Fue hallado por agentes de la Prefectura Naval Argentina en la zona de la isla Canelón. El cuerpo tenía una soga en un pie, alambre en el otro y un dedo de la mano cercenado. Este jueves será identificado.
La novedad fue informada de inmediato por la Prefectura a la jefatura de la UR XV San Jerónimo, y éstos a su vez al juez penal Sergio Carraro. Posteriormente, el médico policial se encargó de constatar que la víctima tenía profundos cortes en el abdomen y vientre para que no flotara, un impacto de bala a quemarropa en la cabeza, un dedo de una de sus manos cercenado y completando el cuadro, vestigios de mutilación que antecedieron a la muerte en una casi segura sesión de tortura.
El magistrado ordenó la autopsia del cadáver y cuenta con un perfil de quién sería la presunta víctima.
Inequívoca violencia física
Los funcionarios de la fuerza de seguridad fluvial nacional se pusieron en contacto con la jefatura de la UR 15° San Jerónimo de la policía santafesina, y les comunicaron el hallazgo del cadáver además de las particularidades narradas compatibles con una presunta muerte bestial ya que el cadáver contaría con inequivocos signos de violencia.
Trabajo del médico policial
Desde la jefatura policial regional con sede en la ciudad de Coronda ínformaron la novedad la juez penal en turno, Sergio Carraro, que ordenó trasladar al lugar del hallazgo, la denominada isla o isleta Canelón, al médico de la repartición policial que una vez que arribó trabajó sobre la constatación sobre el cadáver de la víctima que arrojó los siguientes resultados provisorios.
Tatuajes muy reveladores
El cadáver es el de un hombre de alrededor de 50 años, con innumerable cantidad de tatuajes en su cuerpo, en algunos casos aún son visibles, un corte profundo en el abdomen y otro en el vientre, un agujero compatible con impacto de disparo de arma de fuego en el cráneo y que surge que pudo ser concretado desde muy cerca o a quemarropa o de gracia como se conoce vulgarmente, además de la mutilación de uno de los dedos de sus manos, lo que en principio evidencia torturas anteriores a la muerte, además de constatar en ambos pies a la altura de los tobillos ataduras, una con soga de las que se usa en la actividad pesquera y en el otro con alambre.
El juez penal en turno Sergio Carraro, atento a las calidades descriptas por el galeno policial, ordenó la remisión del cadáver a la morgue judicial santafesina para la realización de la necropsia, ya que presuntamente se trata de un homicidio brutal de una persona buscada.
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