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lunes, 17 de octubre de 2011

ROSARIO/Polémico fallo de la Justicia ante las elecciones de la AFA

Germán Lerche y José Luis Meizner junto a funcionarios de gran influencia del gobierno nacional, pergeñaron la estrategia de presión sobre los sectores judiciales para allanarle el camino de la reelección a Grondona, máximo directivo con quien también negociaron el millonario contrato televisivo llamado Fútbol para Todos.

Polémico fallo de la Justicia ante las elecciones de la AFA

Cuando de mantener el status quo se trata, la Asociación del Fútbol Argentino sabe cuáles son los métodos a utilizar así como los teléfonos influyentes a los que se debe llamar, y más aún los negociadores a designar. Fue así que el poder en su conjunto actuó para lograr lo que parecía ilegítimo, que finalmente se realicen las elecciones de las nuevas autoridades. Claro que esto no fue de simple resolución para el orden establecido desde la dictadura militar, porque el Jefe debió instruir a sus alfiles más fieles para que a cualquier costo lograran revertir el contexto judicial adverso que se le había presentado con los fallos de dos magistrados, uno de Santa Fe y otro de Tucumán, ante el lógico pedido de los clubes Colón de San Lorenzo y Sportivo Guzmán de Tucumán de poder votar al próximo presidente de la casa rectora del fútbol argentino. Así como en alguna ocasión las tareas especiales eran encomendadas a José María Aguilar, Eduardo López y Rafael Savino, paradójicamente dirigentes que dejaron en estado ruinoso a sus respectivos clubes, hoy los caballeros del Apocalipsis son Germán Lerche, presidente de Colón, y José Luis Meizner, otrora presidente de Quilmes (dirigente que debió dejar su cargo por los cuestionamientos de los socios y el descenso del equipo cervecero). Ellos, junto a funcionarios de gran influencia del gobierno nacional, pergeñaron la estrategia de presión sobre los sectores judiciales para allanarle el camino de la reelección a Grondona, máximo directivo con quien también negociaron el millonario contrato televisivo llamado Fútbol para Todos, entre otras tantas operaciones comerciales de difusa transparencia. Lerche, quien gracias a su lealtad logró no sólo una millonaria inversión en el estadio de Colón justificándola con la subsede de la Copa América, sino que también (a pesar de ser duramente cuestionado por los hinchas sabaleros) erigirse en un hombre del riñón de don Julio. Meizner, secretario ejecutivo de la presidencia de la AFA, fue una de las herramientas utilizadas por la AFA para acordar con el gobierno la ayuda económica a través de la televisión y también ahora el avance sobre la Justicia, obteniendo no sin trabajo y mucha presión que la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Rosario dictamine que “no se advierte que el estatuto alcance ilegalidad”. Algo similar exigieron y le fue concedido en Tucumán, por lo que pasado mañana se hará la asamblea que determinará una nueva reelección de Julio Grondona al frente de la AFA, cumpliendo con una mera formalidad donde en la puesta en escena votarán los clubes de Primera, ocho de la B Nacional, cuatro de Primera B, tres de Primera C y siete en representación de las más de 3000 entidades del interior del país, muchos de los cuales pertenecen a asociaciones o ligas que tienen el mismo método antidemocrático que utiliza la AFA. Una demostración cabal está en Rosario con sólo observar lo que pasa en la Asociación Rosarina de Fútbol, donde Mario Oscar Giammaría ejerce el poder desde hace muchísimos años. Algunos juristas rosarinos se lamentaban por la Justicia santafesina, que supo ser progresista y estuvo a la vanguardia en el reconocimiento de derechos, y ahora tuvo que fallar en contra de la pluralidad y la participación plena de todos los clubes del interior en la AFA. “Parecería que quienes en su momento desconocieron derechos de los trabajadores ahora están dispuestos a ceder frente a los intereses de quienes entraron con la dictadura y se comportan como si nada hubiera cambiado”. El enigmático comentario parece estar destinado a uno de los jueces que votó el pasado jueves a favor de los intereses de Don Julio. El diputado nacional santafesino Carlos Comi ejemplificó acertadamente que “la AFA funciona como el poder central y los presidentes de los clubes como los gobernadores, que muchas veces están atados a deudas que tienen con el Estado central. Muchos dirigentes de los clubes están atados personalmente con el presidente de la AFA, o con los tres o cuatro directivos más importantes, con deudas, favores o empresas que comparten, porque hay muchos favores y negocios paralelos al fútbol, no ilegales, pero que hacen en forma conjunta dirigentes del fútbol”. El legislador nacional recordó la sociedad imperante entre el gobierno nacional y la conducción de Grondona en la AFA al aludir al frustrado torneo de 38 equipos con la desaparición de los descensos, y argumentó en tal sentido que don Julio y Meizner esperarán hasta después de las elecciones para evaluar en qué momento avanzar con la implementación del proyecto tal cual se la ordenaron. Pero, así como el interés general de tener un fútbol de todos continúa siendo una ilusión popular, también la independencia de los poderes públicos sigue constituyendo un enunciado que a la hora del interés particular se violenta sin ruborizarse. Mientras, los hinchas y los ciudadanos comunes no se resignan a no tener un fútbol democrático y una democracia más profunda.

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