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sábado, 9 de julio de 2016

Monseñor Zecca: "La solidaridad y el bien común están lejos de haberse alcanzado"

El Arzobispo de Tucumán dijo en el Tedeum que el de hoy no es un día para ahondar en la grieta.

Foto: DyN
El Litoral
DyN

El arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, alertó hoy que el ideal de una Argentina donde la fraternidad, la solidaridad y el bien común incluyan a todos "está muy lejos de haberse alcanzado", por lo que convocó a que el "clima de unidad" del bicentenario "se haga realidad en la patria".

El prelado presidió el tedeum por el bicentenario de la Independencia en la catedral tucumana, donde delante del presidente Mauricio Macri, gobernadores y otras autoridades, se leyó la carta en el que el papa Francisco advirtió que la "patria no se vende" y exhortó a estar cercar de los argentinos "más llagados" por la pobreza, la desocupación y las "esclavitudes" modernas de la trata y la droga.

Zecca hizo en la homilía una reflexión sobre la libertad, y destacó que este "no es un día para ahondar en la grieta, sino para recoger en el pasado líneas inspiradoras de vida y para agradecer, celebrar y mirar hacia adelante".

"El ideal de vivir la Argentina como una gran familia, donde la fraternidad, la solidaridad y el bien común incluyan a todos los que peregrinamos en su historia, está muy lejos de haberse alcanzado", sostuvo.

"Los argentinos tenemos ante nuestros ojos el desafío de comenzar el tercer centenario haciendo de la libertad la piedra de toque de una sociedad verdaderamente pluralista y democrática", afirmó, y agregó: "Pero para ello hemos de redescubrir el sentido de la ley, de las instituciones, de la autoridad - que no es autoritarismo -, del capital, del trabajo y, desde luego, del delicado equilibrio que debe haber entre verdad, diálogo y consenso".

"No hay consenso sino donde hay diálogo y no hay diálogo sino donde hay una verdad anterior y superior al diálogo de la que nadie es dueño. Desde luego que en democracia las leyes y, en general, las opciones prudenciales, se deciden por mayoría. Pero la mayoría no tiene siempre la razón porque el consenso -aun supuesto que en todos los casos lo hubiera- no crea la verdad", aseveró.

Monseñor Zecca afirmó también que "la libertad no está exenta de riesgos y de concepciones falaces" y advirtió que "la aparente licitud de todo, la libertad absoluta, es una ilusión que lleva a la esclavitud".

"La búsqueda desenfrenada del poder, del placer, del dinero, del dominio de la naturaleza sin respetarla conducen, irremediablemente, a la esclavitud expresada de diversas maneras: la primacía de la razón tecnológica sobre la ética que lleva a la injusticia y al hambre a que son condenados pueblos enteros; la dependencia de la droga, del alcohol, la falta de educación y, consiguientemente, de calificación para el trabajo digno; el narcotráfico, la trata de personas, y tantos otros males", enumeró.

"Estos males no son sino expresión de una libertad mal entendida de la que algunos se aprovechan y otros son víctimas", afirmó.

Zecca ofreció en nombre del Episcopado la disposición de los obispos para el "diálogo franco y sincero con todos para construir una cultura del encuentro en la patria sin excluir a nadie sino incluyendo a todos y privilegiando a los más pobres".

Antes de terminar el tedeum, representantes de distintos credos hicieron una reflexión interreligiosa y el secretario general del Episcopado, monseñor Carlos Malfa, leyó la carta del Papa por el bicentenario patrio y se rezó la Oración a la Patria que los obispos escribieron en plena crisis 2001-2002.

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