Ramiro Guevara tiene 35 años,
nació en Cuba y se quedó en esta ciudad en 2008, cuando se enamoró de
una estudiante de Ciencia Política. Ramiro Guevara es hijo del segundo
matrimonio del padre del Che, don Ernesto Guevara Linch.
Ramiro Guevara no deja de emocionarse
cuando habla de su hermano, Ernesto Che Guevara, uno de los rosarinos
más famosos. A pesar de su juventud y de no haberlo conocido, tiene el
recuerdo de las anécdotas que su padre, don Ernesto Guevara Lynch, le
contaba sobre el líder revolucionario. Hoy, desde el Centro de Estudios
Latinoamericanos Ernesto Che Guevara (Celche), este joven de 35 años
plantea que "hay que seguir luchando por una sociedad más justa" y que
uno de los legados más importantes de su hermano son "su rebeldía y
perseverancia. Creo que es lo que él trasmitió y lo que la juventud más
toma de su accionar".
Ramiro es el hijo menor del matrimonio
—el segundo— que el padre del Che formó con Ana María Erra. Tiene dos
hermanos mayores, María Victoria y Ramón. Pero para él los hermanos son
ocho "y Ernestito era el mayor", se jacta. Nació en septiembre de 1975
en La Habana "debido a que mis padres debieron exiliarse en 1974 cuando
la Triple A tenía mucho peso en Argentina", recuerda.
Ya conocía Rosario cuando en 2008
—durante un acto en homenaje a su hermano— quedó cautivado por una
estudiante de Ciencia Política y se quedó. "Siempre me gustó Rosario. En
Cuba estuve hasta los 30 años. En la universidad me recibí de
licenciado geógrafo, una carrera ambiental muy vinculada a temas
sociales. Allí militaba en la Federación Estudiantil Universitaria. Pero
después no hice nada más político hasta que vine a la Argentina y
comencé a formar parte del Celche. Y que el centro de estudios tenga el
nombre del Che sí tiene una postura política e ideológica", resume en
una charla con La Capital.
Cuando se lo consulta sobre qué
recuerdos le traen los relatos de su padre sobre su hermano, detalla que
"fueron épocas, los 80, en el que en el mundo todavía existía el campo
socialista y en Cuba pasaba mucha gente de los países del Este y había
muchos movimientos revolucionarios en Latinoamérica. Yo de niño recuerdo
eso, mi casa siempre con mucha gente viniendo a escuchar de boca de mi
padre las anécdotas del Che en Misiones, en Alta Gracia, en sus viajes
por Latinoamérica".
Acerca de cómo manejó esa realidad de
ser el medio hermano de Ernesto Guevara, Ramiro asegura que "en algunos
lugares, como la escuela, vos sabías que por ser el hermano del Che
siempre te miraban. Por supuesto, para mí es un orgullo ser su hermano".
Sobre cómo consideraba que la imagen
del Che se había consolidado en Rosario, su ciudad natal, el titular del
CelChe explica que "siempre hubo merchandising, pero cuando se estudia
una figura política hay que analizar la historia de lo que ha ocurrido.
Durante la dictadura, con todo lo que trajo, también llegó un vacío de
ideologías en cuanto a figuras políticas. Y no sólo en Argentina sino
también en Latinoamérica. Era parte de un proceso. Hoy eso se ha
revertido. Y eso tiene que ver con el trabajo que pretendemos hacer
desde el Centro y con otros centros similares. Es decir que un pibe que
lleve una camiseta del Che sepa a quién lleva puesto".
Leyendas urbanas.
Acerca de las leyendas urbanas generadas en torno al lugar exacto del
nacimiento del Che en Rosario, Ramiro plantea que "está claro que nació
en calle Entre Ríos 480. Incluso en la exposición que hicimos hay fotos
tomadas en la azotea de ese edificio. Hay que recordar que en esa época
la familia tenía la yerbatera en Caraguatay, Misiones. Por motivos de
negocios, mi padre tenía que hacer contactos aquí. Y es en Rosario donde
se complica el tema del parto y no les da tiempo a seguir a Buenos
Aires. Aquí le alquilan o le prestan la casa. Por eso no hay registros
claros. De hecho en el acta de nacimiento no figura el lugar exacto
dónde nació Ernestito. Mi padre no se acordaba bien qué departamento
era".
Regresos.Ramiro abunda
que "el Che siempre volvía a Rosario porque su amigo, Alberto Granado,
tenía unas primas y estaban siempre en contacto. Incluso una de ellas es
la que aparece en la foto tomada en el parque Independencia antes de
que iniciara uno de sus viajes por Latinoamérica en moto. El jugaba
mucho al fútbol, pero hay quienes afirman que lo hacía en el Jockey Club
y eso no es seguro. Tenía un equipo que se llamaba Los Harapientos o
algo así, porque siempre andaban mal vestidos. Pero me parece que era
más una cosa de barrio. La realidad era que lo que más le gustaba era el
rugby e incluso fundó la primera revista de rugby del país, Tackle,
adonde firmaba con el seudónimo de Chang Cho, porque a él le decían
Chancho, entre otros apodos".
Cuando se lo consulta sobre cuál creía
que era la semilla que el Che había sembrado en la juventud es
contundente: "Creo que la misma esencia de ser joven y de nunca
achancharse y de siempre pensar que se puede hacer más de lo que uno
puede. Y que hay que ser idealista. Esa rebeldía y perseverancia que él
tenía como persona creo que es lo que trasmitió y es lo que la juventud
más tomó de su accionar. Y que lo ves a lo largo de toda su vida y sobre
todo cuando decide irse de Cuba a otros lugares, como el Congo Belga o
Bolivia. El siempre pensó en la unidad y hasta la muerte fue así. Ese
creo fue su legado"
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