Pese a la publicidad previa y las invitaciones repartidas, el boliche estuvo cerrado el sábado a la medianoche. Mantendrán los controles.
.La Capital |
Pese a la publicidad previa, los volantes y hasta las tarjetas de invitación repartidas para su inauguración, finalmente el boliche Flow Social Club, que iba a abrir sus puertas el sábado a la medianoche en Paraná y San Juan, se quedó sin fiesta. Todo indica que la decisión de suspender la avant premiere no se debió a que sus propietarios no hubieran gestionado la habilitación del local nocturno sino a que semejante "olvido" tomó estado público gracias a la preocupación de los vecinos que reflejó La Capital. Para que no quedaran dudas, el que permaneció un buen rato durante la madrugada frente al supuesto bar junto un "gran operativo" fue el director de Inspección municipal, Gregorio Ramírez, quien prometió mantener los controles para evitar que el anunciado boliche se atreva a ponerse en funcionamiento.
"Se ve que después de la nota en el diario los dueños se disuadieron y anoche (por antenoche) no hubo el menor movimiento ni se vio nada en el interior del local", confió ayer el funcionario.
Para Ramírez, es cuanto menos inusual que un local de diversión nocturna pretenda abrir sin haber tramitado la habilitación correspondiente, máxime en un barrio habitado como ese y habiendo "publicitado tanto la inauguración, hasta por Facebook".
Es más: para el titular de Inspección se trata de un hecho inexplicable ya que habría sido clausurado "semana más, semana menos". Para que no quedaran dudas, se desplegó un operativo junto a Control Urbano y la Guardia Urbana Municipal (GUM) durante la madrugada del domingo. En esas horas, ningún movimiento se registró en Paraná 1120.
El haber promocionado la apertura del local sin gestionar la habilitación causó sorpresa en el municipio, porque casi nadie se atreve a tanto en un rubro tan sensible como la diversión nocturna.
Aunque la frustración más grande se la llevaron los vecinos que se habían imaginado un lindo bar en la esquina de San Juan y Paraná, para tomar café y amenizar el barrio, tal como había corrido el rumor dos meses atrás.
Además, para ese lugar tampoco se realizó trámite alguno para el rubro bar y la última habilitación de la ochava, que ya lleva tiempo caducada, fue la de una agencia de automotores.
Dos meses atrás, los vecinos de la zona vieron movimiento en una esquina que estaba cerrada. La primera intervención fue pintar los vidrios de blanco, con lo que surgió la primera e infranqueable barrera. Después comenzó llegó un camión que entraba de culata para bajar elementos que nunca vieron.
Luego, alguien del lugar comentó que iban a tener un bar en el barrio y los vecinos se pusieron contentos, mientras avanzaban los arreglos anónimos. Pero todo dio un giro cuando la zona se inundó de invitaciones para Flow Social Club, prometiendo animación, fiestas temáticas y happy hours.
Entonces, la sorpresa fue grande y los vecinos se imaginaron con música y trasnoche de movimiento. Para colmo, nadie consultó al vecindario sobre un cambio de magnitud en la vida cotidiana del barrio.
Bajo la lupa. Paralelamente, otro lugar donde se desplegó un operativo de "punto fijo" sin incidentes fue en las cercanías del bar de Rioja y Mitre.
En el lugar, donde once motos fueron quemadas durante la madrugada del sábado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario