Ezequiel Falletti tiene 22 años y milita en Franja Morada. Prepara un plan de digitalización de libros, baños para discapacitados y rampas en la Universidad Nacional de Rosario.
La Capital |
Una mujer con los ojos vendados simboliza la imparcialidad de la Justicia. La imagen se levanta en lo alto de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y Ezequiel Falletti, de 22 años y estudiante de 4º año, no ve, pero se apoya en su bastón blanco, mira hacia arriba y dice: "No soy no vidente, soy ciego, sin vueltas ni caretas, y así, ciega, deseo que sea la Justicia".
En función de esa aspiración, el primer consejero estudiantil ciego de la UNR y militante de la Franja Morada trabaja en un proyecto inclusivo.
"A una alumna no le dejaron grabar la clase y ahí me puse a trabajar en un plan para que se digitalicen los programas y los libros, no sólo de Derecho sino de todas las carreras. Pero además, para que haya baños en las facultades y más rampas. El fin es una universidad más justa, para todos". Así explica cuál será uno de sus primeros ejes de trabajo este dirigente estudiantil elegido en las elecciones de esta semana.
Parece una ironía, pero con su historia Ezequiel visibiliza problemáticas que comparte con otros a 300 alumnos discapacitados de toda la UNR (ver página 9).
Cuenta su historia sin ningún tipo de autocompasión. "Mi gestación se detuvo unos días. Me tomé vacaciones", bromea. Dice que por eso nació con el ojo izquierdo sin formar y con labio leporino.
"Del ojo derecho siempre vi con dificultad, mi letra siempre tenía el tamaño de un renglón y no podía copiar del pizarrón. Hasta que en 2009 todo se complicó, todo se puso oscuro definitivamente. Me tuvieron que sacar ambos ojos y ahora todo es gris, a veces negro", grafica.
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