martes, 19 de junio de 2012

NAC. La Presidente tuvo un cruce con David Cameron por las Islas Malvinas

Durante la segunda sesión plenaria de la cumbre del G20, el primer ministro británico se acercó a la Presidente y le exigió que respete el referéndum de los isleños; la jefa de Estado le respondió que lo que realmente hay que respetar son las casi 40 resoluciones de la ONU que instan a dialogar, e intentó darle un sobre con todos esos papeles; el líder europeo no aceptó y se fue. Luego, el Reino Unido señaló que la mandataria "se fue por las ramas".

En la previa del encuentro de presidentes que se desarrolla en la ciudad de San José de los Cabos, el posible encuentro entre Cristina Kirchner y David Cameron era uno de los momentos que mayor expectativa periodística generaban.
Lo que no se produjo durante la primera jornada de la cumbre se materializó hoy, cuando el primer ministro británico decidió ir al encuentro de la presidente argentina.
El canciller Héctor Timerman y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, señalaron a la prensa que cuando Cristina Kirchner se encontraba trabajando en unos documentos Cameron fue hacia ella de manera sorpresiva.
El breve diálogo se produjo alrededor de las 9:30 hora local (12:30 en Argentina), cuando el primer ministro británico se acercó a la jefa de Estado para, en principio, "agradecerle su posición en favor de la creación de un Banco Central europeo unificado que funcione como un prestamista de última instancia a los efectos de disipar los temores sobre el euro", señaló Scoccimarro al relatar el encuentro.
La mandataria le respondió que había visto que "las portadas de los principales medios internacionales no reflejaban la realidad de lo que sucedía en la Cumbre de líderes del G20", cuando de repente fue interrumpida por Cameron, quien le "exigió que respetara el referéndum de los isleños", detalló Scoccimarro.
"La Presidente, que justo tenía entre sus papeles un sobre con todas las resoluciones de Naciones Unidas sobre Malvinas, le dijo que se las quería entregar" en mano a Cameron –prosiguió Scoccimarro– y que "lo que realmente se debía respetar eran las casi 40 resoluciones de las Naciones Unidas y del Comité de Descolonización".
Siempre según el relato del secretario de Comunicación Pública, el primer ministro británico le contestó que "no iba a hablar sobre soberanía", a lo que la jefa del Estado le respondió que "sólo quería dialogar tal cual lo ordena Naciones Unidas y que le quería entregar el sobre en mano". Cameron se negó a recibir los documentos y se retiró del lugar en el que se encontraba.

Según los medios británicos, en su diálogo con Cristina Kirchner, Cameron señaló: "No propongo ahora una discusión completa sobre las Falklands (Malvinas) pero espero que haya notado que ellos tendrán un referéndum y usted debería respetar su punto de vista". "Deberíamos creer en la autodeterminación y actuar como demócratas aquí en el G20", apuntó, según consigna la BBC.

El análisis del canciller
"Nos damos cuenta de que el aumento de apoyo que ha habido en el mundo a la posición argentina está haciendo mella en el gobierno británico. Por primera vez en muchas décadas se ven obligados a responder públicamente", dijo Timerman al analizar lo sucedido.
El canciller, que en un primer momento había intentado bajar el tono del entredicho al señalar que "en este tipo de reuniones nunca hay cruces", luego reconoció que "es la primera vez que se produce este dialogo". Y amplió: "El análisis que hacemos es que el lugar para hablar sobre esta cuestión era el Comité de Descolonización de la ONU donde estuvo presente la Presidenta y no estuvo presente el primer ministro británico".
Timerman agregó que "en el multilateralismo, cuando uno lo respeta en serio, se habla de lo que se tiene que hablar y el encuentro del G20 es para hablar sobre la crisis que azota a Europa". Y apuntó que Cristina tenía el sobre con los documentos sobre Malvinas entre sus papeles de trabajo de la Cumbre y que aprovechó la situación para intentar entregárselos al premier británico.
"Los Estados tenemos la obligación de dialogar, pero el primer ministro británico se negó a recibir los documentos", completó el canciller.

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