaron Mellado y Piercechi es que "el fallo condenatorio no tenía una fundamentación válida, ya que no se argumentaba de manera concreta la condena a ocho años" impuesta por los jueces. Este punto y el delito de plantar marihuana son los que relevó la Cámara de Casación para expedirse a favor del imputado.
De todo lo dicho por Halford en el juicio oral de 2011, el Tribunal ordenó "remitir las actas y la denuncia al Poder Ejecutivo y a la fiscalía" en turno para investigar a los policías que actuaron en el operativo: los oficiales Oscar Jesús Romero, Hernán Gil y Ernesto Gaudencio. Pero nada se avanzó en ese orden.
"El pedido de nulidad tardó dos años en ser evaluado. En este tiempo Halford pudo hacer trabajos internos en la penitenciaría, pero tiene serios problemas de salud y la demora jugaba en su contra", sostuvo ayer Mellado.
En el juicio de 2011 también se ventiló que Halford le habría dado alrededor de 60 mil pesos al oficial de policía que tuvo a su cargo el operativo, pero el uniformado comprometido con esa acusación sostuvo que el imputado había querido sobornarlo y que él se había negado.
Los días de Harford en Villa Devoto estuvieron signados por una antigua afección, una hepatitis C que lo lleva mal. "Antes de enterarnos de la resolución pedimos que cursara prisión domiciliaria ya que su salud no es buena", sostuvo uno de sus defensores.
Halford, de 54 años, fue detenido por primera vez en 1978. Cumplió condena por tráfico de estupefacientes tras ser apresado nuevamente en 1992 y acusado de lavado de dinero. Se fugó de la Unidad 3 de Rosario en 1997. En su etapa de libertad condicional fue detenido en 2003 por piratería del asfalto, pero fue sobreseído.
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