El Ministro de Economía sostuvo que existe "una clara intencionalidad política" de quienes critican que el Gobierno no haya publicado los índices. Un informe de la UCA situó ese número en 27,5% y ex empleados del Indec, en 36%.
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El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, adjudicó el jueves la suspensión del anuncio del indicador de pobreza e indigencia a "problemas metodológicos, de actualización y de empalme con el nuevo IPC nacional". Ayer, el funcionario volvió a referirse al tema y sostuvo que "la reducción de la pobreza ha sido drástica" y que "más allá de la metodología, las condiciones de carácter social y económico han mejorado de forma sustancial". Ahora, quien habló sobre la polémica generada en los últimos días fue el propio ministro de Economía, Axel Kicillof.
En una entrevista concedida a la agencia de noticias estatal Télam, el titular del Palacio de Hacienda afirmó que "es ridículo pensar que si se duplicó el PBI y se crearon 6 millones de empleos, aumentó la pobreza". Y consideró que existe "una clara intencionalidad política" de los sectores que "quieren negar los logros alcanzados respecto de la baja de pobreza, desempleo y desigualdad" en los últimos 10 años.
El funcionario criticó las cifras extraoficiales que afirman que este flagelo alcanza a más del 30 por ciento de la población y desafió a esos sectores a que expliquen cómo hacen los cálculos "y cuáles serían sus propuestas" para mejorar esos indicadores.
La última cifra difundida en octubre del año pasado para el total de 31 aglomerados urbanos indicaba que al cierre del primer semestre de 2013 se encontraban por debajo de la línea de pobreza unos 448.000 hogares, los que incluyen 1.189.000 personas. A su vez, de ese total se encontraban bajo la línea de indigencia 189.000 hogares, lo que significaba unas 367.000 personas indigentes. Esto es, apenas 4,7 por ciento del total de la población en el primer caso y 1,4 por ciento en el segundo.
"¿Cómo es que los niveles de pobreza no bajaron?", insistió el ministro. "En verdad, quienes hacen estas afirmaciones son los que deberían explicar cómo llegan a semejantes conclusiones".
Kicillof aseguró además que en los distintos sectores políticos de la oposición hay una "manifiesta intención de hacerle sentir a la población la sensación de que el país está igual o peor de como lo dejaron ellos".
"Lo que se ve es que los candidatos de la oposición que quieren ser gobierno para implementar el ajuste y terminar con el compromiso oficial de sostenimiento del ingreso de los argentinos, nos quieren convencer de que el ajuste es ahora", lanzó al responder a las críticas al modelo económico del Gobierno. "Lo que va en contra de toda medición es la idea de que la Argentina está igual o peor que en 2003".
A su entender, "la gente tiene memoria y sabe cómo estaba el país en 2003, con la mitad de la población bajo la línea de pobreza y una desocupación que rozaba el 25 por ciento y que "nadie puede creer que el país de hoy esté como entonces, cuando las jubilaciones aumentaron casi un 1.800 por ciento y los salarios más de 1.700 por ciento, y ningún índice de aumento de precios te da cerca de esos porcentajes".
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