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miércoles, 4 de febrero de 2015

En 45 días llovió más de la media anual en el norte de la Provincia de Santa Fe

La semana pasada, el agua dio un respiro, pero el lunes retornaron las precipitaciones. Protección Civil dice que la situación está controlada, pero que el suelo está saturado y no absorbe más lluvia. Las rutas provinciales se vieron seriamente comprometidas con las precipitaciones del último mes.
Diario UNO | 
En 45 días llovió más de la media anual en el norte de la Provincia de Santa Fe

 Desde diciembre el gobierno viene monitoreando y asistiendo a distintas localidades del norte provincial que se vieron afectadas por un inusual ritmo de lluvias. Es que en aproximadamente 45 días la cantidad de agua caída en algunos departamentos supera o iguala a lo que precipita en un año. Puntualmente la situación más difícil se dio a mediados del mes de enero, en donde las lluvias dejaron aisladas a poblaciones, ocasionaron el anegamiento de rutas y caminos, y afectaron seriamente a la producción.
La semana pasada las precipitaciones cesaron, pero este lunes y martes volvió a llover y con los milímetros que habían caído previamente la situación no es de alerta, pero sí de monitoreo constante. En diálogo con Diario UNO, el subsecretario de Protección Civil zona norte, Walter Albornoz contó: “El lunes entre las 23 y las 3 de la mañana (de ayer) cayeron alrededor de 75 mm en Tostado. No hubo que evacuar a nadie, pero sí se produjeron anegamientos de calles. En tanto, en Villa Minetti, que nos preocupa bastante porque cayó mucha agua y están muy saturadas las napas y los desagües, cayeron solamente 20 mm hasta las 6 de la mañana del martes, y no hubo tanto impacto por suerte”.
En donde sí hubo algunos inconvenientes fue en Villa Ocampo, donde habían caído más de 120 mm desde la noche del lunes hasta ayer al mediodía. Albornoz señaló que “allí hubo alrededor de 20 familias con problemas de anegamientos, en un barrio puntual. Pero, se trabajó rápidamente en la desobstrucción, se liberó el curso de agua y por suerte no fue necesario evacuar a la gente. Pero fue bastante el agua caída, al igual que en Las Toscas. Toda la zona tuvo bastante cantidad de agua”.
Consecuencias de enero
El funcionario indicó que el norte de la provincia pasó de 10 años de sequía a dos años de inundación y saturación de suelo por mucha concentración de agua. “Esta es la realidad que nos toca, pero tiene que ver también con los cambios climáticos. De acuerdo al registro de Villa Minetti y Tostado en un mes y medio llovió lo que llueve en todo el año”, indicó.
El subsecretario de Protección Civil relató que se hizo un recorrido por “el corazón de los Bajos Submeridionales” y que “en esa zona aún hay muchísima agua, pero que a su vez “está drenando bastante”. “No es alarmante, pero estamos controlando por las precipitaciones que se están dando en la zona. Porque está muy saturada la cuenca. Al momento, hay solamente una población aislada que es la de El Palmar. Es un paraje en el departamento Vera, que está sobre el límite con San Justo, donde viven algunas familias que hemos asistido por lanchas, y estamos monitoreando permanentemente la situación”, aseguró.
Pronóstico
El Servicio Meteorológico pronostica para la zona norte de la provincia lluvias y tormentas por lo menos hasta el jueves, y desde Protección Civil manifestaron que “por ahora se están dando precipitaciones que son bastante regulares, pero el problema es que al haber tanta concentración de agua, las napas no permiten el drenaje”.
“Lo que antes era poca agua, como una lluvia de 30 mm, hoy de alguna manera genera inconvenientes como el anegamiento de los caminos nuevamente”, explicó Albornoz y agregó que “el agua subterránea está muy alta, sumado al paso de los vehículos hace que algunos caminos se vuelvan prácticamente intransitables”.
Este es el panorama que se da durante los días de lluvia, pero la semana pasada la salida del sol ayudó mucho a la transitabilidad y permitió a Protección Civil “recorrer toda la traza de la ruta 13 que son más de 300 kilómetros sin ningún tipo de corte”.
“Ahora entramos en la época convencional de lluvias, que es de febrero a abril. Esto nos agarra con un suelo saturado, y con las cuencas bastante abarrotadas de agua, y hace que tengamos que monitorear más fuertemente todas las cuencas de aporte a los cauces principales, como el Salado y el Paraná. Es decir, todos los ríos que son importantes y que atraviesan centros urbanos”, agregó.
El Salado
Mucha del agua que está precipitando en el oeste termina desembocando en el río Salado, y en este sentido Albornoz destacó que “es algo que están analizando los equipos técnicos del Ministerio de Aguas. Ellos nos reportan un aforo, es decir el caudal de agua que viene, a la altura de Recreo y Santo Tomé, del orden de los 300 m³ por segundo”. Para tener una referencia, el año pasado que se produjo una de las crecidas históricas del Salado, el caudal fue de 1.800 m³ por segundo, y en el 2003 fue de 4.000 m³ por segundo. “Estamos bastante lejos de esas situaciones, más allá de que la gente pueda ver que el río está alto. Los puntos importantes de monitorear son los bajos submeridionales, y las cuenca de San Antonio y de Cululú. Sobre esto los técnicos de aguas nos tienen permanentemente informados y se montaron más estaciones de monitoreo para trabajar las alertas tempranas”, finalizó. 

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