Un solitario delincuente asaltó una farmacia de avenida Facundo Zuviría al 4600, adonde llegó con un revólver en una mano y un papel con un mensaje breve y concreto en la otra.
Foto: Captura de Pantalla - Google Street View
El Litoral
Transcurrían las horas de la tarde del viernes y algunas lloviznas caían esporádicamente sobre la ciudad. Una moto de color negro, reluciente, se detuvo en la cuadra de avenida Facundo Zuviría al 4600, en barrio Fomento 9 de Julio. Su conductor, de campera y casco blanco impecables, estacionó en la vereda oeste y caminó unos pocos pasos para entrar al local de la Farmacia Chelini. Así comenzó el asalto que pudo terminar en tragedia.
Rápidamente, los empleados y clientes que estaban siendo atendidos se dieron cuenta de que ese sujeto no tenía intenciones de comprar nada. Se acercó, mostró el revólver de grueso calibre que llevaba oculto y apoyó sobre el mostrador un papel con un mensaje escrito a mano: “Dame toda la plata. Todaa”.
Una joven que atendía se desmayó en ese momento, mientras su compañero comenzaba a hacer lo que le estaba ordenando el ladrón y el propietario observaba todo desde la oficina ubicada al fondo. El momento de mayor tensión se produjo cuando una cliente se percató de lo que estaba pasando, entró en pánico y salió corriendo del lugar. Afortunadamente, el delincuente sólo la dejó ir.
Con mucha tranquilidad, pero con firmeza, el asaltante cargó los aproximadamente 2 mil pesos que había en la caja registradora y salió caminando. No estaba bajo los efectos de ningún estupefaciente. Abordó su moto con la misma serenidad y cuando le estaba dando arranque, el farmacéutico, Hugo Chelini, salió a la calle por la puerta lateral. “Vos, metete adentro”, se limitó a indicarle el malviviente. Luego, desapareció.
“Cuando ví que el delincuente sacaba el arma de fuego, un revólver de grueso calibre, posiblemente 38, activé la alarma y llamé por teléfono a la Central de Emergencias 911. La policía llegó muy rápido, pero este tipo ya había escapado, porque todo pasó en pocos minutos. No se puede trabajar más así. La verdad es que todos los que nos dedicamos a la actividad comercial en Santa Fe estamos regalados, porque en cualquier momento puede entrar un ladrón y robarnos. La solución sería poner un policía en la puerta de cada negocio, pero eso no es viable, no tenemos los recursos necesarios”, puntualizó Chelini.
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