martes, 8 de mayo de 2012

Colón le ganó 2 a 0 a Belgrano en el Brigadier

Los goles del sabalero los convirtieron el uruguayo Gerardo Alcoba al minuto de juego y el Bichi Fuertes a los 26 del segundo tiempo. El Sabalero, que cosechó su cuarta victoria consecutiva de local y sin tantos en contra, quedó a cinco puntos de los líderes Boca y Newell’s.
 
No hay lugar como la casa de uno, eso pueden decir tranquilamente en Colón. Ante Belgrano, el Sabalero celebró su cuarta victoria consecutiva jugando en el Brigadier Estanislao López (sin recibir goles) y sigue subiendo en la tabla. En el torneo, se puso a cinco de la punta. En la general está tercero junto a Tigre, detrás de Boca y Vélez.


Aunque parezca paradójico, Gerardo Alcoba, al minuto de juego, durmió al Pirata para romper el cero. Tras un buen primer tiempo, el arranque del complemento lo encontró a Colón perdido, pero cuando se halló en el campo de juego, Esteban Fuertes (ST 26’) liquidó el partido en el Centenario.


La previa anticipaba un partido complicado y difícil de destrabar. El Pirata llegaba a Santa Fe con cuatro hombres en el fondo y cinco en mitad de cancha, con la clara intención de cuidar el cero en su arco y, después, buscar el uno con la única referencia de Andrés Silvera en ofensiva. Sin embargo, lo impredecible del fútbol le permitió al Sabalero resolver el duelo de entrada.


En el primer tiro de esquina, en el primer minuto de juego, llegó el primer gol. Centro al área que, primero Graciani y después Prediger, extendieron buscando a algún compañero. En el segundo toque, la pelota le cayó a Alcoba, que en la primera perdió con Juan Carlos Olave y no perdonó en el rebote. Así, un defensor volvió a convertir en el Brigadier López después de dos años, un mes y 24 días (el último había sido Marcelo Goux).


El inesperado pero no injusto gol de arranque le facilitó las cosas al dueño de casa, que se apoderó del balón y encontró así la mejor manera de defenderse. Mugni intentó asociarse en la mitad con Higuaín y Graciani, mientras Prediger y Bastía intentaban cortar todo intento celeste de entrada, para volver una vez más a insistir en busca del segundo. El Pirata, preparado para el contragolpe, apenas si pudo arrimarse al arco defendido por Diego Pozo.


Por ello, las mejores situaciones de gol estuvieron del lado rojinegro y siempre en los pies de uno de los mejores de la noche, Lucas Mugni. En la primera, el remate se le fue demasiado ancho cuando intentó colocarla con borde interno al palo derecho del uno cordobés. En la otra que tuvo, a los 20’, le dio con todo y reventó el travesaño.


En el inicio de la parte complementaria, Colón no pudo repetir lo hecho en el arranque del partido. El Pirata, ahora con dos delanteros en cancha, salió a pelear más adelante y tuvo una chance clara a los 9’, cuando Pozo le tapó un mano a mano clave al ingresado Almerares.


Pasado el susto, poco a poco el Sabalero fue recuperando el protagonismo y otra vez se lanzó al ataque. Para que la noche no se complique innecesariamente, tenía que llegar el segundo. No pudo el Pipita a los 18’ de cabeza tras un centro de Mugni, por la buena intervención de Olave.


Dos minutos más tarde, el pibe surgido de la cantera del club se animó en un tiro libre. Una vez más, la figura del uno rival apareció para extender la agonía del Pirata. Hasta que entró en escena el eterno goleador, que venía medio perdido en la noche santafesina. El Bichi tiró una pared con Mugni de cabeza y se fue cara a cara con Olave. Parecía que había tirado larga la pelota, pero antes que llegue el arquero pudo puntearla para sentenciar el duelo.


Con un Belgrano cerca del nocaut, Colón intentó armar una fiesta ante su público, pero el travesaño le dijo que no a Prediger a los 36’. Minutos más tarde, Boquita hizo ovacionar a Mugni en el cambio por Tomás Costa, que tuvo la chance de volver a jugar. Otro que se fue y recibió los aplausos de todo el estadio fue el Bichi Fuertes, que de a poco se va despidiendo de su gran amor. En el cierre, tras un fallo de Garcé, Caire evitó la caída de su arco para que el cuarto triunfo en casa sea, como los tres anteriores, sin goles en contra.


El pitazo final llegó y en ese momento la fiesta fue completa. Otra vez Colón dejó en claro quién manda en casa, se acercó a los de arriba y tiene la tranquilidad de saber que el próximo domingo, juega una vez más en su fortaleza.

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