La ex mujer del fiscal solicitó entre sollozos que la investigación pase a la Justicia Federal y se investigue como un "magnicidio".
Dolor. La jueza federal se mostró compungida al salir del tribunal.
La ex mujer del fiscal Alberto Nisman, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, pidió entre sollozos a la Cámara del Crimen porteña que la investigación por la muerte del funcionario pase a la Justicia Federal porteña y se la investigue como un "magnicidio".
Lo hizo al hablar ante los jueces que se reunieron en audiencia pública para comenzar a definir si, tal como piden las querellas que representan a las hijas y a la madre de Nisman, la investigación va a los tribunales de Comodoro Py 2002, en el barrio porteño de Retiro, o si permanece bajo la órbita de la jueza de instrucción ordinaria Fabiana Palmaghini.
Sollozando de a ratos, Arroyo Salgado pidió la palabra en el final de la audiencia, pese a que procesalmente ello no está previsto, para describir su situación personal tras la muerte de Nisman y proclamó que el deceso fue "el hecho institucional más grave que ha vivido la Argentina desde el regreso de la democracia".
En sintonía con los abogados que la representan, Juan Pablo Vigliero, Federico Casal y Manuel Romero Victorica, Arroyo Salgado insistió con que la Sala VI de la Cámara deje en claro si Nisman "fue víctima de un homicidio o no". "Queremos que la Cámara diga que a Nisman lo han matado. O que posiblemente lo han matado", rubricó a su turno el abogado Vigliero.
Sin embargo, los abogados del técnico informático Diego Lagomarsino —colaborador de Nisman y quien le prestó el arma de la cual salió la bala que mató al fiscal— pidieron que la causa permanezca en manos de Palmaghini, cuya declaración de incompetencia consideró "arbitraria y de argumentación aparente".
Los abogados Gabriel Palmeiro y Martín Chasco consideraron que los ex agentes de inteligencia Carlos "El Moro" Rodríguez y Antonio "Jaime" Stiuso "sólo expresaron simples opiniones" sobre cómo murió Nisman, inclinándose hacia la hipótesis del homicidio.
También descalificaron el argumento sobre la violación de soportes informáticos y mails que utilizó la jueza para desprenderse del expediente. El más enfático en preconizar que Nisman fue asesinado fue el abogado de la madre de Nisman, Sara Garfunkel, el ex fiscal Pablo Lanusse, quien calificó el deceso del ex titular de la UFI Amia como "un crimen de Estado".
"La causa llama a gritos irse a la Justicia federal porque hay que reconocer que a Nisman se lo mató", describió Lanusse, tras una larga concatenación contextualizada de las circunstancias que rodearon y desembocaron en el deceso del fiscaL.
Lanusse vinculó directamente a Cristina Fernández de Kirchner y a su gobierno con lo que calificó como el "crimen" del fiscal, y lo relacionó con la necesidad de remover todos los obstáculos que se interpusieran en un supuesto "pacto espurio" de la anterior administración con el gobierno de Irán, varios de cuyos ex funcionarios fueron acusados por el atentado.
Los camaristas Rodolfo Pociello Argerich, Mario Filozof y Marcelo Lucini deberán resolver, probablemente el martes próximo, si la causa pasará al fuero federal o no, y con qué calificación, si las razones de Palmaghini (que no menciona el homicidio) o con los de las querellas.
La decisión es apelable y, de hecho, todas las partes que participan del proceso hicieron "reserva del caso federal", es decir dejaron abierta la posibilidad de recurrir la resolución, cualquiera sea su sentido.
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