viernes, 11 de mayo de 2012

INFORME: Los que crecen en el campo, ¿menos alérgicos?

Los adolescentes que crecieron en el medio rural desarrollan menos alergias que los que se criaron en las ciudades,

 

Imagen ilustrativa 
Los adolescentes que crecieron en el medio rural desarrollan menos alergias que los que se criaron en ciudades, según reveló un estudio publicado en PNAS. La explicación residiría en que estas personas están en contacto con una mayor biodiversidad de microorganismos beneficiosos que protegen al cuerpo de enfermedades autoinmunes.


Los investigadores estudiaron a un grupo de más de 100 adolescentes que vivían en una región de 100 x 150 kilómetros cuadrados en el este de Finlandia. Algunos vivían en ambientes rurales y en granjas aisladas, y otros en grandes ciudades. Además, se tuvieron en cuenta factores que también pueden estimular las alergias como los hábitos de consumo de tabaco de los familiares o la presencia de mascotas en casa. Los científicos recogieron una muestra de microorganismos del antebrazo de todos los participantes, que además fueron sometidos a pruebas de alergia. También se realizó un censo de todas las especies de plantas presentes en los alrededores de sus casas.


Los resultados indicaron que, cuanto mayor era la biodiversidad y la superficie de bosque o de tierra de cultivo en la cercanía de las viviendas de los jóvenes, menor era la prevalencia de alergias. Esta relación se explica porque en estas zonas también es mayor la diversidad de microorganismos, muchos de ellos beneficiosos para nosotros. En concreto, los científicos encontraron que los jóvenes de áreas rurales tenían mayor cantidad de un grupo de bacterias llamadas gammaproteobacterias que podrían ser las responsables de inmunizar al organismo frente a los factores causantes de alergias.


"Pensamos que el contacto de la gente, especialmente de los niños, con la naturaleza, es muy importante para el desarrollo del sistema inmunológico", ha explicado Ilkka Hanski, investigador de la Universidad de Helsinki (Finlandia), y uno de los autores del trabajo. Aunque los investigadores reconocen que no es posible que todo el mundo viva en el campo, el contacto con la naturaleza es algo esencial. "No se puede detener la urbanización, pero quizás deberíamos planificar más espacios verdes en nuestras ciudades, ya que no solo mejoran la calidad de vida, sino también protegen nuestra salud", ha afirmado Hanski.

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