Héctor Pertovt está por cumplir 80 años. En febrero del año pasado empezó a hacer gestiones junto a sus socios, Darío Fahrer y Samuel Illar, para empezar a ser los fabricantes de los cuadros de las motos de 110 centímetros cúbicos para Guerrero. Y, en septiembre de 2012, ya hicieron la primera entrega con muy buenos resultados.
El empresario recuerda que empezó a trabajar, a los 15 años, como responsable del trazado de obras de la carpintería de su padre, quien había llegado al país luego de la Primera Guerra Mundial. Luego, en la década del 60 empezó a hacer repuestos de motos. Y en la década del 70, Pertovt y Compañía comenzó a dedicarse a la fabricación de caños de escape.
“Para nosotros fue importante que aparezca esta oportunidad de las motos. Los caños de escape es un rubro que siempre estuvo sobreofertado. Y ahora, con la calidad que tienen las naftas, a un auto no se le toca el sistema de escape por años. Además se agregó otro problema. En una época a nosotros nos fue muy bien con los escapes. Pero había 10 modelos de autos. Ahora con la irrupción de los nuevos modelos, nosotros tuvimos que tener más de 850 artículos con expectativas, en muchos casos, de vender 50 por modelo en el año”, explicó.
En ese sentido, la política de sustitución de importaciones les brindó una nueva oportunidad. “El contacto surgió por una amistad que tenía mi socio con alguien que trabajaba en Guerrero. Había una necesidad mutua. Nosotros no estábamos en un buen momento y el Gobierno les exigía a ellos para que empiecen a agregarles piezas nacionales a sus motos”, expresó.
Producción nacional
Armadores de motos y eventuales fabricantes motopartistas empezaron a reunirse con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. “Moreno quiere que la moto llegue a una integración del 30 por ciento de piezas nacionales”, dijo.
En los papeles, la situación es una. Pero en los hechos, la realidad es diferente. “La mayoría de los armadores aún no hicieron grandes avances en la introducción de piezas nacionales a sus modelos. Guerrero es el único que está haciendo las cosas en serio”, aseguró.
Luego continuó: “Creo que Moreno va a tener que intervenir más para que eso se cumpla. Aunque a la Secretaría le van a faltar elementos de juicio para poder determinar quién está trabajando bien. Por eso es difícil ver los resultados prácticos de esta política”.
Ante un nuevo desafío, lo primero que hicieron los empresarios locales fue evaluar si valía la pena embarcarse en el proyecto por la inversión que significa en matricería, infraestructura, horas de trabajo, entre otras cosas. Otro de los puntos a evaluar fue el futuro de la propuesta, donde no hubo muchas dudas porque la venta de motos está en un muy buen momento.
“Cuando la moto sea nacional va a costar más que la china, pero no va a estar atada a las coyunturas de la balanza de pagos y otras cosas. Además, esto que estamos haciendo nosotros es de mucha más calidad que lo que viene desde China. Cuando nos plantearon si podíamos hacer un cuadro como éste (en referencia a uno chino) les dije: «Como éste no. Uno mejor, sí». Ellos están ampliamente satisfechos y agradecidos por el trabajo que estamos haciendo”, aseguró.
El armador de motos ubicado en el sur provincial empezó a demandarles 1.200 cuadros, aunque hoy los requerimientos son un poco menores. De todas formas, Pertovt asegura que en sus talleres hay capacidad para producir entre 3.000 y 5.000 cuadros mensuales. En la actualidad tuvieron que tercerizar gran parte del trabajo de soldaduras en dos talleres de la ciudad para cumplir con la demanda. Pero la estructura montada les permitiría una expansión de la producción sin mayores inconvenientes.
“Lo que nos conviene no es diversificarnos, sino aprovechar al máximo lo que ya tenemos. No nos tiene que pasar lo mismo que con los caños de escape. Hoy estamos apuntando a conseguir tres o cinco compradores entre los armadores chicos que no tienen posibilidad de hacer cuadros. Eso nos permitiría no sólo meter una buena cantidad en un cliente, sino tener la producción más distribuida. Pero también estamos abiertos a que si nos piden 500 cuadros por mes diferentes a los que hoy hacemos, eso se puede hacer. Va a depender de la continuidad que se le vaya a dar a ese proyecto”, señaló.
Pensando el futuro
“Nosotros no teníamos muchas alternativas antes de que empecemos a producir cuadros de motos. Hoy yo estaría mucho mejor y más tranquilo si hubiésemos dado de baja la fábrica. Pero visto desde lo humano y lo social, eso hubiese significado sacarle el pan de la mesa a 25 familias”, afirmó.
“Esto lo estamos haciendo un poco por vocación, porque uno lo lleva en el alma, es casi innato. Además, los desafíos siempre me gustaron. Creo que si esto empieza a funcionar bien llegó el momento de alejarme un poco y disfrutar. Porque tenemos un plantel humano excelente, que tiene la camiseta puesta y que son personas en las que se puede confiar. Hoy esperamos que puedan disfrutar de tener un trabajo seguro y que tengan la tranquilidad de que se van a jubilar”, expresó.
Pertovt y Compañía es una pyme santafesina de la cual dependen directamente cerca de 30 empleados y otros tantos de forma indirecta. Hoy está luchando por defender el mercado que consiguió hasta el momento, pero también pensando en cómo llegar con su producción a nuevos armadores de motos que generen más trabajo para los santafesinos.
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