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lunes, 4 de julio de 2016

Madrugada violenta Denuncian una brutal golpiza de patovicas en Santo Tomé

Franco Di Teodoro es hemofílico. “Tengo suerte de poder contar lo que me pasó, porque pudieron matarme esa madrugada”, señaló.

“En la puerta del boliche, antes de tirarme a la vereda, me agarraron del cuello y me pegaban por todos lados. Me pateaban las piernas", aseguró el joven agredido. Foto: Guillermo Di Salvatore

De la Redacción de El Litoral
sucesos@ellitoral.com

“Yo soy hemofílico. Tengo problemas de coagulación en la sangre. No puedo pelear por ese motivo. Tuve suerte, porque por los golpes que me dieron podría haber terminado muerto”, relató esta mañana Franco Di Teodoro, un joven que denunció una brutal agresión del personal de “seguridad” de un conocido boliche santotomesino.

Di Teodoro tiene 22 años, estudia informática y trabaja en un comercio de telefonía celular.

“Esto ocurrió en horas de la madrugada del sábado, cerca de las 5, en un local ubicado en el cruce de Ruta Nacional 19 y calle Azcuénaga. Estábamos bailando en la pista con mi novia, un amigo y su pareja, cuando detrás nuestro se generó un incidente entre dos grupos de gente. Pero los pibes que se estaban empujando se fueron cuando vieron venir a los ‘patovicas’. Entonces se desató la locura”, dijo el muchacho.

“Uno de los de seguridad, sin pronunciar palabra alguna, le metió dos piñas en la cara a mi amigo. Él quedó tirado en el piso. No se acuerda de nada. Cuando se despertó, al día siguiente, no sabía lo que había pasado. A mí, me agarraron entre siete y me llevaron a los golpes hasta afuera. En el camino, me pegaron en el estómago. Mi novia les explicaba de mi discapacidad. Les pedía que dejen de agredirme, pero era peor. A ella también la empujaron. ‘Quedate tranquila o te lo vas a llevar en camilla’, la amenazaron”, recordó.

“En la puerta del boliche, antes de tirarme a la vereda, me agarraron del cuello y me pegaban por todos lados. Me pateaban las piernas. ‘Si te caes, te molemos a patadas’, me decían. Yo me conservé de pie, sin resistirme. Sabía que si me caía me iban a matar. Finalmente, me sacaron y cerraron la puerta”, relató.

Minutos después llegaron a la escena los familiares del joven. Omar, su padre, también hizo referencia a ese momento. “Estaba desesperado. Quería que alguien del boliche dé la cara y me explique lo sucedido, pero los policías me detuvieron en la entrada.

'Tranquilizate porque llamamos un patrullero y te llevamos detenido’, me advirtieron. Me iban a terminar metiendo preso a mí y no a los que le pegaron a mi hijo. Yo les pedía que alguno me acompañe para hablar con el dueño, pero ni me escucharon. Sólo al rato salió un empleado municipal que me dio las fotocopias de los documentos de cuatro de los patovicas, pero faltaban las de los que más agredieron a Franco. De allí nos fuimos a la comisaría 12ª, donde radicamos la denuncia. Vamos a seguir esto hasta las últimas consecuencias, porque fue muy grave lo que pasó. Estos tipos pudieron matar a mi hijo”, enfatizó Omar Di Teodoro.

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