sábado, 23 de junio de 2012

La terrible odisea de una pareja que no puede sacar a su hija de la India

La mujer es de San Lorenzo, vive con un español y no podían tener hijos. Contrataron un vientre. La beba nació en Nueva Delhi. Ahora no la anotan como española ni argentina. Tampoco es india

 

Elsa Saint Girons y la pequeña Cayetana. La beba todavía no tiene nacionalidad.
Elsa Saint Girons y la pequeña Cayetana. La beba todavía no tiene nacionalidad.
Una mujer de esta ciudad, casada con un español, no puede inscribir a su hija, nacida en la India y fruto de un vientre alquilado, y tampoco puede salir de ese país asiático al que llegó con el sueño de ser madre y cuya historia se transformando poco a poco en una pesadilla.

Los hechos se desencadenaron a partir del 16 de mayo, cuando en la clínica Fortis La Femme de Nueva Delhi, nació Cayetana en un vientre alquilado por Elsa Saint Girons, la mujer sanlorencina radicada en Madrid y su esposo español Juan Gonzales.

Luego de haber hecho siete tratamientos de fertilización sin resultado positivo, la pareja decidió alquilar un vientre en la India a través de lo que se llama un contrato de maternidad subrogada, firmado en 2011.

Hace tres meses la pareja llegó desde Madrid a esperar el nacimiento de la beba para luego volver a radicarse en España. Sin embargo, nada de eso salió como lo esperaban, y una serie de trabas administrativas los tiene aún varados en Nueva Delhi.

Nadie la anota
En la documentación emitida por la clínica, y de acuerdo a las leyes vigentes en la India, la bebita figura como hija de Elsa ya que la esposa del padre es a quien se reconoce como madre de los hijos. Pero a partir de ese momento comenzó el calvario. Para el Estado indio, la nena no es india por ser hija de padres extranjeros. Sin embargo, cuando intentaron anotarla en la embajada de España se encontraron con la negativa de las autoridades del país europeo de inscribirla como hija de la pareja, argumentando que existe una madre biológica.

Ante esto la pareja intentó inscribirla en la embajada Argentina, ya que al mujer tiene doble nacionalidad, pero dada la residencia actual de la pareja en España las autoridades argentinas también se negaron.

El matrimonio presentó en la embajada española los contratos de subrogación con la renuncia de la madre subrogante. Inclusive ella misma se presentó junto a Juan en la embajada para que verificaran su estado de embarazo. Pero desde la embajada le solicitaron que modificaran la partida de nacimiento, a lo cual el centro asistencial donde nació la pequeña se negó. "La clínica donde nació mi hija hizo la partida sin consultarlo con nosotros, y lo hizo de acuerdo a las leyes indias. Ahora estamos en una situación que todos reconocen y comprenden, pero nadie quiere modificar", sostuvo Elsa.

Para intentar modificar la partida, la pareja buscó un abogado local: "Pusimos un abogado indio que había estudiado español, pero nos estafó, y la única respuesta con la que nos encontramos siempre fue un no" recordó la madre.

Sin identidad
Si para el Estado indio la bebita no es considerada india por ser hija de padres extranjeros, y tampoco la pudieron anotar como ciudadana argentina o española, en estos momentos la criatura no tiene nacionalidad y por ende tampoco identidad, su primer derecho por haber llegado al mundo.

Así las cosas, la pareja no parece tener opción. En caso de volver a España, tendrían que abandonar la bebita en Nueva Delhi, ya que las autoridades les comunicaron que no les van a permitir el ingreso de la niña.

Saint Girons y Gonzales presentaron múltiples escritos en ambas embajadas y han recorrido sus oficinas varias veces desde que todo esto comenzó, pero hasta el momento la situación parece inmodificable.

"Estamos desesperados, necesitamos que alguien nos escuche para poder darle una identidad a nuestra hija. Hace tres meses que estamos aquí y si continuamos en este país vamos a perder absolutamente todo, nuestro trabajo, nuestro hogar. Pero lo peor es que están llevando a que la nena no pueda criarse en su hogar", suplicó Elsa, quien se comunicó desesperadamente con Facebook con todos sus contactos argentinos para contar su drama.

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