En Fray Luis Beltrán hay incertidumbre por los posibles usos que pueda tener en el futuro ese gran predio. El Ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, sumó su voz y su inquietud por el destino de los proyectiles sustraídos. "Nos hubiera gustado que esto se esclareciera una vez conocido el hecho, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido", dijo el funcionario provincial.
La Capital |
La desaparición de 19.600 municiones en el Batallón de Arsenales 603 de Fray Luis Beltrán y la consecuente decisión del Ministerio de Defensa de cerrar la dependencia y refuncionalizarla sumó voces de preocupación. Esta vez, las autoridades provinciales mostraron su inquietud por el faltante de proyectiles y su posible destino en el circuito delictual. Pero además, desde la misma ciudad donde se levanta la dependencia manifestaron la incertidumbre por el futuro del lugar, por la gente que trabaja y vive allí y por los usos que se le puedan dar al predio.
El ministro de Seguridad de la provincia, Raúl Lamberto, fue uno de los que se expresó sobre la desaparición de los proyectiles. "Nos hubiera gustado que esto se esclareciera una vez conocido el hecho, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido", dijo el funcionario provincial, y afirmó que dentro del gobierno santafesino "genera una preocupación muy grande la desaparición de semejante cantidad de proyectiles, que van a parar al mercado negro que suministra al crimen organizado".
Lamberto agregó su voz a las de otros referentes de su mismo espacio político, como la intendenta de Rosario, Mónica Fein, y la diputada Alicia Ciciliani, quienes exigieron el esclarecimiento del hecho y, en el caso de la legisladora, presentó un pedido de informes para que se conozca el destino de la munición desaparecida. Fein, en tanto, habló de la "absoluta necesidad que tiene este municipio de que se realice una investigación clara de dónde están estas municiones. Y de saber si estas balas tienen relación con la violencia de esta ciudad y de muchas otras. Hay cien muertos en Rosario que están reclamando que nos expliquen dónde están esas municiones que se han perdido, extraído o robado".
Ante esto, el ministro de Defensa de la Nación, Agustín Rossi, consideró "poco prudente la declaración de la intendenta, enmarcada en lo que siempre ha hecho el socialismo, que es tratar de sacarse la responsabilidad de la seguridad de sus espaldas, cuando son los principales responsables de los niveles de inseguridad que existen en la ciudad de Rosario".
¿Y el lugar? Pero el robo de municiones no sólo tuvo su caja de resonancia en el Congreso de la Nación, el Ejecutivo santafesino y las autoridades de Rosario. Más allá de la gravedad institucional que tiene el hecho delictivo, en Fray Luis Beltrán, la ciudad donde se levanta el gravitante batallón, también están preocupados por la decisión de cerrarlo, se preguntan que va a ocurrir con el personal civil afectado a las tareas, con las familias que viven en su interior y con el inmenso predio donde se aloja. Es más, después de las últimas noticias reflotaron las especulaciones sobre un posible uso ajeno al que le dieron hasta hoy las Fuerzas Armadas.
Aunque no se han dado grandes precisiones respecto del tema, la determinación de cerrar el Batallón cayó como un balde de agua fría en una ciudad íntimamente vinculada en su vida cotidiana con esa dependencia militar, así como con la fábrica de armas que se levanta en un predio contiguo.
En un artículo con fuerte sello editorial, el diario digital SL24 reflexiona que con el nuevo destino que se le da a la dependencia, "el predio perderá toda importancia para el mapa militar nacional, y se plantea un gran interrogante con vistas a su futuro inmobiliario, es decir, si todas las tierras que ocupan seguirán en manos del Ejército, pues de nada le servirá sostener semejante estructura edilicia".
De hecho, afirma el grupo Agenda, en la actualidad la capacidad ociosa del lugar es enorme, pero dada la actividad que mantenía se decidió no reestructurarlo; es más, en los últimos dos o tres años se inyectó más movimiento, y ello demandó que las viviendas allí radicadas y ocupadas muchas por familias que no eran militares tuvieran que devolverlas (las alquilaban) para, precisamente, cederlas a los nuevos uniformados con destino en Fray Luis Beltrán.
"¿Qué será de todo eso? No sólo de las viviendas en mención, sino también del resto de las inmensas instalaciones, en las que los Granaderos a Caballo que prestan sus servicios en el Convento San Carlos, de San Lorenzo, tienen un sector reservados para ellos", cuenta SL24.
Incluso, se especula conque el ordenado cierre del Batallón vuelva a plantear la posibilidad de llevar adelante algunos proyectos que alguna vez estuvieron en danza, como la construcción de alguna terminal portuaria sobre sus barrancas, o el anuncio de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de instalar un centro tecnológico.
"Como anillo al dedo". En una sintonía similar se expresó el concejal Hugo Reynoso, de extracción socialista, quien reveló que "los vecinos que viven dentro del Batallón vienen siendo sometidos a presiones para abandonar las viviendas que alquilan en el lugar, con un propósito que desconocemos. Si el objetivo es vaciarlo, este escándalo les ha venido a las autoridades nacionales como anillo al dedo", dijo. Convencido de que "antes de todo esto ya tenían en mano algún proyecto para este gran predio", también habló de las especulaciones que corren en la ciudad. Y tras quejarse por la falta de información de primera mano respecto de la vida interior de estas dependencias, afirmó que "desde 2012 se ha venido vaciando el arsenal".
Con más cautela, la intendenta de Fray Luis Beltrán, Liliana Canut, prefirió no abrir juicios de valor ni aventurar hipótesis concretas, aunque también manifestó su preocupación por el cierre del Batallón y su reconversión, lo que hizo extensivo a los habitantes de la ciudad. "A todos nos sorprende. Lo que ocurrió con el robo es muy grave pero nos resulta extraño que de esto devenga en un cierre definitivo. El batallón es parte de la vida diaria de los beltranenses, hay incluso hasta una escuela dentro de ese predio. Pero sabemos que aproximadamente cien civiles trabajan dentro de la dependencia, y otras tantas familias viven en casas levantadas dentro del lugar, a las que les llegaron telegramas para dejarlas a fin de febrero", reveló.
Consultada acerca de los posibles destinos y afectaciones del predio donde funciona el batallón, la mandataria no aventuró hipótesis, pero consideró que "algo tiene que haber, por lo drástico de la medida. No minimizo en absoluto el robo de casi 20 mil municiones, pero no se trata de cerrarlo por eso. Lo que se requiere es una profunda investigación, y después tomar las medidas pertinentes", sentenció.
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