27 de febrero al 2600. Entrenadores y padres de jóvenes que practican distintas actividades sufren a diario ataques en sus vehículos. Vecinos también preocupados.
La Capital |
Los jugadores, entrenadores y padres de jóvenes que realizan actividades deportivas en la sede del Club Provincial y en el Estadio Municipal Jorge Newbery, de 27 de Febrero al 2600, denuncian que están cansados de los robos que se producen en sus autos a diario sobre esa avenida.
Los vecinos de la cuadra también están temerosos de salir a la puerta de sus casas cuando cae la noche y suena la alarma de algún vehículo. Es más, el viernes pasado una mujer fue amenazada por un ladrón que estaba en plena faena para llevarse un estéreo. Así se lo reconoció minutos después al propietario del auto, al que además del equipo de música le habían destrozado el vidrio de la puerta del acompañante como paso previo para poder ingresar al vehículo.
"Es increíble con la impunidad que se manejan. Fijáte que una mujer se acerca, la alarma suena y los tipos siguen como si nada", concluyó el dueño del auto, que tuvo que esperar todo el fin de semana largo para que le volvieran a colocar un cristal sano.
"Todos los días el guardia y la seguridad del club suben donde estamos entrenando con un papelito en la mano a preguntar de quién es el auto tal con patente x, «porque la alarma está sonando»", relató uno de los entrenadores que vive a diario ese momento como una especie de lotería, pero de la mala suerte.
La semana pasada fueron violentados, entre otros, los autos de padres de jugadores de distintos deportes que van a ver o a buscar a sus hijos en la sede de Provincial, y el entrenador de vóley de la primera de Sonder, José Luis Pecce. Incluso destrozaron minibuses de equipos visitantes que van a jugar al club.
"Los robos son de los dos lados de la avenida", acotó un vecino, que aseguró que se mete adentro "cada vez más temprano".
En esa cuadra de la avenida generalmente es casi imposible estacionar en todo el día debido a la gran afluencia de personas al club todo el año, a los que en los últimos tiempos se sumó la creciente afluencia de personas particulares y equipos de atletas que se entrenan en el remozado Estadio Municipal, que está en la esquina de Ovidio Lagos y 27 de Febrero.
"Para nosotros se trata siempre la misma bandita", apuntó un vecino, quien prefirió evitar dar su nombre para evitar represalias. "Yo sigo viviendo acá", admitió.
No obstante, invitó a presenciar cómo "se puede ver a ese grupito que pasa caminando o en bicicleta, hace el diagnóstico, y un rato después, de golpe, siempre hay un auto al que le está sonando la alarma".
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