Los padres de alumnos respaldaron la medida porque "antes era un caos". Hubo 10 multas, 5 remisiones al corralón y un retiro de licencia.
La Capital |
Con un altísimo nivel de aceptación arrancó ayer la prohibición de estacionar sobre toda la cuadra frente a seis colegios del centro y macrocentro. A pesar de que la medida afectó sobre todo a los propios padres que antes acostumbraban a dejar sus autos mientras bajaban o retiraban a sus hijos, la enorme mayoría admitió ayer que "así ya no se podía seguir" porque "era un caos". Desde la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana, la satisfacción por cómo se puso en marcha la novedad fue inocultable. Y, de hecho, las transgresiones no fueron tantas: entre las seis escuelas y todos los turnos, las actas labradas llegaron a diez, de las cuales cinco terminaron con los vehículos mal estacionados remitidos al corralón y una, por aparcar en doble fila, con el retiro de la licencia de conductor.
En esta primera fase la prohibición de estacionar entre las 7 y las 18 recayó sobre Nuestra Señora de la Misericordia (Alvear al 900), Maristas (Córdoba al 2200), Dante Alighieri (Alvear al 1100, vereda impar), Edmondo De Amicis (Santiago al 1300), el Centro Educativo Latinoamericano (avenida Pellegrini al 1300) y La Salle (Alem al 1100).
Pero el plan es más ambicioso: a mediano plazo se extenderá a 50 colegios y en 15 o 20 días, antes del 10 de mayo, llegará la segunda tanda con otros seis.
Aunque aseguró que la medida se está consensuando todavía con los directivos de los establecimientos que se incluirán en breve, la titular de la Agencia Municipal de Movilidad y Seguridad Vial, Mónica Alvarado, adelantó que entre esas escuelas probablemente figuren la Bialik (en la endiablada esquina de Paraguay y San Juan) y el San Bartolomé (Tucumán al 1200).
Al menos, los resultados de ayer seguramente funcionarán como un aliciente para continuar con el esquema. "Es que ya no se podía seguir como veníamos", aseguraban ayer a coro, a la salida del turno mañana, los padres de la primaria del La Salle.
Si se quiere, lo que pasó ayer no deja de ser una paradoja, dados los innumerables y frustrados intentos del municipio por disuadir a los padres de que dejaran sus autos frente a la puerta de las escuelas. Una situación que un vecino de Alem al 1100 sintetizó con humor al escuchar los elogios a la flamante veda de estacionamiento: "Estamos todos locos... si todos están tan contentos con que no se estacione ni en simple ni en doble fila, ¿por qué no lo hicieron antes? ¿Por qué hubo que esperar a la prohibición?".
Satisfacción. "Hacemos una valoración muy positiva", no dudó en afirmar Alvarado al hacer un balance de cómo había arrancado la medida. "Todo funcionó muy ordenadamente y con el consenso de padres y directivos", dijo.
De hecho, para decidir sobre en qué cuadras debía implementarse la prohibición de estacionar se trabajó con los propios establecimientos, que fueron los que informaron por qué ingreso salía la mayor cantidad de alumnos (en caso de tener más de un portón, como es frecuente en colegios grandes).
Así, en las cuadras definidas —informadas a los padres por la escuela y debidamente publicitadas con volantes a los vecinos por la Intendencia— ayer sólo se veía un par de inspectores de Tránsito o de la Guardia Urbana Municipal, y una grúa de Tránsito Rosario por potenciales incumplimientos.
Para llevar y traer a los chicos, los padres llegaron caminando hasta la puerta de las escuelas. Algunos habían resuelto ir a pie, otros dejar los vehículos en cuadras cercanas y algunos incluso pagar una cochera.
En el caso del garaje que está por Alem al 1100, Fast Park 2, por ejemplo, resolvieron fraccionar más la estadía para quienes llevan o retiran a los chicos de la La Salle (mínimo de 15 minutos por 4 pesos). El reclamo de que más cocheras imiten la medida en otros colegios se escuchó ayer entre los padres.
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